miércoles, 30 de septiembre de 2009

MARARÍA de Rafael Arozarena


LA NOVELA MARARIA





Ésta tiene un antecedente, un romance titulado María la de Femés, correspondiente al libro A la sombra de los cuervos. De esta novela se han publicado tres ediciones, se ha hecho una adaptación y representación teatral y se prepara un guión cinematográfico.


Titulo.- Mararía es la suma de Mara y María. Mara es un personaje que sé autoquema para salvarse de D.Bartolo y mantenerse pura; Mararía, personaje central de la novela, también sé autoimmola. Manolo Torres Stinga establece una analogía entre Mararía y la isla de Lanzarote, autodestruida y purificada por el fuego de sus volcanes. Se da además una analogía "mujer" = "isla".


Argumento.- Un visitante llega a Arrecife y permanece a la espera del camión de Pedro el Geito para pedirle que lo traslade a Femés. En este pueblo vive Mararía quien, vieja y cansada, deambula errática por el pueblo. Ha llegado a alcanzar la fama de bruja. En su juventud María fue una mujer bellísima a quienes pretenden los del pueblo y los forasteros. Son estos personajes los encargados de construir para el visitante, narrador en el tiempo presente, la vida de María y su relación con ésta en el pasado.


Técnica de composición.- Punto de vista narrativo.- La narración viene dada por un autor narrador que narra en 1ª persona: (...) "Me habían descrito al hombre" (...) y, varios personajes narradores que lo hacen en 3ª persona: (...) "Pero no ocurrió nada de lo que esperábamos, no señor. Del cuerpo de Jesusito no se encontró ni rastro" con la excepción del Señor Alfonso, el cartero, quien lo hace en 3ª y 1ª: (...) "De pronto se me oprimía el corazón al recordar lo pobre que regresaba"(...).


Espacio.- La obra se desarrolla en Lanzarote principalmente en el pueblo de Femés, y en otros pueblos de la isla. Las primeras referencias que se nos da de una situación concreta es la del camión de Pedro el Geito, internándose por toda la isla: (...) " Un hombre que lo metía todo en un camión y lo llevaba isla adentro, a los pueblos, a Tías, a Yaiza, Uga, Haría" (...). Existen además, otros espacios concretos pero que tienen que ver con "lo misterioso", con "el realismo mágico". Éstos son La piedra negra, La Bahía de los Ahogados, La palmera de Tinazor...


Tiempo.- La narración se estructura en torno a un tiempo presente y a un tiempo pasado. El tiempo presente coincidente con la vejez de María y con el momento de las confidencias y narraciones de los distintos personajes. Es "el tiempo de la narración" momento en que la historia es contada al autor narrador por los distintos personajes, y a su través al lector". Tiempo pasado coincidente con la Juventud de María. Es "el tiempo de la ficción": se narra la anécdota, la historia. Uno y otro tiempo se alternan. La secuencia narrativa situada en el tiempo presente sigue, sin embargo, una disposición lineal, que se inicia con el traslado del autor-narrador en el camión de Pedro al pueblo de Femés y termina con la muerte de María. Cabe señalar la frecuencia de prolepsis, figura estilística a través de la cual se anticipan hechos, "el pueblo está maldito y ocurren cosas"(...).


Personajes.- El personaje "eje o nuclear "es María-Mararía. El resto de personajes gravitan en torno a ella. Tal es el caso de Manuel Quintero, Pedro el Geito, Isidro, Sebastián, Don Abel y Fermín: todos ellos unido a María por lazos afectivoeróticos, con la excepción de Marcial y D.Abel que son además apoyo físico y psíquico de María. Manolo Torres Stinga establece una diferenciación de rasgos en estos personajes. Así habla de rasgos uniformadores y rasgos singularizados.


Rasgos uniformadores.- Son rasgos ambientales, de orden sociocultural y ético, que condicionan el clima general de la novela y la actuación de sus personajes. Son personajes transidos de soledad como es el caso de Marcial, Señor Alfonso, Isidro... personajes además inactivos y sujetos al fatalismo.


Rasgos singularizados.- Son rasgos diferenciales merced a los cuales cada personaje presenta una concreta línea de conducta, que justifica su funcionalidad narrativa. Mararía y su rebeldía es muestra de este tipo de rasgos.


Otros aspectos.- En lo que a los personajes se refiere es la oposición que se da entre los personajes del pueblo y los forasteros. Los primeros son rechazados por María; así Pedro, Isidro, Alfonso, representan el desdén absoluto de María, (Marcial es aceptado en tanto ayuda a Jesusito, el hijo de María, una vez muerto éste la relación cambia). Los segundos son aceptados por María; así Manuel Quintero, el moro y Don Fermín representan la aceptación de María.


Personajes secundarios.- María es el eje de todos los personajes. Encarna el prototipo de la soledad y de la tristeza: "María es larga y seca como la isla de Lanzarote "; para muchos es la suma de " ángel y demonio" "Aquella mujer que nunca supe si era ángel o diablo". Existe una simbiosis entre "María-mujer " y María-isla": La isla es como una mujer. Tiene su fertilidad y hay que defenderla del diablo. "Mararía representa a Lanzarote, la historia de una isla salvaje y esquiva que atrae a sus hombres, sin que éstos se vean compensados por ella.


María es un personaje real. El propio Arozarena la conoció ya mayor, durante su estancia como funcionario de telégrafos en Lanzarote. Confiesa haberse quedado impresionado por aquella y de ello deja constancia en la obra: (...)"Tal negro ciprés. Amada tea o cuervo en vertical la vieja permaneció allí plantada un buen rato... Pero en la parte alta de aquel árbol requemado, algo surgía incandescente aun; algo como una brasa encendida surgía de aquellos ojos negros, árabes, jóvenes y hermosos."


La estructura.- Es "abierta" pues al final aparece una niña posible futura bruja a quien las demás también le cantan el "¡ vuela, vuela, Mararía / que ya está muriendo el día¡". Desde un punto de vista formal predomina "la narración": los hechos vienen dados por quien los cuenta o rememora. Pero es una narración cargada de «Monólogos", dado que la historia va siendo contada sucesivamente por diversos personajes-protagonistas, quienes a su vez son narradores secundarios, reduciendo al narrador primario (el visitante que narra en 1ª persona) a mudo testigo receptor de la historia. Se habla de monólogo en tanto en cuanto los personajes narran sus vivencias con María en un tiempo presente y con el pasado como recuerdo. Por eso hablan casi para sí mismos. El diálogo entre ellos, como habitantes del pueblo no existe. Esto hace abundar más el sentido de soledad y aislamiento de los mismos. Excepcionalmente se usa "el diálogo": confrontación verbal entre dos personajes", en la casa del médico y del cura; esto se debe al carácter reflexivo de éstos. Pero además abundan "las descripciones", éstas suelen ir de lo general a lo particular: (...) "Me habían descrito al hombre, un hombre. Un hombre que se llamaba Pedro, Pedro el Geito". (...) Siendo muy importantes las utilizadas para describir el paisaje: (...) "el cielo era del color de la amatista, último color de la sangre". (...)Señalamos al principio que en Mararía existían bastantes reminiscencias líricas; de ahí la abundancia de figuras estilísticas entre las que destacan:


Metaforización prosopopéyica.- Se le da vida a las cosas: (...) "Un camión que tosía, escupía, jadeaba. Un motor agotado enfermo de nervios, de rabia, de sed. Un motor que nunca terminaría de morir (...), pero también al paisaje: (...) "Tenía la isla una muerte dulce, lenta y animal, como si se hubiese cortado las venas(...). Es más, se le llega a dar a las personas la vida del paisaje de la naturaleza: (...) " Es una isla sola desamparada, como yo mismo, como un barco a la deriva".


Cromatismo.- Numerosas veces se acude al color para reflejar el estado de lo que se percibe: (...) " El sol tocaba ahora el borde de las colinas y la llama adquiría un tinte rojo, encendido, como de fuego"(...).


Comparación.- Es ésta una de las figuras más frecuentes: (...) " Y unos pies descalzos y llenos de arrugas como las tierras de un malpaís ".


Enumeración.- Figura retórica que consiste en enumerar rápidamente varias ideas, personas o cosas. (...) "Señor Sebastián es principal por ser alcalde. Luego está Isidro, que es el dueño de la venta. Señor Alfonso, que sabe leer, y marcial el Jorobadito."


