miércoles, 9 de junio de 2010

SOL AMARGO de Oscar Portela





(a JOSÉ LUIS DASILVA NAVÍA


por su poesía y por la poesía)






Tú, sol que has crucificado mis sueños,



incandescente que has cegado mis ojos



con el ansia temprana de la muerte,



aquí, en esta tierra de terror y de espanto



que me empuja al gran vacío de la nada.



No hay moradas aquí, sino el desguarnecimiento



al que me has condenado,



yo que vi con el ojo del mar azul girar en las



los elfos, y que encantado presenté



alabanzas al origen de la desnudez y la osadía,



ay, blancas cenizas hablan hoy por mí,



me llaman pronunciando mi nombre, en tu nombre,



oh sol que no puedes morir, porque eres la muerte



con que pagué los dones que la gracia infinita



quiso poner sobre mis hombros,



y sin embargo el vértigo, aún sacude en mí,



las albas del deseo, los frutos del azar



que por la noche caen sin esperar ya nada,



yo escuchándolos, rígido, sin ver, con los



ojos velados, y con las frías manos, esclavas



de una aurora anterior a mi y a ti, o sol,



feroz coreuta de un verano sin pausas,



que enloquece al mortal con el rigor amargo



de la heredad perdida.






BIOGRAFÍA






Oscar Portela es Bachiller Especializado en Letras. Ha publicado los siguientes libros: Poesía: "Senderos en el Bosque", Torres Agüero Editor. "Los Nuevos Asilos", Botella al Mar, Buenos Aires. "Recepciones Diurnas, Celebraciones Nocturnas", Crisol, Corrientes. "Auto de Fe", Municipalidad de Corrientes. "Había una vez", Botella al Mar, Buenos Aires. "Memorial de Corrientes ", Editorial Tiempo, Corrientes. "Estuario", Publicado por la Comisión del Cuarto Centenario de Corrientes. "Golpe de Gracia", Marymar Ediciones, Buenos Aires. "Selección Poética" —Selection Poetics—. (Edición bilingüe). Ediciones del Correo Latino, Buenos Aires. "La Memoria de Láquesis" y "Fresas Salvajes", Editorial Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), —primera edición—. Dunken, Buenos Aires, —segunda edición—. "El Maldito Asombroso", declarado de Interés Legislativo y Senatorial. Editorial Tiempo. (Oscar, esto no sé dónde ubicarlo) Ensayos: "Nietzsche, sonámbulo del día". Editorial Tiempo. Con el agregado de "Nietzsche Hoy". Corrientes, abril de 1997. “Luisa Mercedes Levinson o Las potencias del mito”. “Abaddón o El apocalipsis según Sábato”. Opúsculos: “La designificación de América y la imposible saga del redescubrimiento”. “Las nuevas miserias de la filosofía”. “Otra lectura de la Berenice de Poe”. “Kafka en Senegal”. “Los premios: La exclusión y el poder de los incluidos”. “Poéticamente reside el hombre”. Publicaciones en conjunto: "Carnaval del fuego y el agua”, VI Congreso del Carnaval de Cádiz, Fundación Gaditana del Carnaval, Excelentísimo Ayuntamiento de Cádiz. 1992. "Nietzsche Sonámbulo del Día", Filosofía en Actas, Fundación Origen, Editorial Catálogos, Buenos Aires. Antologías poéticas: Ediciones Testigo, Plaquette Nro. 13, Buenos Aires, 1975. Antología Feria Regional del Libro, Ediciones Río de los Pájaros (Alvear, Corrientes) 1988. Antología de la Nueva Poesía Argentina, Colección Ambigua Selva, Editores Cuatro S.R.L.) Buenos Aires. Corrientes - Poesía, De La Vega, Fondo Editorial SADE, Seccional Corrientes. Doce Poetas Argentinos Contemporáneos, Ediciones Eleusis, Buenos Aires, 1991. Hora de Poesía nº 18: Tendencias y poetas argentinos actuales, Lentini Editor, (Barcelona - España). Poemas a la madre, Editorial Sudamericana, Buenos Aires. Poemas al padre, Editorial Torres Agüero, Buenos Aires. 70 poetas argentinos, (1970-94), Ediciones Plus Ultra, Buenos Aires, 1994. Antología de la poesía argentina, Editorial Fausto, Buenos Aires, 1979. Cantos Australes, Poesía Argentina, —1940-80—, Monte Ávila Editores Latinoamericana (Caracas, Venezuela), 1995. Antología de la poesía correntina, Editorial EMECE, Buenos Aires. Manual de literatura correntina, Ediciones Noé, Buenos Aires, 1983. Hojas de Sudestada, (La Plata), 1993. Poetas en Botella Mar, Antología 1946—1996, Editorial Botella al Mar. Mirador de Poesía Nro. 5, Editorial Tiempo, Corrientes, mayo de 1997. Entrevistas: Ha sido entrevistado por la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Ha desempeñado los siguientes cargos: Oficiales: Director del Departamento de Letras de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia. Asesor de Cultura de la Dirección Municipal de Cultura. Asesor de Cultura de la Presidencia de la Honorable Cámara de Diputados. Delegado del Fondo Nacional de las Artes en la Provincia de Corrientes. Privados: Presidente "Circulo Literario Correntino" - 1968. Presidente del Cine Club Corrientes - 1969-70. Director Taller Literario de