miércoles, 16 de febrero de 2011

LOS HERALDOS NEGROS y otros poemas de César Vallejo



LOS HERALDOS NEGROS


Hay golpes en la vida, tan fuertes ... ¡Yo no sé!

Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,

la resaca de todo lo sufrido

se empozara en el alma... Yo no sé!





Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras

en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.

Serán talvez los potros de bárbaros atilas;

o los heraldos negros que nos manda la Muerte.





Son las caídas hondas de los Cristos del alma,

de alguna fe adorable que el Destino blasfema.

Esos golpes sangrientos son las crepitaciones

de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.





Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como

cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;

vuelve los ojos locos, y todo lo vivido

se empoza, como charco de culpa, en la mirada.





Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!


                                                           

LOS DADOS ETERNOS



Para Manuel Gonzales Prada, esta
emoción bravía y selecta, una de las
que, con más entusiasmo, me ha aplau-
dido el gran maestro.





Dios mío, estoy llorando el sér que vivo;

me pesa haber tomádote tu pan;

pero este pobre barro pensativo

no es costra fermentada en tu costado:

¡tú no tienes Marías que se van!





Dios mío, si tú hubieras sido hombre,

hoy supieras ser Dios;

pero tú, que estuviste siempre bien,

no sientes nada de tu creación.

¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!





Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,

como en un condenado,

Dios mío, prenderás todas tus velas,

y jugaremos con el viejo dado.

Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte

del universo todo,

surgirán las ojeras de la Muerte,

como dos ases fúnebres de lodo.


                                                               

DESHOJACION SAGRADA



Luna! Corona de una testa inmensa,

que te vas deshojando en sombras gualdas!

Roja corona de un Jesús que piensa

trágicamente dulce de esmeraldas!





Luna! Alocado corazón celeste

¿por qué bogas así, dentro de copa

llena de vino azul, hacia el oeste,

cual derrotada y dolorida popa?





Luna! Y a fuerza de volar en vano,

te holocaustas en ópalos dispersos:

tú eres talvez mi corazón gitano

que vaga en el azul llorando versos!...




                                               



PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA



Me moriré en París con aguacero,

un día del cual tengo ya el recuerdo.

Me moriré en París -y no me corro-

tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.





Jueves será, porque hoy, jueves, que proso

estos versos, los húmeros me he puesto

a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,

con todo mi camino, a verme solo.





César Vallejo ha muerto, le pegaban

todos sin que él les haga nada;

le daban duro con un palo y duro





también con una soga; son testigos

los días jueves y los huesos húmeros,

la soledad, la lluvia, los caminos...


LOS NUEVE MONSTRUOS





I, desgraciadamente,


el dolor crece en el mundo a cada rato,


crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,


y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces


y la condición del martirio, carnívora voraz,


es el dolor dos veces


y la función de la yerba purísima, el dolor


dos veces


y el bien de ser, dolernos doblemente.






Jamás, hombres humanos,


hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,


en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!


Jamás tanto cariño doloroso,


jamás tan cerca arremetió lo lejos,


jamás el fuego nunca


jugó mejor su rol de frío muerto!


Jamás, señor ministro de salud, fue la salud


más mortal


y la migraña extrajo tanta frente de la frente!


Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,


el corazón, en su cajón, dolor,


la lagartija, en su cajón, dolor.






Crece la desdicha, hermanos hombres,


más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece


con la res de Rousseau, con nuestras barbas;


crece el mal por razones que ignoramos


y es una inundación con propios líquidos,


con propio barro y propia nube sólida!


Invierte el sufrimiento posiciones, da función


en que el humor acuoso es vertical


al pavimento,


el ojo es visto y esta oreja oída,


y esta oreja da nueve campanadas a la hora


del rayo, y nueve carcajadas


a la hora del trigo, y nueve sones hembras


a la hora del llanto, y nueve cánticos


a la hora del hambre y nueve truenos


y nueve látigos, menos un grito.






El dolor nos agarra, hermanos hombres,


por detrás de perfil,


y nos aloca en los cinemas,


nos clava en los gramófonos,


nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente


a nuestros boletos, a nuestras cartas;


y es muy grave sufrir, puede uno orar…


Pues de resultas


del dolor, hay algunos


que nacen, otros crecen, otros mueren,


y otros que nacen y no mueren, otros


que sin haber nacido, mueren, y otros


que no nacen ni mueren (son los más)


Y también de resultas


del sufrimiento, estoy triste


hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,


de ver al pan, crucificado, al nabo,


ensangrentado,


llorando, a la cebolla,


al cereal, en general, harina,


a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,


al vino, un ecce-homo,


tan pálida a la nieve, al sol tan ardio!


¡Cómo, hermanos humanos,


no deciros que ya no puedo y


ya no puedo con tanto cajón,


tanto minuto, tanta


lagartija y tanta


inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!


Señor Ministro de Salud; ¿qué hacer?


¡Ah! desgraciadamente, hombres humanos,


hay, hermanos, muchísimo que hacer.



                                                            

BIOGRAFÍA. 

César Vallejo







(Santiago de Chuco, 1892 - París, 1938) Escritor peruano. César Vallejo es acaso una de las figuras de mayor relieve dentro del vanguardismo hispánico. De origen mestizo y provinciano, su familia pensó en dedicarlo al sacerdocio: era el menor de los once hermanos; este propósito familiar, acogido por él con ilusión en su infancia, explica la presencia en su poesía de abundante vocabulario bíblico y litúrgico, y no deja de tener relación con la obsesión del poeta ante el problema de la vida y de la muerte, que tiene un indudable fondo religioso.






Vallejo hizo los estudios de segunda enseñanza en el Colegio de San Nicolás (Huamachuco). En 1915, después de obtener el título de bachiller en letras, inició estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Trujillo y de Derecho en la Universidad de San Marcos (Lima), pero abandonó sus estudios para instalarse como maestro en Trujillo.






En 1918 César Vallejo publicó su primer poemario: Los heraldos negros, en el que son patentes las influencias modernistas, sobre todo de Julio Herrera y Reissig. Esta obra contiene, además, muestras de lo que será una constante en su obra: la solidaridad del poeta con los sufrimientos de los hombres, que se transforma en un grito de rebelión contra la sociedad.






Acusado injustamente de robo e incendio durante una revuelta popular (1920), César Vallejo pasó tres meses y medio en la cárcel, durante los cuales escribió otra de sus obras maestras, Trilce (1922), que supone la ruptura definitiva con el modernismo y con el nacionalismo literario.






En 1923, tras publicar Escalas melografiadas y Fabla salvaje, César Vallejo marchó a París, donde conoció a Juan Gris y Vicente Huidobro, y fundó la revista Favorables París Poema (1926). En 1928 y 1929 visitó Moscú y conoció a Maiakovski, y en 1930 viajó a España, donde apareció la segunda edición de Trilce. De 1931 son su novela Tungsteno y el cuento de Paco Yunque, y un nuevo viaje a Rusia. En 1932 escribió la obra de teatro Lock-out y se afilió al Partido Comunista Español. Regresó a París, donde vivió en la clandestinidad, y donde, tras estallar la guerra civil, reunió fondos para la causa republicana.






Entre sus otros escritos destaca la obra de teatro Moscú contra Moscú, titulada posteriormente Entre las dos orillas corre el río. Póstumamente aparecieron Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz (1940), conmovedora visión de la guerra de España y expresión de su madurez poética. Contra el secreto profesional y El arte y la revolución, escritos en 1930-1932, aparecieron en 1973.


Fuente. Biografías y Vidas 

Melan.