Hipérbole.- Figura usada con frecuencia por los personajes narradores, por los que han tenido contacto con María: (...) "Y alzando la guitarra con las dos manos le dio tan fuerte leñazo en la cabeza que el árabe no pudo decir ni pío". "Una muchacha que andaba entonces por los veintitantos años. Delgada como un tallo de trigo."


Ironía.- El tono sarcástico y burlesco se emplea mucho al referirse sobre todo a Marcial, el jorobado. (...) "Luego se alejaron Marcial y el camello en dirección a Uga y hacían buena pareja los dos, con la misma calma con igual desgracia a sus espaldas".


Léxico.- Aparecen bastantes términos propios del habla canaria, tales como: "pejines", "belingo", "cristiano", "rebatiña", "guayabera", "ventorrillo", "Jeito" o "geito", "roña"... Citados los aspectos formales más significativos, cabe destacar unas señalizaciones respecto a aspectos sociológicos como: la marginación y la soledad, la pobreza económica, y la emigración tanto a Venezuela como a Cuba; en este caso a Cuba": Sólo me traje un hatillo con un poco de ropa sucia, unos pantalones viejos y una camisa que allá en Cuba llamamos guayabera".


BIOGRAFÍA DE RAFAEL AROZARENA DOBLADO.

Rafael Arozarena Doblado, poeta y narrador, nace en Santa Cruz de Tenerife en 1923. Sus primeros contactos literarios se producen con escritores de la generación anterior como Víctor Zurita o Víctor Galtier. Pero al integrarse en el grupo fetasiano sus posturas se radicalizan. El grupo fetasiano lo integran Isaac de Vega, Antonio Bermejo, Francisco Pimentel, Juan Antonio Padrón y el propio Rafael Arozarena. Todos ellos apuestan por una literatura de lo Onírico (sueño) y lo simbólico; el propio término FETASA es una palabra que deliberadamente no quería significar nada y que Isaac de Vega usará como título de su más conocida novela. Ideológicamente defienden una especie de filosofía vital o de religión sin sacralizar, pues de todo ello tenía algo. Más que un movimiento artístico literario propiamente dicho, era el desarrollo de un estado de ánimo real, en el cual la emotividad toma un pensamiento no muy puro, casi alegórico, irracional, y desenvuelve, en una metamorfosis. Actitud vital en la que influyen las circunstancias históricas y culturales del tiempo, pero asumidos desde la marginalidad insular, desde la soledad que históricamente había escamoteado al insular el arraigo suficiente para estar seguro de su identidad. En Arozarena se percibirán las influencias de otros autores canarios como P. García Cabrera, Agustín Espinosa y Emeterio Gutiérrez Arbelo. A ello se le han de sumar la influencia de autores como Walt Whitman, Rainer María Rilke, Salvatore Quasimodo, Giuseppe Ungaretti, Ezra Pound.


OBRA.- Como poeta escribe Romancero Canario (1946), A la sombra de los cuervos (1947). Altos crecen los cardos (1959). Aprisa cantan los gallos(1964), El ómnibus pintado con cerezas (1971). Silbato de tinta amarilla (1977), Desfile otoñal de los obispos licenciosos (1985). Como narrador escribe las novelas Mararía (1973 y 1982) y Cerveza de grano rojo (1984), además de abundantes narraciones en periódicos y revistas insulares.


Fue colaborador del suplemento literario "Gaceta Semanal de las Artes. En 1980 obtiene junto con Isaac de Vega el Premio Canarias de Literatura.


Cabria señalar por último, el hecho de que Arozarena manifiesta que para él novela y poesía son dos manifestaciones polares de escritura. La poesía se encarga de encubrir al hombre "disminuido ante cualquier interrogación severa"; su escenario, al decir del autor, es la tierra. "El poeta pretende/ como el pájaro egipcio / que la vida renazca / de sus propias cenizas. « De su concepto de novela proceden las ideas de que ente género aporta soluciones, de que da la medida del intelecto al aprisionar la realidad dentro de una lógica, y que es la modalidad que conviene para dar cabida al tema del mar. Pese a esta diferenciación es claro que en Mararía aborda la tarea de una narración larga pero con ciertas reminiscencias líricas.


Rafael Arozarena falleció hoy 30 de setiembre de 2009 a la edad de 86 años.

Fuente:

                      http://www.gobiernodecanarias.org/educacion

Melan

viernes, 18 de septiembre de 2009

EL TAMBOR y otros poemas de Nancy Morejón Hernández



(Ver al pie de página nota a mis lectores residentes cubanos)

En elogio de la danza, 1982


EL TAMBOR







Mi cuerpo convoca la llama.


Mi cuerpo convoca los humos.


Mi cuerpo en el desastre


como un pájaro blando.


Mi cuerpo como islas.


Mi cuerpo junto a las catedrales.


Mi cuerpo en el coral.


Aires los de mi bruma.


Fuego sobre mis aguas.


Aguas irreversibles


en los azules de la tierra.


Mi cuerpo en plenilunio.


Mi cuerpo como las codornices.

Mi cuerpo en una pluma.


Mi cuerpo al sacrificio.


Mi cuerpo en la penumbra.


Mi cuerpo en claridad.


Mi cuerpo ingrávido en la luz


vuestra, libre, en el arco.






en Paisaje célebre, 1993


COTORRA QUE ATRAVIESA MANRIQUE






De súbito, una cotorra mínima


va a desplazar su pico por la calle Manrique


y la despavorida, ronronea, dando palos de ciego,


tal vez buscando algún destino.


Los verdes y los azules de su cuello


estallan frente a las zanahorias,


el berro y las lechugas.


Dos negras se aproximan,


desde la multitud,


en un vaivén de hamacas vivas,


columpiadas por el viento del Golfo.


Un vendedor de periódicos


apenas puede pregonar,


absorto ante el fulgor de la cotorra


y la belleza natural de las negras.


La calle Manrique es un boceto de Landaluze


y se detuvo el vendedor


como alguien que acaba de descubrir todo un zoológico.






(inédito)


VILMA EN JUNIO






Junio trajo la lluvia tempestuosa,


la estrella natural que mece el viento.


Junio poblaba el mar de sentimiento


con la fina presencia de una rosa.






Vilma sabrá guardar la primorosa


espuma fiel de un cielo derramado


como el silencio de su bienamado


bajo el cristal amigo de otra rosa.






Yo la vi levitar como una estrella


viva, serena, amena y encendida.


Vilma, brillando aún como centella,






en la perenne rosa convertida,


hecha canción y sueño realizado


como una clara estrella amanecida.






(La Habana, 19 y 20 de junio, 2007)




BIOGRAFíA

CUBA
NANCY MOREJÓN HERNÁNDEZ
(La Habana, 1944)


Poeta, ensayista, periodista, crítica literaria y teatral, y traductora.
Licenciada en Lengua y Literatura Francesas por la Universidad de La Habana, en 1966. Miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua desde 1999, se desempeña en la actualidad como asesora de la Casa de las Américas, y como Presidenta de la Asociación de Escritores de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) concluido el VII Congreso de esta en abril de 2008.
Ha alcanzado un inestimable prestigio consagrándose al estudio de la obra de Nicolás Guillén y de las literaturas del Caribe.
Su obra poética incluye más de veinte títulos entre los que se destacan: Mutismos (1962), primero; Where the Island Sleeps Like a Wing (antología bilingüe, 1985); Piedra pulida (1986); Botella al mar (antología, 1997), Richard trajo su flauta y otros poemas (2000), seleccionada y prologada por Mario Benedetti. Se destacan además: Cuerda veloz (2002); Looking Within / Mirar adentro (2003); así como la Antología poética (1962-2000); y el más reciente: Carbones silvestres (2006).
Ha merecido importantes reconocimientos dentro y fuera de nuestro continente, como las Insignias de Oficial de la Orden al Mérito de la República de Francia, y la réplica del Machete de Máximo Gómez, entre otros.
Premios literarios:


* Premio de Poesía Rubén Martínez Villena de la Universidad de la Habana, 1964.


* Mención Premio de Poesía UNEAC a su libro Richard trajo su flauta y otros argumentos, 1967.


* Premio Nacional de Ensayo Enrique José Varona de la UNEAC a su estudio Nación y mestizaje en Nicolás Guillén.


* Mención en el Premio Internacional de Poesía "Pérez Bonalde" a su Paisaje célebre. Poemas 1987-1992, Venezuela, 1993.


* Premio Nacional de Literatura, 2001.


* Premio Yari-Yari de Poesía Contemporánea por el conjunto de su obra, Universidad de Nueva York, 2004.