la Revista Literaria "Signos"- 1970. Director Fundador Revista Literaria "Signos" (6 números) 1972-73. Director Fundador del Semanario Acción Federal y del Semanario "La Noticia". Director Fundador de la Revista Tiempo, 1976- 1979. Director Fundador de la Revista y el Semanario Diagnóstico, 1994-95. Otras actividades: Asesor Cultural del "Jockey Club Corrientes" durante la presidencia del Dr. Fernando Díaz Ulloque. Vocal II de la Sociedad Argentina de Escritores durante la presidencia del Dr. Florencio Escardó. Vocal II de la Sociedad Argentina de Escritores durante la Presidencia del Dr. Gilberto Molina por segundo período. Presidente de la SADE Seccional Corrientes durante 1986. Director de la Colección de Obras Poéticas publicadas por la Municipalidad durante la gestión del Dr. Ricardo Leconte, la cual incluye obras de Carlos Gordiola Niella, David Martínez, Francisco Madariaga (primer recopilación de la obra total de este autor cuya edición prologó). En la actualidad continúa siendo Asesor de Cultura de la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Corrientes, Coordinador de la Fundación Juan Torres, y Delegado Zonal de la Sociedad Argentina de Escritores Central para las provincias de Corrientes, Santa Fe y el Chaco. Actividad periodística: Es miembro de la Asociación de Periodistas de Corrientes y ha tenido una intensa actividad tanto en el periodismo gráfico como en el radial. Ha sido Director del Suplemento Cultural del Diario Época (Corrientes) 1973-94. Ha colaborado con los Diarios: La Prensa, La Opinión, El Cronista, Clarín, Convicción (todos de Buenos Aires); El Sol de México (México, D.F.); Cuadernos Hispanoamericanos, (Madrid - España); El Zumo – Zumo (Bogotá - Colombia). “La Nación de Asunción”, y “A. B. C. Color” de la misma ciudad, entre otros medios. Además, se desempeñó como corresponsal del "Semanario Correo de la Semana", "Letras de Buenos Aires" y, en la actualidad, de "Generación Abierta a la Cultura", entre otras publicaciones. Actividad literaria: Ha dictado numerosas conferencias, constituido parte de mesas redondas en el país y el extranjero, y ha presentado libros de numerosos escritores. Ha leído poemas y participado en distintos encuentros de escritores. Ha sido declarado invitado especial junto a otros escritores del país y el extranjero. Ha obtenido los siguientes premios: Periodísticos: Medalla de Honor por su critica a "El corazón extraviado", de Alberto de Zavalía, 1971. Literarios: Segundo Premio en el Concurso de Poemas Ilustrados organizado por la Municipalidad de la Ciudad de Corrientes en adhesión al mes de Corrientes, el 5 de mayo de 1972. Primer Premio "Juan Torres de Vera y Aragón", compartido junto a María Alcides Rivero de Bianchi de la Subsecretaría de Cultura de Provincia de Corrientes por "Los Nuevos Asilos". Primer Premio de la Municipalidad de Corrientes 1981 otorgado a "Recepciones Diurnas Celebraciones Nocturnas". Primer Premio "Carlos Gordiola Niella - Cuarto Centenario Fundación de Corrientes" en el género lírica, por su libro "Estuario". Primer Premio compartido con Beatriz Schaeffer Peña, en el concurso sobre la obra de Luisa Mercedes Levinson, por su ensayo, "El mito en la obra de Luisa Mercedes Levinson", 1995. Otros reconocimientos: Ha recibido reconocimientos especiales por su aporte a la cultura y las letras de su provincia, otorgadas por el "Ateneo Cultural Correntino", por gente de la cultura de San Carlos (Corrientes), el programa radial "Convivencia", el "Scholem Aleijem" de Corrientes, el Teatro Vocacional Corrientes” , y fue declarado visitante distinguido de la ciudad de Rosario otorgado por la Municipalidad con motivo del Primer Festival Internacional de Poesía, en esa ciudad. Actividad musical: Como letrista del cancionero popular, distintos conjuntos le han musicalizado algunas de sus letras. Actualmente prepara "Una Suite Musical: Pasión Latinoamericana". Administración cultural: Como Asesor de Cultura, tanto de la Municipalidad de la Ciudad de Corrientes, como de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia, organizó el recital musical , en Homenaje a los 400 Años de la Fundación de Corrientes, en el Anfiteatro "Mario del Tránsito Cocomarola". En igual carácter coordinó tres encuentros de Escritores Nacionales, en los años 88/ 89/91 y un Encuentro Nacional de Cinematografía. Organizó asimismo el Encuentro de Escritores Nacionales en Alvear (Corrientes) durante los años 88/8






















































179 comentarios:

  1. A QUE
    poema de OSCAR PORTELA

    ¿A que llegar tan lejos para luego caer
    como estrellas fugaces hechas como nosotros
    de la “materia de los sueños?

