miércoles, 9 de diciembre de 2009

GABRIELA, CLAVO Y CANELA... (Fragmento) de Jorge Amado


DE COMO NACIB CONTRATÓ UNA COCINERA O DE LOS COMPLICADOS CAMINOS DEL AMOR

Dejó atrás la feria donde las barracas estaban siendo desmontadas, y las mercaderías recogidas. Atravesó por entre los edificios del ferrocarril. Antes de comenzar el Morro Da Conquista estaba el mercado de los esclavos. Alguien, hacía mucho tiempo, había llamado así al lugar donde los "retirantes" acostumbraban acampar, en espera de trabajo. El nombre había pegado y ya nadie lo llamaba de otra manera. Allí se amontonaban los del "sertao" huidos de la sequía, los más pobres de cuantos abandonaban sus casas y sus tierras ante el llamado del cacao.
...Los terratenientes examinaban el grupo recién llegado con el látigo golpeando sus botas. Los del "sertao" gozaban fama de buenos trabajadores.
Hombres y mujeres, agotados y famélicos, esperaban. Veían la distante feria en la que había de todo, y una esperanza les llenaba el corazón. Había conseguido vencer los caminos, la "caatinga", el hambre y las cobras, las enfermedades endémicas, el cansancio. Habían alcanzado la tierra pródiga, los días de miseria parecían terminados. Oían contar historias espantosas, de muerte y violencia, pero conocían el precio cada vez más alto del caco, sabían de hombres llegados como ellos del "sertao" en agonía, y que ahora andaban con botas lustrosas, empuñando látigos de cabo de plata. Dueños de plantaciones de cacao. ... En la feria había estallado una riña, la gente corría, una navaja brillaba a los últimos rayos del sol, los gritos llegaban hasta ahí. Todos los fines de feria eran así, con borrachos y barullos. De entre los del "sertao" se escapaban los son4es melodiosos de un acordeón, y una voz de mujer cantaba tonadas. ... El "coronel" Melk Tavares hizo una señal al ejecutante del acordeón, y el instrumento calló.
-¿Casado?-No, señor.-¿Quieres trabajar para mí? -señalaba a los otros hombres ya escogidos por él-, Un buen acordeonista nunca está de más en una hacienda. Alegra las fiestas...Decían de él que sabía elegir como nadie hombres buenos para el trabajo. Sus haciendas quedaban en Cachoeira do Sul, y las grandes canoas estaban esperando al lado del puente del ferrocarril.-¿De agregado o de contratado?-A elección. Tengo unas tierras nuevas, necesito contratados. -Los del "sertao" preferían contratos, el plantío del cacao nuevo, la posibilidad de ganar dinero por su cuenta y riesgo.-Sí, señor.Melk avistaba a Nacib, bromeaba:-¿Ya tiene plantación, Nacib, viene a contratar gente?-¿Quién soy yo "coronel"?... Busco cocinera, la mía se fue ayer...-¿Y qué me dice de lo sucedido? Jesuíno...-Así es... Una cosa así, de repente...-Ya llevé mi abrazo a la casa de Amancio. Hoy mismo subo para la hacienda para llevar estos hombres... Con el sol, vamos a tener una zafra importante -mostraba a los hombres escogidos, agrupados a su lado-. Estos del "sertao" son buenos para el trabajo. No es como esa gente de aquí que no quieren saber nada de trabajo pesado, lo que les gusta es andar vagabundeando por la ciudad...Otro terrateniente recorría los grupos, Melk continuaba:-El del "sertao" no mide el trabajo, lo que quiere es ganar dinero. A las cinco de la mañana ya están en las plantaciones y sólo largan la herramienta