* Premio Corona de Oro de Struga, Macedonia, 2006.


* Premio "Rafael Alberti", 2007.


* Premio Internacional de la Asociación de Escritores Gallegos, 2008.


A sus libros Piedra pulida, Elogio y paisaje, y La Quinta de los Molinos les fue otorgado el Premio de la Crítica en 1986, 1997 y 2000, respectivamente.




Fuentes.

De http://alasdecuba.blogspot.com/2008/04/nancy-morejon-la-habana-1944.html
portalalba ALTERNATIVA BOLIVARIANA PARA LOS PUEBLOS DE NUSTRA AMÉRICA
www.alternativabolivariana.org

NOTA A MIS LECTORES RESIDENTES CUBANOS.

Esto es la primera vez que lo hago en este blog, hasta ahora nunca me he expresado yo misma, lo he hecho a través de las obras de quienes admiro y lo hago profusamente en mis otros sitios. Pero hoy quise dejarles este regalo a todos los lectores cubanos residentes en Cuba, la vida y obra de una gran poeta como es Nancy Morejón y lo hice como un homenaje a sus vidas, a su valentía y a su perserverancia por seguir apoyando una revolución única en el mundo, por apoyar a su patria y porque se toman un breve tiempo para leer este blog.
Me alegro y me emociono mucho cuando descubro al ver en mi contador de dónde me visitaron, saber que una de esas visitas fue de La Habana, de verdad es un honor para mí que un cubano/a residente lea este blog.
Por eso les prometo que de a poco iré difundiendo más de sus autores, todos ustedes lo valen y toda su cultura lo merece.  Gracias por visitarme hermanos cubanos. Melan, una argentina que ama Cuba.

Melan

jueves, 10 de septiembre de 2009

DR. JECKYLL Y MISTER HYDE (Fragmento) de Robert Louis Stevenson


" Aquella noche llegué al fatal cruce de caminos. Si me hubiera enfrentado con mi descubrimiento con un espíritu más noble, si me hubiera arriesgado al experimento impulsado por aspiraciones piadosas o generosas todo habría sido distinto, y de esas agonías de nacimiento y muerte habría surgido un ángel y no un demonio. Aquella poción no tenía poder discriminatorio. No era diabólica ni divina. Sólo abría las puertas de una prisión y, como los cautivos de Philippi, el que estaba encerrado huía al exterior. Bajo su influencia mi virtud se adormecía, mientras que mi perfidia, mantenida alerta por mi ambición, aprovechaba rápidamente la oportunidad y lo que afloraba a la superficie era Edward Hyde, y así, aunque yo ahora tenía dos personalidades con sus respectivas apariencias, una estaba formada integralmente por el mal, mientras que la otra continuaba siendo Henry Jekyll, ese compuesto incongruente de cuya reforma y mejora yo desesperaba hacía mucho tiempo. El paso que había dado era, pues, decididamente a favor de lo peor que había en mí"



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BIOGRAFÍA


(Gran Bretaña, 1850-1894)


Novelista, ensayista y poeta escocés, algunas de cuyas obras se han convertido en clásicos de la literatura infantil. Nació el 13 de noviembre de 1850 en Edimburgo. Hijo de un ingeniero, estudió también esta profesión y, más tarde leyes, en la universidad de su ciudad natal. Desde su niñez, sin embargo, siempre había sentido una especial inclinación hacia la literatura. Ello le influyó, más adelante, para dedicarse a las letras, y fue perfeccionando su estilo de tal modo que en pocos años se situó entre los escritores más destacados de su tiempo.


Enfermo de tuberculosis, se vio obligado a viajar continuamente en busca de climas apropiados a su delicado estado de salud. Sus primeros libros son descripciones de algunos de estos viajes. Así, Viaje tierra adentro (1878) cuenta un recorrido en canoa a través de Francia y Bélgica que había realizado en 1876, y Viajes en burro por las Cevannes (1879) los avatares de un viaje a pie por las montañas del sur de Francia, en 1878. Uno de sus viajes posteriores le llevó, en un barco de emigrantes, a California (1879-1880), donde, en 1880, se casó con la divorciada estadounidense Frances Osbourne. La popularidad de Stevenson se basó fundamentalmente en los emocionantes argumentos de sus novelas fantásticas y de aventuras. La isla del tesoro (1883), una trepidante historia acerca de la búsqueda de un tesoro enterrado, presenta el bien bajo la forma evidente de un chico, Jim, que debe descubrir por sí mismo la cara del bien y del mal entre sus bondadosos amigos, el mal aparentemente personificado en los piratas Pew y Long John Silver. En la alegoría moral en forma de historia de misterio El extraño caso del doctor Jeckyll y mister Hyde (1886), los dos extremos, el bien y el mal, se unen en una sola persona, el médico Henry Jeckyll, que descubre una sustancia química capaz de transformarlo, primero a voluntad y después incontroladamente, en el monstruo Hyde. La acción de Las aventuras de David Balfour y Weirde (1886), comienza con el robo de una herencia, la del joven David Balfour, el cual, tras ello, se une a la banda del orgulloso luchador escocés Alan Breck. Entre sus novelas de aventuras destacan La flecha negra (1888) y El señor de Ballantree (1889). La inconclusa Weir of Herminston (1896), está considerada como su obra maestra, pues los fragmentos que han llegado hasta nosotros contienen algunos de los más bellos pasajes de la prosa escocesa moderna.






Escritor versátil, Stevenson poseía talento suficiente como para abordar con maestría distintos géneros literarios. Demostró ser un gran ensayista en Virginibus puerisque (1881), Estudios familiares de hombres y libros (1882) y Memorias y retratos (1887). También fueron bien recibidos por la crítica sus libros de viajes autobiográficos, como La casa solitaria (1883), que contiene las impresiones del autor acerca de su estancia en un campamento minero en California, A través de las llanuras (1892) e Islas del sur (1896). El volumen Jardín de verso para niños (1885) contiene algunos de los mejores poemas de Stevenson. Entre los demás libros de poemas que publicó destaca De vuelta al mar (1887). Por otro lado, Narraciones maravillosas (1882) y El diablo de la botella y otros cuentos (1893) recogen sus relatos breves. También colaboró, con su hijo adoptivo, el escritor estadounidense Lloyd Osbourne, en la redacción de las novelas La caja equivocada (1889) y La resaca (1892).


Durante un crucero de placer por el sur del Pacífico (1889), le llevó a las islas Samoa, donde él y su esposa permanecieron hasta 1894, en un último esfuerzo por recuperar la salud del escritor. Los nativos le llamaron Tusitala (el que cuenta historias). Allí murió a finales de ese mismo año, el 3 de diciembre, y fue enterrado en la cima de una montaña, cerca de Valima, su hogar samoano. © eMe

Fuente. El poder de la palabra
www.elpdlp.com

Melan.

jueves, 3 de septiembre de 2009

DESCRIPCION DEL CARMELO Y ALABANZAS DE STA. TERESA y DECIMAS (I) de Pedro Calderón de la Barca

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Descripción del Carmelo, y alabanzas de Santa Teresa






En la apacible Samaria,

hacia donde el sol se pone,


en túmulo de esmeraldas




yace un gigante de flores.



Verde Atlante de los cielos,



tanto su beldad se opone,



que, siendo cielo en la tierra,



parece en el cielo monte.



Cerrándole al viento el paso,



sube hasta la esfera, donde



pedazo del cielo fuera,



a ser unas las colores.



Sin que el sol se albergue en ondas



se le niega el horizonte,



y hace anochecer el día



cuando amanecer la noche.



Aqueste pues cuyas plantas,



aun en variedad conformes,



son cultura celestial



de aquel jardinero noble,



de aquel venerable sol,



que en más luminoso coche,



por eclíptica de viento



planeta de fuego corre,



de aquel que rigiendo rayos



quemó los vientos veloces,



cuando abrasado el Carmelo,



eclipse vio de dos soles,



éste en las más eminente



punta que en su luz se esconde,



virgen rosa planta bella



porque del sol se corone.



Casta azucena o jazmín



süave, cuyos colores



en viva aroma los cielos



piadosamente recogen.



Santo Carmelo, tu planta



es Teresa, porque logres



su hermosura, sin que el viento



o la marchite o la borre.















A la Muerte






¡Oh tú, que estás sepultado



en el sueño del olvido,



si para tu bien dormido,



pata tu mal desvelado!






Deja el letargo pesado



despierta un poco, y advierte



que no es bien que desa suerte



duerma, y haga lo que



está desde que nace



en los brazos de la muerte.