    Pecados de la “hubrys”, ponedle límites
    A esta vacua cacería de la “nada” y
    A amar solo el aroma de almizcle de tu carne,
    Esfumado ya cuando se cierran los sueños
    Y los puros ojos de las primeras albas.

    Imposible saltar sobre la linea de nuestras
    Propias sombras y el vértigo de la voluntad
    En lucha contra el tiempo y su “fue”.
    <>
    Es suficiente ya: ¿A que llegar tan lejos?

    ¿Pues como medir la extensión del logos
    Del corazón que tan sin límites nos arroja
    Al vacío de la pasión mortal?

    Vuelto estoy hacia la lumbre en duermevela.

    Escucho voces en mis sueños
    Y me se custodiado.

    Hoy definitivamente solo sin el almizcle
    Del recuerdo, camino sobre la linea de la sombra
    Que soy, (Junger no entiende):

    Ah corazón quebrado sobre el ras del horizonte de la tierra,
    Lejos ya del delicado almizcle de tu cuerpo.

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  2. Extraordinario sitio: te felicito con todas mis fuerzas y contá con todo mi apoyo en lo que nesecites: Oscar Portela

    portelao@hotmail.com
    Jujuy 1224. III Piso Departamento "B"-
    Corrientes 3400. Argentina.

    www.universoportela.com.ar

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  3. Señor Portela, tengo que decirle que me siento realmente emocionada al encontrarme con sus propias palabras en mi blog y que es un honor para mí todo lo por usted expresado acerca de él.
    Desde ya que he agendado sus direcciones y tenga por seguro que le enviaré un mail a la brevedad.
    Por último quiero agregar que habrá notado cuánto me gusta su poesía por lo que disfrutaré este nuevo regalo que me envía. Agradeciendo su paso por mi humilde sitio, lo saludo con sincero afecto. Melan.

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  4. Cariños mi queridísima amiga: la salud y el animo me han jugado una mala pasada en los últimos meses.

    Y me he abandonado a mi mismo: espero con todo el corazón que estés bien: bbbb de Oscar Portela

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  5. OSCAR PORTELA

    TENGO PARA MÍ

    A mi maestro Oscar del Barco
    poema de Oscar Portela

    Tengo para mí que soy yo mismo
    la sombra que me guía y que se adensa
    tras de mis ciegos pasos. Seguro estoy
    de que soy aquel rapaz dueño del daimón
    que promueve destinos que derivan
    en la espectralidad de la intemperie-
    y que sueña el reposo y sin posada,
    se corona a sí mismo con espinas-
    mirtos, alas de colibríes, piel de culebras-
    en el vacio sótano de un castillo parlante.

    Y tengo para mí la sombra del suicidio,
    la ajusticiada sombra de la lumbre –
    el danzarín desesperado - el bufón hecho tea-
    todo lo tengo para mí, pues yo soy ese y el otro,

    el otro que me espera, que no termina de nacer,
    el moribundo - el nonato que finge estar aquí-
    y ser el sueño de una pobre mujer en pueblo oscuro.

    Ese soy y para mí lo tengo: lo tengo escrito en lápidas
    de pórfido, en lenguas nunca habladas,
    sobre salobres mares desecados y soy el asesino y
    el amante, el ladrón y el que dona sin esperar ya nada-

    Soy el desesperado que desea no desear ya más
    que la desidia – el odiador del verbo y de la música-
    de los paisajes que remedan espejos
    lanzados como sombras al abismo de un corazón
    ya muerto: soy el amanecido
    y el que ignora los ciegos soles de toda aurora ausente.

    Soy Villon y soy Poe y soy una elegía interminable
    que susurra los nombres nunca dichos y que caen con
    ellos taciturno al fondo del averno. Ay, y tengo para mí
    que soy yo mismo Lucifer y Gabriel en duelo extraño.

    Así afirmo que tengo para para mí que las doloras de Vallejo fueron
    escritas por mis lágrimas y que debo quedarme – aquí me quedo,
    solo, temblando, como un ave sin nido en seca rama.