después que se pone el sol. Teniendo garbanzos y carne seca, café y trago, están contentos. Para mí, no hay trabajador que valga los que éstos del "sertao" -afirmaba, como autoridad en la materia.Nacib examinaba los hombres contratados por el "coronel", aprobando la elección. Envidiaba al otro, dueño de tierras, bien plantado en sus botas, seleccionando hombres para los cultivos. En cuanto a él, lo que buscaba era apenas una mujer no muy joven, seria, capz de asegurarle la limpieza de su pequeña casa, el lavado de la ropa, la comida para él, las bandejas para el bar. En eso había estado el día entero, andando de un lado para otro.-Cocinera, por aquí es un problema... -decía Melk.Instintivamente, Nacib buscaba entre las del "sertao" alguna que se pareciera a Filomena, más o menos de su edad, con su aspecto rezongón. El "coronel" Melk le estrechaba la mano porque ya le esperaban las canoas cargadas:-Jesuíno se portó como debía. Hombre de honor...También Nacib vendía sus novedades:-Parece que viene un ingeniero para estudiar la bahía.-Así oí decír. Tiempo perdido, porque esa bahía no tiene arreglo.Nacib fue caminando entre los del "sertao". Viejos muchachos le lanzaban miradas esperanzadas. Pocas mujeres, casi todas con hijos agarrados a las faldas. Por fin reparó en una que aparentaba unos robustos cincuenta años, grandota, sin marido:-Se quedó por el camino, don...-¿Sabe cocinar?-Para la mesa ajena, no.Dios mío, ¿dónde encontrar cocinera? No podía continuar pagándoles una fortuna a las hermanas Dos Reis. Y casualmente en día de mucho movimiento, hoy asesinatos, mañana entierros... Y, para peor, obligado a tragar el almuerzo y la cena del Hotel Coelho, una porquería de comida, sin gusto. Lo ideal sería encargar una cocinera a Aracajú, pagarle el pasaje. Paró ante una vieja, pero no tanto que ciertamente tuviera tiempo de morir al llegar a su casa. Doblábase sobre un bastón, ¿cómo habría conseguido atravesar tanto camino hasta llegar a Ilhéus? Daba pena verla, vieja y reseca, pareciendo un despojo humano. Había tanta desgracia en el mundo...Fue cuando surgió otra mujer, vestida con harapos miserables, cubierta de tanta suciedad que era imposible verle las facciones y calcularle la edad, con los cabellos desgreñados, inmundos de tierra, y los pies descalzos. Traía una vasija con agua, que dejó en las manos trémulas de la vieja, que sorbió con ansias.-Dios le pague...-No hay de qué, abuela... -era la voz de una joven, tal vez la misma que cantaba "mondinhas" cuando llegara Nacib.
.......
Gabriela adormecida introdujo la llave en la cerradura, resoplando por la subida; la sala estaba iluminada. ¿Habrían entrado ladrones? ¿O tal vez la nueva cocinera habría olvidado apagar la luz?Entró despacito y la vio dormida sobre una silla, con los largos cabellos esparcidos sobre los hombros. Después de lavados y peinados se habían transformado en una cabellera suelta, negra, acaracolada. Vestía harapos pero limpios, seguramente los que traía en su atadito. Un desgarrón en la falda dejaba ver un pedazo de muslo color canela, los senos subían y bajaban levemente al ritmo del sueño, el rostro sonreía.-¡Mi Dios! - Nacib se quedó parado, sin poder creer.La miraba con un espanto sin límites; ¿cómo se había escondido tanta belleza bajo el polvo de los caminos? (...)