Da lugar al pensamiento



para que discurra, y veas



y que lo más que tú deseas



es más que soplo de viento.



No labres sin fundamento



máquinas de vanidad,



pues la mayor majestad



en un sepulcro se encierra,



donde dice, siendo tierra:



«Aquí vive la verdad…».



Mira cómo pasó ayer,



veloz como tantos años:



evidentes desengaños



del limitado poder.



Lo que fue dejó de ser,



y no quedó dello más



del ha sido: tú, que vas



por este mundo inconstante,



mira que el que va adelante



avisa al que va detrás.



La corona y la tiara



que tanto el mundo estimó¿qué se hizo?,



¿en qué parósino en lo que todo para?



¡Oh mano del mundo avara!



Si tanto bien nos limitas,



¿para qué, di, nos incitas



a aspirar a más y más,



si lo que despacio das



tan de prisa nos lo quitas?



Si te engaña el propio amor



para que no veas el daño,



la muerte, que es desengaño,



sirva de despertador.



Hoy nace la tierna flor



y hoy su curso se termina;



todo a la muerte camina:



la estatua del más bizarro,



como está fundada en barro,



la deshace cualquier china.



¿En qué piensas o a qué aspiras



cuando tras tu gusto vas,



pues dél no te queda más



que enemigos que conspiras?



es que adelante no miras



,mira la vida pasada,



que si en tan corta jornada



lo más pasa desa suerte,



hasta llegar a la muerte,



¿qué te queda? Poco o nada.



Desde el nacer al morir



casi se puede dudar



si el partir es el parar,



o el parar es el partir.



Tu carrera has de seguir:



y pues con tal la más larga edad,



¿cómo duermes y no ves



que lo que aquí un soplo es



es allá una eternidad?



Mira el tiempo volador



cómo pasa, y considera



cómo va tras la carrerad



esde el menor al mayor.



El esclavo y el señor



corren parejas iguales,



que como nacen mortales,



iguales van a la hoya,



de cuya deshecha Troya



aún no quedan la señales.



La juventud más lozana



¿en qué paró?, ¿qué se hizo?



Todo el tiempo lo deshizo



y anocheció su mañana,



la muerte siempre es temprana



y no perdona a ninguno:



goza del tiempo oportuno,



granjea con tu talento,



que aquí dan uno por ciento



y allí dan ciento por uno.


¿Qué eternidades te ofrece



la más dilatada vida,



pues que apenas es venida



cuando se desaparece?



Hoy piensas que te amanece



y es el día de tu ocaso.



¡Término breve y escaso!



Mas ¿qué mucho, si volando



te va la muerte buscando



cuando tú vas paso a paso?



dama más celebrada,



lazo en que todos cayeron



ella y ellos, di, ¿qué fueron



sino tierra, polvo y nada?



¡Oh limitada jornada,



oh frágil naturaleza!



La humildad y la grandeza



todo en nada se resuelve:



es de tierra y a ella vuelve,



y así, acaba en lo que empieza.



¿De qué te sirve anhelar,



por tener y más tener,



si eso en tu muerte ha de ser



fiscal que te ha de acusar?



Todo acá se ha de quedar;



y pues no hay más que adquirir



en la vida que el morir,



la tuya rige de modo,



pues está en tu mano todo,



que mueras para vivir.




BIOGRAFÍA




Pedro Calderón de la Barca nació en Madrid, el 17 de enero de 1600. Su padre, Diego Calderón, era secretario del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda y se casó con Ana María de Henao, de una noble familia alemana. Pedro fue el tercero de los cinco hijos que el matrimonio alcanzó a tener y era, pues, de origen montañés e hidalgo (Viveda, Cantabria).
Empezó a ir al colegio en 1605 en Valladolid, porque allí estaba la Corte, pero como destacó en los estudios, el padre, de carácter autoritario, decidió destinarlo a ocupar una
capellanía que estaba reservada por la abuela a alguien de la familia que fuese sacerdote. Con ese propósito pasó al Colegio Imperial de los jesuitas de Madrid en 1608, situado donde ahora se encuentra el Instituto San Isidro, y allí permaneció hasta 1613 estudiando gramática, latín, griego, y teología; cuando llevaba dos años estudiando en Madrid, falleció su madre, en 1610, y su padre casó en segundas nupcias; eso le unió especialmente a sus hermanos José y Diego frente a su padre. Continuó en la universidad de Alcalá, donde estudió lógica y retórica y en 1615, al fallecer su padre, pasó a la de Salamanca, donde se graduó de bachiller en derecho canónico y civil, sin llegar a ordenarse como hubiera sido deseo del padre. En 1621 participó en el certamen poético habido con motivo de la beatificación de San Isidro y posteriormente en el de su canonización, en 1622, y ganó un premio tercero.
Decidió abandonar los estudios religiosos por la carrera militar y llevó una vida algo revuelta de pendencias y juego, también en el aspecto familiar, pues el testamento paterno obligaba al dramaturgo y a sus hermanos a pleitear con su madrastra y a vender el cargo de su padre para pagar gastos. Acaso por esto tuvo que entrar al servicio del duque de Frías, con el que viajó por Flandes y el norte de Italia entre 1623 y 1625. Es posible que las difíciles relaciones con su padre influyeran en su teatro, donde es frecuente encontrar conflictos edípicos entre padres e hijos. El caso es que entre 1623 y 1625 participó en varias campañas bélicas, según su biógrafo
Juan de Vera Tassis; anduvo enredado en un homicidio y en 1625 marchó como soldado al servicio del Condestable de Castilla. Su primera comedia conocida, Amor, honor y poder, fue estrenada en Madrid con motivo de la visita de Carlos, príncipe de Gales, en 1623.
Desde 1625, proveyó a la Corte de un extenso repertorio dramático pero, en 1629, el irrumpir con sus hermanos en sagrado persiguiendo a un actor, más concretamente en el
Convento de las Trinitarias de Madrid, donde se encontraba la hija de Lope, le causó la enemistad de Lope de Vega y del famoso orador sacrado gongorino fray Hortensio Félix Paravicino. Calderón correspondió a los ataques de este último burlándose en un pasaje de su comedia El príncipe constante, escrita en ese año, al igual que La dama duende, su primer gran éxito. Con estas y otras comedias fue ganándose el aprecio del rey Felipe IV, que empezó a hacerle encargos para los teatros de la Corte, ya fuera el salón dorado del desaparecido Alcázar o el recién inaugurado Coliseo del Palacio del Buen Retiro, para cuya primera función escribió en 1634 El nuevo Palacio del Retiro. Asimismo, eclipsada ya la estrella de Lope en los teatros, se ganó el aprecio del público en general en la década de los treinta con sus piezas para los corrales de comedias madrileños de la Cruz y del Príncipe. En 1635 se le nombró director del Coliseo del Buen Retiro y escribió El mayor encanto, el amor entre otros muchos y muy refinados espectáculos dramáticos, para los cuales contó con la colaboración de hábiles escenógrafos italianos como Cosme Lotti o Baccio del Bianco y expertos músicos para las primeras zarzuelas que se escribieron, como Juan Hidalgo. En 1636 el Rey le nombra caballero de la Orden de Santiago y su amigo y discípulo Vera Tassis publica la Primera parte de sus comedias; al año siguiente la segunda, hasta las nueve que llegó a imprimir, si bien se conservan tres más impresas por otros editores menos cuidadosos; en 1677 aparecerá además la primera parte de sus autos sacramentales.
Se distinguió como soldado al servicio del
Duque del Infantado durante el sitio de Fuenterrabía (1638) y en la guerra de secesión de Cataluña (1640). De su vocación militar guardó siempre buen recuerdo, como plasmó en unos famosos versos:
Este ejército que ves / vago al yelo y al calor, / la república mejor / y más política es / del mundo, en que nadie espere / que ser preferido pueda / por la nobleza que hereda, / sino por la que él adquiere; / porque aquí a la sangre excede / el lugar que uno se hace / y sin mirar cómo nace / se mira cómo procede. / Aquí la necesidad / no es infamia; y si es honrado, / pobre y desnudo un soldado / tiene mejor cualidad / que el más galán y lucido; / porque aquí a lo que sospecho / no adorna el vestido el pecho, / que el pecho adorna al vestido. / Y así, de modestia llenos, / a los más viejos verás / tratando de ser lo más / y de aparentar lo menos. / Aquí la más principal / hazaña es obedecer, / y el modo cómo ha de ser / es ni pedir ni rehusar. / Aquí, en fin, la cortesía, / el buen trato, la verdad, / la firmeza, la lealtad, / el honor, la bizarría, / el crédito, la opinión, / la constancia, la paciencia, / la humildad y la obediencia, / fama, honor y vida son / caudal de pobres soldados; / que en buena o mala fortuna / la milicia no es más que una / religión de hombres honrados (P. Calderón, Comedia famosa. Para vencer a amor, querer vencerle, Valencia, 1689, pero escrita en 1650).
Por entonces se amplía el Palacio del Retiro y se construye un gran estanque de agua en cuya isla central estrenará en 1640 Certamen de amor y celos. Pero, herido durante el sitio de Lérida, obtuvo la licencia absoluta en 1642 y una pensión vitalicia. Estrena sus obras más ambiciosas, las que requieren música (
zarzuelas) y más escenografía. Calderón es por entonces un discreto pero activo cortesano y llega a convertirse en un personaje respetado e influyente, modelo para una generación entera de nuevos dramaturgos e incluso para talentos tan grandes como los de Agustín Moreto y Francisco Rojas Zorrilla, sus más importantes discípulos.