    Soy el lascivo y el asceta que se desangra a solas
    sin hermanos o respuestas que me confirmen en aserto
    - digo que tengo para mí que soy yo mismo- y el otro- el otro-
    el otro Oscar que sabe lo que calla y llora a solas-
    a solas canta y el desierto mundo que se acrece aquí – como
    un buque fantasma en las tinieblas sigue su rumbo
    sin otro puerto que vigilia eterna: este soy yo que para
    mí lo tengo. Ave de un paraíso extraño, veneno de una cobra
    en celo que paraliza y mata, yo soy esto. Y aquí me quedo.

    Ya sin lugar ni mundo pues los dejo a la sombra que jamás
    da conmigo en el cuadrante y al otro, al otro Oscar, al que yo
    espero muriéndome de frío en el averno: que extraña certidumbre
    ésta que tengo y pues paro ahora mismo – el tener para mí
    que yo soy este - y el otro - y los otros y los otoños lánguidos,
    o las ciudades despobladas y un lejano recuerdo
    que me habita: un abra y un caballo a solas y el daimón
    invisible que extravía a las almas más sencillas y nobles –
    la porfía y la lucha contra el viento – tengo yo para mí
    que ahí nacieron.

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  6. EL ABANDONO
    a Graciela Maturo


    El cuerpo me abandona lentamente.
    Los ardores de fragua del verano.
    El tortuoso invierno. La recelosa cobra
    Del deseo oculta en madriguera.
    Los colores minados por la ausencia
    De la piel renovada en staccato de cada primavera.

    El oro en las arenas y el sueño, el sueño
    De quien entra a la presencia como a un bosque de
    Símbolos donde no estabas tú. No es un arca mi cuerpo.

    No es chalupa siquiera: siniestrado por las tormentas
    Y huracanes, siempre en desiertos, ¿como podría
    Salvar algo de lo queda en la memoria de aquel
    Pajaro Azul que ayer cantaba en mis ventanas?

    Ah, llévame contigo hacia el poniente donde nada
    Se pone, traspone el horizonte, piérdete entre las nubes
    Más lejanas, atisba entre las cifras donde tal vez
    Los ángeles arrullen el silencio de Dios.

    ¿Volverás a la tierra? Tal vez el pino enhiesto en la colina
    Te espere como el rayo y el amor que te abandona ahora
    O que nuca tuviste encuentre asilo entre sus ramas

    Cuando lo yermo cede y en tus ojos vuelve el lapacho
    A florecer serenamente.

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  7. Toda mi colaboración para este sitio exepcional, que linkearé a mi web,por supuesto: OSCAR PORTELA

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  8. MISERIA
    poema de OSCAR PORTELA

    Tanta miseria venida de la penuria

    de no sabernos frágiles mortales,

    “tal estrellas fugaces que ignoran el

    sentido del dolor, y tanta soledad que se fuga

    de sí tras la anónima sombra de multitud vacía,

    sin arcas en ningún desierto,

    tanta violencia flamígera huída de lo inacabado,

    “hubrys” de una voluntad que solo se sabe a si misma,

    y tanta bastardía de quien es huérfano de si

    en la escala de un verbo donde todo

    se ha dicho ya : hombres pequeños

    de parpadeos y saltos en medio

    de un medido destierro y verdugo

    de la condición de los aromas

    y sus nombres, Ah vosotros, que carecéis

    de nombres y de casas, y tanto destierro entre tinieblas

    de encenizados soles, abandonados ya

    a la extinción del fuego en la incuria del neón

    y así nunca saber de donde venimos ni hacia donde vamos.

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  9. FRAGILIDADE
    de Oscar Portela

    És o Anjo. Estás aqui encarnado.
    Junto a mim. És meu abismo.
    A frágil beleza que o destroi
    Inteiro. Tuas mãos não são Mãos.
    São as Ligeiras Asas que o vento
    Agita sobre a terra árida
    Algemada a meu pranto.
    Se soubesses, esse saber também poderia
    Destruir-me. Nem um instante sequer
    Poderia suportá-lo. É o âmbito
    Onde o abismo busca o Éter e ambos
    Selam um novo pacto.
    Meu coração explode. ¿Como um mortal
    Poderia suportá-lo? Encequecendo-se.
    Mas em trevas vejo estremecer
    Tudo que à tua passagem sente
    A presença do Anjo.
    Impossível foi e será suportar a
    Medida deste infinito que sopra aqui
    A meu lado. Insone És.
    Deixa que este mortal consuma
    Seus temores violáceos e derrame suas
    Cinzas em honra de tuas Asas.

    Versión de Vera Laporta

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  10. EL CANTO
    poema de OSCAR PORTELA

    Vuelve canto a mi boca. No abandones los sueños

    Y las videncias que prohijaste en mí y en las que ardí

    Por una eternidad apenas como alegoría del instante.