BIOGRAFÍA.


JORGE AMADO (1912 - 2001)
Jorge Amado, periodista, novelista y escritor de memorias. Nació en la Fazenda Auricídia, dedicada a la recolección de cacao, en Ferradas, Itabuna, Bahia, Brasil, el 10 de agosto de 1912. Es hijo del Coronel Joâo Amado de Faria y de Doña Eulália Leal Amado. Al año de edad lo llevan a Ilhéus, donde pasa la infancia y aprende sus primeras letras. Cursa el secundario en el colegio Antonio Vieira y en el Gimnasio Ipiranga, en Salvador (ciudad que acostumbra a llamar Bahía), donde vive, libre y mezclado con el pueblo, sus años de adolescencia. Allí toma conocimiento de la vida popular que iría a marcar fundamentalmente su obra de novelista. Hace los estudios universitarios en Río de Janeiro, en la Facultad de Derecho, donde se recibe de Bachiller en Ciencias Jurídicas y Sociales (1935). Jamás ejerció la abogacía.
A los 14 años, en Bahía, comienza a trabajar en periódicos y a participar de la vida literaria, siendo uno de los fundadores de la "Academia de los Rebeldes", grupo de jóvenes que, juntamente con los de "Arco y Flecha" y "Samba", desempeña un papel importante en la renovación de las letras bahianas. Comandados por Pinheiro Viegas, figuran en la "Academia de los Rebeldes", además de Jorge Amado, los escritores Joâo Cordeiro, Dias da Costa, Alves Ribeiro, Edison Carneiro, Sosígenes Costa, Válter da Silveira, Aidano do Couto Ferraz y Clóvis Amorim.
Estaba casado con Zélia Gattai -autora de Anarquistas, graças a Deus (1979), Um chapéu para viagem (1982), Senhora dona do baile (1984), Jardim de inverno (1988), Pipistrelo das mil cores (1989) y O segredo da Rua 18 (1991)- y tuvo dos hijos: Joâo Jorge, sociólogo y autor de piezas de teatro infantil, y Paloma, psicóloga, casada con el arquitecto Pedro Costa. Es hermano del médico neuropediatra Joelson Amado y del escritor James Amado.
En 1945, es electo diputado federal por el Estado de San Pablo, teniendo participación de la Asamblea Constituyente de 1946 (por el Partido Comunista Brasileño) y de la primera Cámara Federal para el Estado Nuevo, siendo responsable de varias leyes que beneficiaron a la cultura. Viaja por todo el mundo. Vive exiliado en la Argentina y Uruguay (1941-42), en París (1948-50) y en Praga (1951-52).
Escritor profesional, vive exclusivamente de los derechos autorales de sus libros. Recibe en el extranjero los siguientes premios: Premio Internacional Lenin (Moscú, 1951); Premio de la Latinidad (París, 1971); Premio del Instituto Ítalo-Latino-Americano (Roma, 1976); Premio Risit d'Aur (Udine, Italia, 1984); Premio Moinho, (Italia, 1984); Premio Dimitrof de Literatura (Sofía, Bulgaria, 1986); Premio Pablo Neruda (Asociación de Escritores Soviéticos, Moscú, 1989); Premio Mundial Cino del Duca de la Fundación Simone e Cino Del Duca (1990); y Premio Camôes (1995). En el Brasil recibe una docena de premios más, entre ellos: Premio Nacional de Novela del Instituto Nacional del Libro (1959) y el Trofeo Intelectual del Año (1970). Además recibe una decena de títulos honoríficos en Brasil y en el extranjero. Es miembro de la Academia de Letras de la República Democrática de Alemania, de la Academia de las Ciencias de Lisboa, de la Academia Paulista de Letras y miembro especial de la Academia de Letras de Bahía, Obá do Axê do Opó Afonjá, en Bahía, donde vive, rodeado del cariño y la admiración de todas las clases sociales e intelectuales.
Ejerce actividades periodísticas desde joven, cuando ingresa como reportero en el Diario de Bahía (1927-29), época en que también escribe en la revista literaria bahiana "A Luva". Después, en San Pablo, actuando simpre en la prensa, es redactor jefe de la revista carioca "Don Casmurro" (1939), y colaborador, en el exilio en Argentina (1941-42), en periódicos porteños -Crítica, Sud y otros. Al retornar a su patria, dirige la sección "Hora de Guerra", en el periódico O Imparcial (1943-44), en Salvador, y, mudándose a San Pablo, dirige el diario Hoje (1945). Años después, participa, en Rio, de la dirección del semanario "Para Todos" (1956-58).
Debuta en la literatura en 1930, con la publicación, por una editorial de Rio, de la novela Lenita, escrita en colaboración con Dias da Costa y Édison Carneiro. Publicó su primera obra en 1931, cuando tenía sólo 19 años. Con Cacao, publicada en 1933, su público comienza a aumentar, y actualmente sus primeras ediciones en Brasil alcanzan las 120.000 ejemplares como tirada inicial. Ha publicado unas 40 obras, solo y en colaboración, entre las que destaca Tieta de Agreste, genial epifonema literario cuyos inolvidables personajes son manejados diestramente en un mosaico dinámico. En Uniforme, Frac y Camisón de Dormir, una de sus novelas más paradigmáticas, Jorge Amado abandona el paisaje bahiano, que caracteriza a casi todas sus obras, para ensanchar su horizonte toponímico y su universo de creación, tendencia que ahondará en su obra siguiente, pero sin abandonar los referentes de su país, tanto a nivel social como simbólico. Todos sus libros, que a lo largo de 36 años (de 1941 a 1977) fueron editados por la Livraria Martins Editora, de San Pablo, integraron la colección "Obras Ilustradas de Jorge Amado". Actualmente, las obras de Jorge Amado son editadas por la Distribuidora Record, de Rio. Publicados en 52 países, sus libros fueron traducidos a 48 idiomas y dialectos, también en Braille. Autor comprometido con lo social, Amado refleja además en sus obras la situación política de su país.
Tiene libros adaptados para el cine, teatro, radio, televisión, incluyendo cómics, no sólo en Brasil, sino también en Portugal, Francia, Argentina, Suecia, Alemania, Polonia, Checoslovaquia, Italia y los Estados Unidos.
Jorge Amado murio en Salvador, el día 6 de Agosto de 2001. Fue cremado, y sus cenizas fueron enterrados en el jardín de su residencia, en la Rua Alagoinhas, el 10 de agosto, día en que cumpliria 89 años.


El poder de la palabra