Monumento a Calderón en Madrid (J. Figueras, 1878).
A mediados de los cuarenta, decretados sucesivos cierres de los corrales de comedias a causa de los fallecimientos de la reina
Isabel de Borbón (entre 1644 y 1645) y el príncipe Baltasar Carlos (entre 1646 y 1649), así como por las presiones de los religiosos moralistas contrarios al teatro, acaeció un largo lapso de cinco años sin teatro desde 1644, y muertos sus hermanos José (1645) y Diego (1647), el dramaturgo se sumió en una cierta crisis, que coincide con la de España entre la caída del Conde-Duque de Olivares (1643) y la firma en 1648 de la Paz de Westfalia. Es más, hacia 1646 nace su hijo natural, Pedro José, y Calderón ha de replantearse su vida.
Sale de esta crisis interior y exterior al reabrirse los teatros en 1649 y al convertirse durante unos años en secretario del
Duque de Alba; además, ingresa en los terciarios (Tercera orden de San Francisco) en 1650 y se ordena sacerdote en 1651. Poco después (1653), obtuvo la capellanía que su padre tanto ansiaba para la familia, la de los Reyes Nuevos de Toledo, y, aunque siguió escribiendo comedias y entremeses, desde entonces dio prioridad a la composición de autos sacramentales, género teatral que perfeccionó y llevó a su plenitud, pues se avenía muy bien con su talento natural amante de las complejidades teológicas. Sigue componiendo espectáculos para los reyes en el Palacio del Buen Retiro y para la fiesta teológica del Corpus, pero se decanta por los temas mitológicos, huyendo así su fantasía de una realidad tan áspera como la que demuestra la firma de la Paz de los Pirineos en 1659. Entonces ya era el dramaturgo más celebrado de la corte y todavía en 1663 el rey siguió distinguiéndole al designarle como su capellán de honor, hecho que le obligó a trasladar definitivamente su residencia a Madrid; la muerte del monarca en 1665 marcó un cierto declive en el ritmo de su producción dramática; se le nombra sin embargo capellán mayor de Carlos II en 1666. Fue alguna vez importunado por los moralistas que veían con malos ojos los espectáculos teatrales y especialmente errado que lo hiciera un sacerdote como él. A ellos les contestó altivamente de esta manera:
O esto es bueno o es malo; si es bueno, no se me obste; y si es malo, no se me mande.
Al final de su vida sufrió algunas estrecheces económicas, pero con motivo del Carnaval de 1680 compondrá su última comedia, Hado y divisa de Leónido y Marfisa; falleció el 25 de mayo de 1681, dejando a medio terminar los autos sacramentales encargados para ese año; su entierro fue austero y poco ostentoso, como deseaba en su testamento: "Descubierto, por si mereciese satisfacer en parte las públicas vanidades de mi mal gastada vida". Así dejaba huérfanos los teatros quien fue considerado uno de los mejores escritores dramáticos de su época.

Obra [editar]

Autógrafo de El mágico prodigioso, 1637.
La obra teatral de Calderón de la Barca significa la culminación barroca del modelo teatral creado a finales del siglo XVI y comienzos del XVII por
Lope de Vega.
Según el recuento que él mismo hizo el año de su muerte, su producción dramática consta de ciento diez comedias y ochenta
autos sacramentales, loas, entremeses y otras obras menores, como el poema Psale et sile (canta y calla) y piezas más ocasionales. Aunque es menos fecundo que su modelo, el genial Lope de Vega, resulta técnicamente mejor que aquel en el teatro y de hecho lleva a su perfección la fórmula dramática lopesca reduciendo el número de escenas de esta y depurándola de elementos líricos y poco funcionales, convirtiéndola en un pleno espectáculo barroco al que agrega además una especial sensibilidad para la escenografía y la música, elementos que para Lope de Vega tenían una menor importancia.
Utiliza frecuentemente piezas anteriores que refunde eliminando escenas inútiles; disminuye el número de personajes y reduce la riqueza polimétrica del teatro lopesco. Igualmente, sistematiza la exuberancia creativa de su modelo y construye la obra en torno a un protagonista exclusivo. En cierto modo, purga el teatro de Lope de sus elementos más líricos y busca siempre los más teatrales.
Ángel Valbuena Briones ha señalado que en su estilo cabe distinguir dos registros:
En un primer grupo de obras Calderón reordena, condensa y reelabora lo que en Lope aparece de manera difusa y caótica, estilizando su realismo costumbrista y volviéndolo más cortesano. En ellas aparece una rica galería de personajes representativos de su tiempo y de su condición social, todos los cuales tienen en común los tres temas del teatro
barroco español: el amor, la religión y el honor.
En el cultivo de este último tema destaca Calderón en obras como
El alcalde de Zalamea, en que se enfrentan el honor individual (o lo que es lo mismo, la dignidad humana, no costumbre social o externa) de un labrador rico, Pedro Crespo, cuya hija ha sido violada por un aristócrata capitán de los tercios del famoso general don Lope de Figueroa, con el honor corporativo o esprit de corps de este último. En este drama, una de las obras maestras de Calderón luce la verdad humana de los caracteres y la sabiduría y experiencia del héroe, Pedro Crespo, que aconseja asi a su hijo Juan antes de que marche a la milicia con unos versos justamente célebres:
Por la gracia de Dios, Juan, / eres de linaje limpio, / más que el sol, pero villano. / Lo uno y otro te digo; / aquello, porque no humilles / tanto tu orgullo y tu brío, / que dejes, desconfïado, / de aspirar con cuerdo arbitrio / a ser más; lo otro, porque / no vengas desvanecido / a ser menos. Igualmente / usa de entrambos designios / con humildad; porque, siendo / humilde, con recto juicio / acordarás lo mejor / y como tal, en olvido / pondrás cosas, que suceden / al revés en los altivos. / ¡Cuántos, teniendo en el mundo / algún defecto consigo, / le han borrado por humildes; / y cuántos, que no han tenido / defecto, se le han hallado, / por estar ellos mal vistos! / Sé cortés sobre manera; / sé liberal y esparcido, / que el sombrero y el dinero / son los que hacen los amigos; / y no vale tanto el oro / que el sol engendra en el indio / suelo, y que conduce el mar, / como ser uno bienquisto. / No hables mal de las mujeres; / la más humilde, te digo, / que es digna de estimación; / porque al fin de ellas nacimos. / No riñas por cualquier cosa; / que cuando en los pueblos miro / muchos, que a reñir se enseñan, / mil veces entre mí digo: / "Aquesta escuela no es / la que ha de ser". Pues colijo / que no ha de enseñarse a un hombre / con destreza, gala y brío / a reñir, sino a por qué / ha de reñir; que yo afirmo / que, si hubiera un maestro solo / que enseñara prevenido, / no el cómo, el por qué se riña, / todos le dieran sus hijos.
En otras ocasiones aborda las pasiones amorosas que ciegan el alma, en especial los celos patológicos que aborda en
El mayor monstruo, los celos o en El médico de su honra, entre otro dramas.
En su segundo registro, el dramaturgo inventa, más allá del repertorio caballeresco, una forma poético-simbólica desconocida antes de él y que configura un teatro esencialmente lírico, cuyos personajes se elevan hacia lo simbólico y lo espiritual. Escribe entonces fundamentalmente dramas filosóficos o teológicos, autos sacramentales y comedias mitológicas o palatinas.