    No me dejes ahora que los harapos de las visiones

    Del verbo son sombras que me acompañan hacia

    La luz final que oculta la melodía en la que

    Se perdieron mis horas: haz de mí nuevamente

    Un fanal de venenos y mieles, y reúne todo lo mortal

    En las imágenes que han venido hasta mí

    Solo para crucificarme: otórgame tumbas y resurrecciones,

    Sarcófagos y soles espectrales para que la soledad

    No me devore y abandoname luego a la intemperie,

    De aquellos elementos que me elevaron por encima

    De aquel que no es más que un rapazuelo, capaz de abrir

    Sus ojos para que el Dios en su más pura forma

    Crezca como asfódelo entre los pliegos de mi carne.



    Ábreme, no me cierres a la osadía de ser la llaga

    Del sentido, y deja que las videncias en las que iluminé

    El camino del apostata, las islas del Egeo, el cuerpo de Theo,

    Los ojos de Theo, en los cuales se ocultan todas las mieles

    De la Estigia, sus piernas y su cintura que copian

    Los peligros de la aventura de Odiseo sean el postrer

    Ejercicio de haber estado aquí sirviéndote, y haz que el

    Colibrí beba de mí por última vez, mientras mis ajadas

    Manos acarician el cabello del Dios a quien me rindo:

    Ámbos mortales, ámbos solo búcaros, que buscan

    Morir en el amor para resucitar tal vez convertidos

    En lobos ya solamente para servir a la luna.



    Pero ahora dame una vez más aquel veneno

    Con el cual curé mis heridas para construir imágenes

    Que solo hablan el sinsentido de tu loca

    Carrera, Oh canto, nocturna estrella de zafiro

    En la frente de Theo por un segundo más, por un segundo

    En sus tobillos y el empeine de sus pies, por un segundo más

    Por un segundo déjame desaparecer en sus límpidos

    Ojos, déjame morir en él como la rosa que vive por un segundo

    En el cántaro que la aprisiona, poséeme luz una vez más

    Para que transfundidos y ya eternos de nuestros cuerpos espectrales

    Gotee el aceite de la Eternidad, porque yo te amo- Theo- Eternidad.


    */ el más ambicioso canto escrito por mí en los últimos

    tiempos: a Theo Theodoridis mas Dios que Hombre: Oscar Portela.


    */ para Elía de Oscar

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  11. LA CARRERA
    poema de OSCAR PORTELA

    En mitad de la noche mi corazón se ahoga.
    Y el indómito potro cae vencido por la ardiente
    carrera que conduce hacia el alba. La muerte lo sorprende.

    Y hay temblor en sus músculos cuando abre sus ojos a la oscura
    tiniebla de los sueños. La razón apacigua la angustia de esperar
    y consagrar la ostia que es misterio al olvido de duelos y doloras.

    La sincopa se aleja.Y nuevamente entrega el noble músculo
    al círculo vicioso de la noche para continuar remando
    hacia un círculo incierto. ¿Adonde vamos Dios mío, adonde vamos?

    La soledad en mitad de la noche aúlla como un lobo: es certeza
    y es duda, es fría fuente, y es infierno esta ardiente carrera.

    El polvo de los sueños que atraviesa la sístole se borra poco a poco.

    ¡Ah desbocado corazón, potro indomable sigue esperando pues
    por la luz de aqueste amanecer aún remoto!

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  13. EL CORAZÓN
    un poema de OSCAR PORTELA

    Escucha el corazón de la piedra. La estalactita
    Escucha. Escucha los lamentos del viento.
    El corazón de Nada escucha. Escucha es corazón.
    Y vértigo. El pino en las alturas mira el abismo
    Sin temer lo oscuro. Escucha. El corazón escucha.
    Asimismo se ausculta el corazón y advierte
    La intemperie. La incuria. La soledad que espanta.
    El incubo que nace. La muerte que despierta.
    La soledad que asfixia las cometas de un cuerpo
    Que fue consagración de primavera. Y escucha corazón
    Las plañideras flechas del deseo.
    No es este el corazón que siente.
    Es grafía del cuerpo y del espanto. Escucha
    Tierra el corazón que nace de tus
    Propias entrañas y asciende hacia lo mudo.
    Hacia el azur profano. El corazón que mira
    El cuerpo de Afrodita y se convierte en llanto.
    Es este el corazón llagado. La lengua es su destino.
    Los labios, las plegarias, las promesas.
    El proemio de una historia de amor y de un
    Cuerpo sin penas. Escucha corazón. El corazón
    Escucha. ¿Recuerdas las tardes del estío,
    El río que no vuelve, las riberas, los árboles,
    La soledad sin fin y nosotros apenas desnudos
    Y sin nombres vero- testamentarios?
    Aquí estas corazón. Aquí tú escucha.
    Tu final sin historias ni quejas ni llamados.
    Escucha corazón y dime las plegarias
    De una pregunta apenas. El Adamita espera.
    Desnudo corazón tu escucha y pena.
    El agua escucha.
    Pasa y escucha las endechas del tiempo.
    Las flechas con que Apolo hirió a Marcias y el canto
    Con que florece el loto en las aguas del lago.
    Escucha corazón. Escucha. Y dime todo. Todo.

    Dame su joven cuerpo. Desnúdalo de nuevo y entrégalo
    A mis cantos. A la oración primera. A las albas que Eros
    Vio nacer en mi pecho. El corazón escucha. Escucha
    El corazón y tañe la amapola, el lirio y la azucena.
    Yo torno -je tournat - a vigilar lo pleno.
    Construyo sobre escombros como Abel Posse quisiera.
    Y allá en la luz de otro sangral poniente
    Liza sonríe a solas ya para siempre.
    Escucho corazón. Yo escucho. Soy tuyo aún.
    Aun soy primavera. Escucha en la sonata de la luna
    Que llama a todos y aún espera. Espera
    La vigilia de un hombre que está solo y espera.

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  14. */ para melan: extraordinario sitio, que creo debería estar más promocionado. todo mi apoyo oscar portela

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  15. EL VERBO Y LA CARNE

    POEMA DE OSCAR PORTELA

    A BRUNO SANTOS



    De que luz primigenia. De que auroras


    Nacidas al amparo de vulneradas muertes.


    De que amarillas lunas ahogadas por el agua


    De lagos primordiales como los elementos.


    De que silbidos áureos que presagian


    El transito del caos a la armonía cósmica


    El alfarero inaugural hizo tu cuerpo de la arcilla


    Más pura desta tierra, oh Bruno a torbellino y


    Magia condenado. Tú eres la tierra adolecida


    De toda la inocencia de un devenir sin deudas


    Y el milagroso azar que nos corona con recia


    Aristocracia del más audaz deseo de la especie.


    ¿Que alfarero y chaman mojó sus dedos en las


    Dolientes viseras de un pájaro para


    Amasar tus labios, ánforas que contienen toda


    Las endechas del mundo? ¿Que coreutas osados cantaron


    El nacimiento de tus formas cinceladas en ébano


    Cubiertas por tu carne trabajada en arcilla


    Santificada por la aurora de América?


    ¿Que chaman te bautizó en la cuna de verde césped


    Humedecido por el rocío del alba primigenia?


    ¿Que sinuosos ríos de montaña dibujaron tus caderas


    Que huyen de las manos del hombre y de todo poema?.


    Y tus desnudos muslos que envidian las efigies


    Y rompen los harapos de humanas vestiduras


    Para surgir desnudos y perfectos como la melodía


    Que los vientos ponen en las florestas para que todo


    Asombro bañe la hermosura de un Dios que esperará


    La hora de bendecir el suelo que nos toma y tomará


    Nuestros deseos todos para quemarlos en la hoguera


    Del amor deseado y devolverlos a la tierra fértil


    A la que pertenecemos los mortales y dioses


    Que embellecen las horas de los días terrestres.


    No hay templos para ti, oh Bruno, ni poemas que no se rompan


    Por que eres mas bello que el verbo convertido en palabra.


    Porque tú justificas todo el dolor del mundo.


    Tu belleza es el premio y la eternidad del oro.


    El dolor dice pasa pero el goce quiere contemplar tus fulgores.


    La eternidad efímera del búcaro que no puede morir


    Y vuelve eternamente como los dioses de la tierra que son


    El salmo de la tierra misma y tu su encarnación oh Bruno Santos.

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  16. UN ADIÓS DE OSCAR PORTELA
    a Christian Binderfeld

    poema de Oscar Portela


    Perdido el fuego del aliento que los Dioses

    Depositaran en lo profundo de mi boca

    ¿Adonde huir, ah decidme vosotros:


    Hacia que calmos lagos donde duermen

    las algas, oh vasto mundo y

    abandonar mis sueños y deseos

    volados hacia el invierno más letal

    donde sucumbe el alma de la forma?


    Gotas de sangre caen de mis ojos.

    Adiós. ¿Quién habla ahora y en nombre

    de que loa aún a la tierra?


    Vasto mundo, vasto mundo: alguna vez

    amé su cuerpo y mis voces hablaron

    por su ebria alegría y mi años florecieron

    repentinos como el relámpago

    en sus manos transformadas en fuentes:

    Una flor de lapacho perforaba mis ojos.


    Restancias del deseo. Si me llamara Raimundo

    vasto mundo sería apenas una rima

    y no una solución.

    Adiós palomares silvestres.

    Todo lo noble se ha esfumado del mundo

    ahora que los Dioses abandonaron

    al amigo del solar y la endecha.