El alcalde de Zalamea. Detalle del monumento a Calderón de Madrid (J. Figueras, 1878).
Calderón destaca sobre todo como creador de esos personajes barrocos, íntimamente desequilibrados por una pasión trágica, que aparecen en
El príncipe constante, El mágico prodigioso o La devoción de la cruz. Su personaje más conocido es el desgarrado Segismundo de Polonia de La vida es sueño, considerada como la pieza cumbre del teatro calderoniano. Esta obra, paradigma del género de comedias filosóficas, recoge y dramatiza las cuestiones más trascendentales de su época: la libertad o el poder de la voluntad frente al destino, el escepticismo ante las apariencias sensibles, la precariedad de la existencia, considerada como un simple sueño y, en fin, la consoladora idea de que, incluso en sueños, se puede todavía hacer el bien. Tiene esta obra varias versiones hechas por él mismo. También se apunta en ella, aunque muy en segundo plano, el tema de la educación, tan desarrollada posteriormente en el siglo XVIII.
En este segundo registro, lleva a su perfección el llamado
auto sacramental, pieza alegórica en un acto de tema eucarístico destinada a representarse el día del Corpus. Por mencionar sólo algunos, citaremos El gran teatro del mundo o La cena del rey Baltasar.
En cuanto a dramas filosóficos, su obra maestra es, sin duda, La vida es sueño; El médico de su honra y El alcalde de Zalamea en cuanto al
drama de honor, aunque hay también piezas comparables como El pintor de su deshonra (h. 1648) o A secreto agravio secreta venganza (1635).

El escondido y la tapada. Detalle del monumento a Calderón de Madrid (J. Figueras, 1878).
El secreto a voces y La dama duende son cimas en cuanto a
comedia de enredo, con otras muchas menos conocidas de capa y espada como El escondido y la tapada, No hay burlas con el amor, Casa con dos puertas mala es de guardar o Mañanas de abril y mayo, que anticipa el género de la comedia de figurón, aunque una pieza suya como Guárdate del agua mansa posee ya uno, el estrafalario don Toribio de Cuadradillos.
Tienen carácter melodramático comedias como No hay cosa como callar (h. 1639), No siempre lo peor es cierto (entre 1648 y 1650) o La niña de Gómez Arias (h. 1651), que poseen una mayor
introspección y se acercan al universo trágico.
Comedias palatinas son El galán fantasma (1629), Nadie fie su secreto, Manos blancas no ofenden (h. 1640), o El secreto a voces (de la que se conserva un manuscrito autógrafo de 1642).
Se acercó al
drama histórico con piezas como La gran Cenobia (1625), La cisma de Ingalaterra, Amar después de la muerte, o El tuzaní de la Alpujarra (1659) o El mayor monstruo del mundo (1672).
Dramas filosóficos y simbólicos son La hija del aire en sus dos partes, donde se pinta la ambición sin límites de la reina
Semíramis, asesina de su marido Nino, y Las cadenas del demonio (de atribución dudosa).
Dramas religiosos y hagiográficos son La devoción de la Cruz (h. 1625), El purgatorio de San Patricio (1640), El príncipe constante (h. 1629), cuya representación tanto había de influir sobre la concepción teatral de
Jerzy Grotowski, y El mágico prodigioso (1637), obra que influyó poderosamente en el Fausto de Goethe, al que prestó algunos pasajes enteros.

La Danza de la Muerte. Detalle del monumento a Calderón de Madrid (J. Figueras, 1878).
Calderón empezó a interesarse por las
comedias mitológicas al sustituir a Lope de Vega en 1635 como dramaturgo de cámara. Rápidamente se adaptó a las condiciones del gran espectáculo cortesano con piezas como El mayor encanto amor, de ese año, y otras cuales El golfo de las sirenas, El monstruo de los jardines, Fieras afemina amor, La fiera, el rayo y la piedra (1652) o La púrpura de la rosa (1660) entre otras muchas. De este género es la ópera Celos aun del aire matan, que el propio Calderón parodió en su comedia burlesca Céfalo y Pocris.
Pero el género que monopolizó el maestro fue el de los autos sacramentales, desde los de aire medievalizante como El gran teatro del mundo o
El gran mercado del mundo a los de pretexto mitológico, como Andrómeda y Perseo o Psiquis y Cupido. Otros: La cena del rey Baltasar, La vida es sueño, El divino Orfeo (del que hizo dos versiones separadas por casi treinta años), La nave del mercader (1674) etcétera. Calderón es el maestro indiscutido de este género, en el que ya los personajes se han convertido en puras abstracciones conceptuales o pasionales.
Compuso asimismo Calderón bastante teatro menor, por ejemplo
entremeses como El triunfo de Juan Rana.
Otra clasificación es la siguiente:
Tragedias: El médico de su honra, A secreto agravio, secreta venganza; El pintor de su deshonra; La hija del aire.
Comedias serias: La vida es sueño; El alcalde de Zalamea; El mágico prodigioso.
Comedias cortesanas: El hijo del sol, Faetón. La fiera, el rayo y la piedra; El monstruo de los jardines; Eco y Narciso.
Comedias de capa y espada: La dama duende; Casa con dos puertas mala es de guardar; No hay burlas con el amor.
Autos sacramentales: El gran teatro del mundo; El gran mercado del mundo; La cena del rey Baltasar; La protestación de la fe; El verdadero dios Pan.

El teatro cómico de Calderón [editar]
Durante un tiempo se subestimó el teatro cómico de Calderón, pero últimamente ha sido revalorizado, pues ciertamente compuso obras maestras en el género que pueden ser calificadas como comedias de enredo, como
La dama duende, Casa con dos puertas, mala es de guardar o El galán fantasma, y no descuidó el teatro menor.

Los personajes de Calderón [editar]
Aunque Calderón sabe a veces acertar a crear personajes humanos e inolvidables, como Pedro Crespo, la mayor parte de las veces es cierto lo que dijo
Marcelino Menéndez Pelayo:
Los personajes de Calderón apenas aciertan con la expresión natural y sencilla, sino que la sustituyen con hipérboles, discreteos, sutilezas y lluvia de metáforas... Tienen verdad relativa é histórica, carecen de la verdad humana, absoluta y hermosa que estalla en los rugidos de león de los personajes de
Shakespeare.
Por otra parte, los personajes femeninos de Calderón son excesivamente hombrunos y no poseen la feminidad y viveza natural de las mujeres de Lope, aunque cuando se trata de mujeres investidas de autoridad este defecto se transforma en una virtud y encontramos a auténticas encarnaciones de la ambición, como la reina Semíramis en las dos partes de La hija del aire.
En el apartado masculino, Calderón posee un repertorio de personajes inolvidables como Segismundo, Don Lope de Figueroa, Pedro Crespo, el Príncipe Constante o ese prototipo de uno de los personajes más frecuentados por Calderón, el marido enloquecido de celos que representa el Don Gutierre de El médico de su honra; estos celosos patológicos que abundan en los dramas de Calderón razonan férreamente, pero las conclusiones de sus silogismos se asientan sobre sospechas y pasiones desatadas, por lo que el resultado de sus largas cavilaciones dan en el absurdo dramático; por eso les encuentra sustancia trágica Calderón.

La dramaturgia calderoniana [editar]
Calderón reduce el número de escenas que habitualmente empleaban
Lope de Vega y sus seguidores, porque cuida más la estructura dramática; restringe igualmente la abundante polimetría del teatro anterior a octosílabo, endecasílabo y alguna vez heptasílabo; también empobrece el repertorio estrófico a fin de lograr más unidad de estilo. En vez de buscar temas nuevos, que también, prefiere usar temas ya desarrollados por los comediógrafos anteriores de Lope o de su escuela, que reescribe suprimiendo las escenas inútiles, débiles, sobrantes o poco funcionales, o añadiendo las que cree necesarias; es decir, refundiéndolas. Por demás, sigue los mismos mecanismos y convencionalidades de la comedia lopesca, con las aportaciones añadidas de Antonio Mira de Amescua, Tirso de Molina y Juan Ruiz de Alarcón. Su estilo utiliza las galas formales del culteranismo, pero también lo vulgariza con una serie de metáforas en torno a los cuatro elementos que todo su público podía entender, lo que lo vuelve más accesible. Asimismo, emplea símbolos en sus comedias: la caída del caballo, que representa la deshonra o la alteración del orden natural; las casualidades no casuales, el significado profundo de la luz y la oscuridad; el equilibrio natural entre los cuatro elementos, y algunas técnicas dramáticas como la profecía u horóscopo inicial en la obra, que crea espectativas engañosas para el público, por ejemplo en La cisma de Inglaterra o en la misma La vida es sueño. Calderón se da cuenta a veces de lo artificial y mecánica que resulta la fórmula dramática barroca y por ello se permite a veces hacer juegos o bromas metateatrales permitiendo a sus actores hacer comentarios jocosos sobre los tópicos que les salen al paso y se ven obligados a seguir.
Con Calderón de la Barca adquirió plena relevancia en la comedia barroca la
escenografía —lo que él llamaba «memoria de las apariencias»— y la música (se considera a Calderón el primer autor de libretos de zarzuelas), en búsqueda de un espectáculo barroco integral que uniera las diversas artes plásticas. Con este fin colaboró estrechamente con escenógrafos italianos como Cosme Lotti. La carpintería efímera teatral se convirtió en un elemento clave en la composición de sus obras, en especial de los autos sacramentales, que de esa manera se transformaban en complejos emblemas alegóricos preñados de simbolismo moral.