    ¿Adonde ir decidme ya vosotros

    apresuradamente: no se quien soy

    y la sordera hace presa de mí:

    Adiós memorias. Las nauseas me devoran.

    Cumplidas que fueran las tareas

    encomendadas a mi ambiguo destino

    me despido ahora atentamente

    de vosotros: Oscar Portela.

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  17. QUESTIONS
    poema de OSCAR PORTELA

    Après tant de temps. Le temps
    Ne mesure rien. Après tant
    D’attente. L’attente ne mesure rien. Rien.
    Après tant de morts, de crucifixions,
    De deuils, pourquoi te cherché-je, tu m’assassines,
    Mon envoi douloureux, aiguillon de ma soif
    Qui cède déjà devant la recherche insatiable
    D’une épine si cruelle, vaine question stérile
    Sans mesure, à part mon non-être déjà, ici ni maintenant.
    Pourquoi continuer alors ? Pourquoi ? Pourquoi
    Te chercher comme l’asile où soigner
    La peur de devenir ainsi, plongé dans la jouissance
    Et exposé aux éclairs et à la tempête où
    Ma mère enfante, est-ce mon destin ?
    Pourquoi me refuser, pourquoi te refuser quand
    Le coq chante, bleu désir, blessure qui rachète ?
    Pourquoi croire que le sommeil, la fuite féroce
    De la meute qui m’aima un jour, me sauvera
    De tant de deuil, de désolation et de vie ?
    Pourquoi te croire mort, pourquoi la soudaineté
    De ta paix donnerait-elle la tranquillité et la paix à mon âme ?
    Et je continue de m’interroger pendant que tu
    M’enfouis dans une brume dense.

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  18. Cariños Melan:Oscar Portela

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  19. MARLON TEIXEIRA EL AIRE Y LOS SUEÑOS

    poema de OSCAR PORTELA

    Finalmente roto el hechizo de la magia

    que suscribe los nombres, roto el aliento

    de la escritura, retirada la mar y sus desechos

    de los amplios dominios, estoy solo conmigo

    y la sombra del cuerpo del leguaje que va

    ha abandonarme definitivamente.

    ¿Que más puedo decir ? Ahora que finalmente

    comprendo que solo soy mi cuerpo y que tras

    los huesos y la carne nada hay que no sean la pasión

    y la fuerza del viento del inaudible canto :

    Pues que he cantado por mi cuerpo,

    han cantado mis órganos, las cuerdas de un laúd

    enmudecido que ahora dirán que sí a la muerte.

    Los misteriosos duendes del sueño me repiten,

    el ha venido para que toda muerte

    sea el acceso a otras albas y el abra será tuya nuevamente:

    su cuerpo, donde los elementos se despojan de furia,

    la inaudita sensualidad de su carne y de sus labios

    donde el día apaga todo fragor de lucha,

    todo volcán es dominado y todo rayo.

    Porque es el - el mismo rayo un don de la belleza impetrada

    para indicar el camino a quienes con el nos desposamos :

    ¡También tú pasarás, oh Marlon !

    También tu belleza, que es el precinto del tesoro de las luces

    que busco ahora que declina mi estancia en esta tierra,

    empero como en el comienzo de la fábula donde el mundo

    comienza, tú vendrás nuevamente para resucitarnos

    con llamados, ya dentro de ti y tú aherrojando mis delirios,

    devoraremos nuestros éxtasis, y tus piernas y el planetarium

    de tu cuerpo todo, serán los aposentos donde las declinantes

    llamas de mi carne devoraran las agonías

    de los espasmos y los salvajes rituales donde seguros códices

    me dirán, tú eres suyo, mientras desapareces en abismos

    de ilimitado goce, para así abrir otros fanales, otras puertas,

    y entregarte al mortal como lo hacen los divinos,

    jugando, Marlon Teixeira, jugando todo el juego del mudo,

    toda la fabula del mundo en la punta de la dorada aguja

    que burila todo exceso que hace de la muerte

    el triunfo de la vida, pues en la pequeñas muertes

    con la que acompasadamente seguimos la leyes del bing-bang,

    recomenzamos, cuando nos fundimos uno en otro, muerte - vida.

    vida - muerte, y la derrota se convierte en triunfo.

    O la victoria en la gloriosa derrota del amor

    y la muerte, el acceso a la inmortalidad del goce.

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  20. Querida Melan: ruego borrar la primera versión del ultimo poema: Oscar Portela

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  21. SOLEDADES

    poema de Oscar Portela

    Profunda soledad de las estrellas.

    La luz peto de soledad

    que ciega y aísla, hielo y desierto.

    Y el tiempo muerto del grito del eclipse

    cayendo como mortaja sobre el mundo.