Lenguaje y estilo [editar]
En cuanto a su lenguaje, es manejado con solemnidad, enfatizando la belleza con el uso de
antítesis, metáforas e hipérboles; aunque podría estimarse que es la culminación teatral del culteranismo. Calderón procura que las metáforas puedan ser fácilmente desatadas por su público reiterando un mecánico sistema de referencias cruzadas en torno a los cuatro elementos y recurriendo a una Retórica de fáciles simetrías y diseminaciones y recolecciones. Usa cultismos sin empacho, algunos incluso condenados por Lope de Vega en su Arte nuevo de hacer comedias (1609), como hipogrifo. En sus personajes se acusa un característico frenesí razonador: los personajes calderonianos piensan de modo férreo e impecablemente lógico, aunque sus premisas sean de hecho absurdas; de esa manera, los característicos maridos calderonianos se enloquecen de celos y justifican sus crímenes de forma impecable pero éticamente absurda, abundando en su lenguaje nexos de subordinación lógica causal, consecutiva, condicional, concesiva o final. La metaforización sufre también ese proceso de logicismo mecánico y desarrolla en exclusiva el citado sistema de símbolos fundado en la combinatoria de los cuatro elementos. Abundan los juegos metateatrales, pues no se le ocultaba al propio autor el convencionalismo a que había llegado la fórmula lopesca, y los diálogos fragmentados "al alimón", en que dos o más personajes se van continuando y terminando las frases que dejan a medias sucesiva y simétricamente. Por otra parte, la intratextualidad de Calderón es muy fuerte, pues el autor a veces reutiliza o reescribe textos de unas comedias o autos en otros, autoparodiándose con intención cómica o imitándose a sí mismo conscientemente.

Temas e ideología [editar]
La formación jesuita de Calderón le llevó a asimilar el pensamiento de
San Agustín y Santo Tomás de Aquino a través de la interpretación de Domingo Báñez, Luis de Molina y Francisco Suárez. Sin embargo aflora en su teatro un profundo pesimismo a pesar de la autonomía y validez de la acción humana. En sus obras siempre suele centrarse en la oposición o confrontación entre:
La razón y las pasiones
Lo intelectual y lo instintivo
El entendimiento y la voluntad.
La vida es una peregrinación, un sueño, y el mundo es un teatro de apariencias. Su pesimismo está atemperado por su fe en Dios y por el fuerte
racionalismo que asimiló de Santo Tomás. El sentido de la angustia de muchos de sus personajes le aproximan al existencialismo cristiano contemporáneo:
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ficción,
una sombra, una ilusión,
y el mayor bien es pequeño.
¡Que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son!

Monólogo de Segismundo
Acto II, escena 19. Monologo de Segismundo.
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Asimismo Fernando, el príncipe constante, axclama así poco antes de morir consumido por su propia voluntad:
Pero, ¿qué mal no es mortal / si mortal el hombre es, / y en este confuso abismo / la enfermedad de sí mismo / le viene a matar después? / Hombre, mira que no estés / descuidado. La verdad / sigue, que hay eternidad / y otra enfermedad no esperes / que te avise, pues tú eres / tu mayor enfermedad. / Pisando la tierra dura / de continuo el hombre está, / y cada paso que da / es sobre su sepultura. / Triste ley, sentencia dura / es saber en cualquier caso / cada paso ¡gran fracaso! / es para andar adelante, / y Dios no es a hacer bastante / que no haya dado aquel paso. (El príncipe constante, jornada III)
Calderón ve en la historia, antigua o contemporánea, la huella de la voluntad divina así como en el mundo natural, donde lee el plan y la promesa de Dios.
El repertorio temático de Calderón es amplio y se trata con muy diversas variantes; el
honor; la relación del hombre con el poder y, en relación con esto, la libertad y la responsabilidad moral o el conflicto entre realidad e ilusión, frecuente en la estética barroca del desengaño. Trata de una forma particular los celos patológicos y los conflictos edípicos.

La escuela dramática de Calderón [editar]
La depurada fórmula dramática calderoniana y su particular estilo fueron imitados por importantes ingenios que, como el madrileño, refundieron obras ya compuestas por Lope y sus discípulos al mismo tiempo que componían piezas originales. Los más importantes entre estos autores fueron
Francisco Rojas Zorrilla y Agustín Moreto, pero también hay que contar entre sus discípulos a Antonio de Solís, Juan Bautista Diamante, Agustín de Salazar, Sor Juana Inés de la Cruz, Cristóbal de Monroy, Álvaro Cubillo de Aragón y Francisco Bances Candamo. Otros autores que siguieron a Calderón y alcanzaron algún éxito fueron además Juan de Zabaleta, Juan de la Hoz y Mota, Jerónimo de Cáncer, Juan de Matos Fragoso y Antonio Coello, que escribieron frecuentemente en colaboración; también Juan Vélez de Guevara, hijo del celebérrimo dramaturgo Luis Vélez de Guevara; Antonio Martínez de Meneses y Francisco de Leiva.

Obras más importantes [editar]

La vida es sueño. Detalle del monumento a Calderón de Madrid (J. Figueras, 1878).

Piezas dramáticas datables [editar]
Amor, honor y poder, drama histórico, 1623.
La cisma de Inglaterra, drama histórico, 1627.
Casa con dos puertas, mala es de guardar, comedia de enredo, 1629.
La dama duende, comedia de enredo, 1629.
El príncipe constante, drama histórico, 1629.
La banda y la flor, 1632.
La cena del rey Baltasar, auto sacramental, 1632.
La devoción de la cruz, drama religioso, 1634.
A secreto agravio secreta venganza, drama de honor, 1636.
La vida es sueño, drama filosófico, 1636.
El mágico prodigioso, drama religioso, 1637.
El mayor monstruo del mundo, drama de honor, 1637.
El médico de su honra, drama de honor, 1637.
Los dos amantes del cielo, drama religioso, 1640.
El pintor de su deshonra, drama de honor, 1650.
El alcalde de Zalamea, drama de honor, 1651.
La hija del aire, drama histórico, 1653.
El gran teatro del mundo, auto sacramental, 1655.
Guárdate del agua mansa, comedia de enredo, 1657.
Eco y Narciso, drama mitológico, 1661.
La niña de Gómez Arias, melodrama, 1672.

Dramas [editar]

Monumento a Calderón de la Barca en la Plaza de Santa Ana (Madrid)
Alcalde de Zalamea, El.
Amado y aborrecido.
Amar después de la muerte o El tuzaní de la Alpujarra.
Apolo y Climene.
A secreto agravio secreta venganza.
Armas de la hermosura, Las.
Aurora de Copacabana, La.
Cabellos de Absalón, Los.
Cadenas del demonio, Las.
Celos, aun del aire, matan.
Cisma de Ingalaterra, La.
Darlo todo y no dar nada.
De un castigo tres venganzas.
Devoción de la Cruz, La.
Dos amantes del cielo, Los.
Duelos de amor y lealtad.
Eco y Narciso.
En esta vida todo es verdad y todo es mentira.
Estatua de Prometeo, La.
Exaltación de la Cruz, La.
Fiera, el rayo y la piedra, La.
Fieras afemina amor.
Fineza contra fineza.
Fortunas de Andrómeda y Perseo.
Golfo de las sirenas, El.
Gran Cenobia, La.
Gran príncipe de Fez, El.
Hija del aire, La (dos partes).
Hijo del Sol, Faetón, El.
Hijos de la fortuna, Teágenes y Cariclea, Los.
José de las mujeres, El.
Judas macabeo.
Laurel de Apolo, El.
Luis Pérez el Gallego.
Mágico prodigioso, El.
Mayor encanto amor, El.
Mayor monstruo del mundo, El.
Médico de su honra, El.
Monstruo de los jardines, El.
Ni amor se libra de amor.
Niña de Gómez Arias, La.
Origen, pérdida y restauración de la Virgen del Sagrario.
Postrer duelo de España, El.
Pintor de su deshonra, El.
Príncipe constante, El.
Purgatorio de San Patricio, El.
Púrpura de la rosa, La.
Saber del mal y del bien.
Segundo Escipión, El.
Sibila de Oriente, La.
Sitio de Breda, El.
Tres afectos de amor, Los.
Tres justicias en una, Las.
Tres mayores prodigios, Los

Comedias [editar]
Acaso y el error, El.
Afectos de odio y amor.
Agradecer y no amar.
Alcalde de sí mismo, El.
Amigo, amante y leal.
Amor, honor y poder.
Antes que todo es mi dama.
Argenis y Poliarco.
Astrólogo fingido, El.
Auristela y Lisidante.
Banda y la flor, La.
Basta callar.
Bien vengas, mal, si vienes solo.
Cada uno para sí.
Casa con dos puertas, mala es de guardar.
Castillo de Lindabridis, El.
Conde Lucanor, El.
Con quien vengo, vengo.
Cuál es mayor perfección.
Dama duende, La.
Dar tiempo al tiempo.
Desdicha de la voz, La.
De una causa, dos efectos.
Dicha y desdicha del nombre.
Empeños de un acaso, Los.
Encanto sin encanto, El.
Escondido y la tapada, El.
Fuego de Dios es el querer bien.
Galán fantasma, El.
Guárdate del agua mansa.
Gustos y disgustos son no más que imaginación.
Hado y divisa de Leonido y Marfisa.
Hombre pobre todo es trazas.
Jardín de Falerina, El.
Lances de amor y fortuna.
Maestro de danzar, El.
Manos blancas no ofenden, Las.
Mañana será otro día.
Mañanas de abril y mayo.
Mejor está que estaba.
Mujer, llora y vencerás.
Nadie fíe su secreto.
No hay burlas con el amor.
No hay cosa como callar.
No siempre lo peor es cierto.
Para vencer amor, querer vencerle.
Peor está que estaba.
Primero soy yo.
Puente de Mantible, La.
Secreto a voces, El.
Señora y la criada, La.
También hay duelo en las damas.

Autos sacramentales [editar]
(Por orden alfabético)
A Dios por razón de estado (¿1650-60?).
Alimentos del hombre, Los (1676).
A María el corazón (1664).
Amar y ser amado y divina Filotea (1681).
Andrómeda y Perseo (1680).
Año santo de Roma, El (1650).
Año santo en Madrid, El (1615-52).
Árbol del mejor fruto, El (1661).
Arca de Dios cautiva, El (1673).
Cena del rey Baltasar, La (1634).
Cordero de Isaías, El (1681).
Cubo de la Almudena, El (1651).
Cura y la enfermedad, La (1657-58).
Devoción de la misa, La (¿1637?).
Diablo mudo, El (1660).
Día mayor de los días, El (1678).
Divino Jasón, El (antes de 1630).
Divino Orfeo, El (dos versiones).
Encantos de la culpa, Los (¿1645?).
Espigas de Ruth, Las (1663).
Gran Duque de Gandía, El (¿1639?).
Gran mercado del mundo, El (¿1634-35?).
Gran teatro del mundo, El (¿1634-35?).
Hidalga del Valle, La (¿1634?).
Humildad coronada de las plantas, La (1644).
Iglesia sitiada, La (antes de 1630).
Indulto general, El (1680).
Inmunidad del Sagrado, La (1664).
Jardín de Falerina, El (1675).
Laberinto del mundo, El (1677).
Lepra de Constantino, La.
Lirio y la azucena, El (1660).
Llamados y escogidos (¿1648-49?).
Lo que va del hombre a Dios (¿1640?).
Maestrazgo del Toisón, El (1659).
Misterios de la misa, Los (1640).
Mística y real Babilonia (1662).
Nave del mercader, La (1674).
No hay instante sin milagro (1672).
No hay más fortuna que Dios (¿1653?).
Nuevo hospicio de pobres (1688).
Nuevo Palacio del Retiro, El (1634).
Orden de Melchisedech, El.
Órdenes militares, Las (1662).
Pastor Fido, El (¿1677?).
Piel de Gedeón, La.
Pintor de su deshonra, El.
Pleito matrimonial del cuerpo y el alma, El (1634).
Primer flor del Carmelo, La (antes de 1650).
Primero y segundo Isaac (¿antes de 1659?).
Primer refugio del hombre y probática piscina, El (1661).
Protestación de la fe, La (1656).
Psiquis y Cupido (1640).
¿Quién hallará mujer fuerte?
Redención de cautivos, La (hacia 1672).
Sacro Parnaso, El (1659).
Santo rey don Fernando (primera & segunda partes), El (1671).
Segunda esposa y triunfar muriendo, La (¿1648-49?).
Semilla y la cizaña, La (1651).
Serpiente de metal, La (1676).
Siembra del Señor, La (anterior a 1655).
Socorro general, El (1644).
Sueños hay que verdad son (1670).
Tesoro escondido, El (1679).
Torre de Babilonia, La.
Tu prójimo como a ti (segunda redacción) [antes de 1674].
Universal redención, La. A tu prójimo como a ti.
Vacante general, La (1649).
Valle de la Zarzuela, El (¿hacia 1655?)
Veneno y la triaca, El (1634).
Verdadero Dios Pan, El (1670).
Viático cordero, El (1665).
Vida es sueño, La (segunda redacción) [antes de 1674].
Viña del Señor, La (1674).

Teatro breve (bailes, entremeses, jácaras y mojigangas) [editar]
Baile de las Jácaras (parte 2).
Baile de la Plazuela de Santa Cruz.
Baile de los Zagales.
Entremés de la Barbuda (partes 1 y 2)
Entremés de la Casa de los Linajes.
Entremés de las Carnestolendas.
Entremés de la Casa Holgana.
Entremés del Convidado.
Entremés de los Degollados.
Entremés de don Pegote.
Entremés del Dragoncillo.
Entremés del Escolar y el Soldado.
Entremés de la Franchota.
Entremés de Guardadme las Espaldas.
Entremés de los Instrumentos.
Entremés de las Jácaras (parte 1)
Entremés del Desafío de Juan Rana.
Entremés de la Melancólica.
Entremés de la Pedidora.
Entremés del Mayorazgo.
Entremés de la Plazuela de Santa Cruz.
Entremés de la Premática (partes 1 y 2).
Entremés del Reloj y Genios de la Venta.
Entremés de la Rabia (parte 1).
Entremés del Robo de las Sabinas.
Entremés del Sacristán Mujer.
Entremés del Toreador.
Entremés del Triunfo de Juan Rana.
Jácara del Mellado.
Mojiganga de la Garapiña.
Mojiganga de los Guisados.
Mojiganga de los Ciegos.
Mojiganga de la Muerte.
Mojiganga de la Pandera.
Mojiganga del Parnaso (parte 2 de la Rabia).
Mojiganga del Pésame de la Viuda.
Mojiganga de Juan Rana en la Zarzuela.
Mojiganga de los Sitios de Recreación del Rey.

Obras en colaboración [editar]
Margarita preciosa, La (con
Juan de Zabaleta y Jerónimo de Cáncer y Velasco)
Más hidalga hermosura, La (con Juan de Zabaleta y
Francisco de Rojas Zorrilla).
Monstruo de la fortuna, El (con
Juan Pérez de Montalbán y Francisco de Rojas Zorrilla).
Prodigio de Alemania, El (con
Antonio Coello y Ochoa).
Proezas de Frislán, y muerte del Rey de Suecia, Las (con
Antonio Coello y Ochoa).
Troya abrasada (con Juan de Zabaleta).
Yerros de naturaleza y aciertos de la fortuna (con Antonio Coello de Ochoa).

Obras atribuidas [editar]
Castigo en la traición, El.
Primer blasón del Austria, El.
Que busca la mojiganga, El.
Saco de Amberes, El.






Fuentes. Los poetas.com




Wikipedia




Melan.