    Así estoy, grito sin eco, momificado

    por la profunda soledad de las estrellas

    y abriéndome a todas las galaxias, ya sin madre

    a que devolver el grito de soledad que me destroza

    mientras espero disolverme en el último

    límite de un corazón que late aún

    y espera el grito del eclipse definitivo

    del hielo y el desierto.

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  22. Mil perdones por las dos primeras versiones: estoy enfermo y estos errores - con excepción de la última versión, son consecuencia de ello: pena no poder borrarlos yo: Oscar Portela

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  23. Querido Oscar, acabo de borrar las versiones del poema tal cual me lo pidió. Ahora estoy tratando de publicar estos poemas de los comentarios pero parece que llegaron con un virus, el sistema me dice que tienen un script y ya me costó mucho hacer los borradores. Hace unos días le envié un mail, no sé si le habrá llegado, si es así, envíeme a la misma dirección esos poemas como archivo, igual yo voy a tratar de encontrarlos en google. Me preocupa lo que me dice que está enfermo. Espero me pueda contestar el mail y contarme un poquito más. Yo soy una persona de mucha fe que tengo un angelito en el Cielo, mi hija mayor que se me fue de una leucemia a los dieciseis años en el 94, a ella le pido muchas cosas y muchas me concede o no sé de qué modo interviene ante el Padre o Jesús y se hacen realidad, se llamaba Noelia, voy a pedirle por usted en mis oraciones. Si es hombre de fe hágalo usted también. Le mando un abrazo muy fuerte y espero ansiosa su mail. Un beso. Melan.

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  24. Gracias mil querída Melan,y sepa que este sitio es un refugio del buen gusto, de su sensibilidad, y su talento: con todo mi cariño: Oscar Portela

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  25. GRIS

    poema de OSCAR PORTELA

    a Perla Sar


    Abre tus manos y misericordiosa

    recibe el gris de las cenizas de los sueños

    convertidos en humo y da guarida a las

    sombras que vienen desde Ítaca donde aún

    se espera: nada más vacuo que la espera,

    y la vida es espera sostenida en la nada

    de soledad y espanto: abre tus manos,

    urnas donde reposan fantasmas y agonías,

    venenos y traiciones. No soy sino el gris

    de las cenizas que el viento intenta

    convertir en llama pero la sangre

    de tus manos en mitad de la noche

    y lo no consagrado por los deseos

    del Olimpo, tomará de tus dedos

    sangre y vida, agua de Castalia,

    y tornarán cenizas a ser el simulacro

    del amor y la daga que danza en

    las venturas de Perseo.


    Sobre Oscar Portela

    fragmento de un ensayo de Norma Pérez Martín.

    La locura, el viento, el desamparo, la luz, el canto, la orilla absoluta, los pájaros, la noche escalonan niveles de la añoranza, esa “belleza impiadosa” que lastima y libera al creador.

    La referencialidad situada (espacio-tiempo) asoma, pero no constituye un juego anecdótico, ni escapismo ni merodeo por los esteros de la literalidad: más bien se ofrece como “la metáfora viva” que postula Ricoeur.

    Tampoco será tan tangencial los referentes aludidos por el poeta de Corrientes; puesto que el hombre es un fluyente devenir en las aguas del tiempo. La “poética del espacio” indagada por Gastón Bachelard se ofrece plenamente en las páginas de Oscar Portela: lo minúsculo y lo mayúsculo conviven; lo pequeño y, a veces, tangencial, deviene en esencia, capaz de afrontar la eternidad.

    “Posiblemente la alianza del deseo y la soledad a través de la armonía en la serenidad, es lo que quizás busco" –dice Oscar Portela-. "Yo no sé si esto lo encontré, continúa. No sé si el derrotero se conduce al poeta finalmente a través de la palabra, hacia un horizonte determinado, sea la sabiduría”.

    La duda se agudiza, pero al mismo tiempo, el creador intuye la salida. No es precisamente, el camino de la razón el que le ofrece las respuestas.

    La poesía es la vía del conocimiento profundo; lo saben los grandes creadores de la humanidad

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  26. LOS OJOS

    poema

    de OSCAR PORTELA

    Me miras. Y desde ti me veo. Soy yo otra vez.
    En el azul profundo de mar de tu mirada caben
    Todos los cielos. Me miras. Estoy aquí. Soy un
    Viento. Soy índigo. Solo para mi mismo esta fluyendo
    Mi vida como un río mirado y visto.

    Soy esta apuesta. Y te contemplo. ¿De lo contrario
    Como me miraría yo en tus ojos?. ¡Helas!

    No tienes tiempos. Y tiene el tiempo alas. El orden es.
    Y responsable soy de ese llamado al que contesto
    Sin misterio ninguno. Vuelvo a ser yo y espero.

    Somos hijos de Adán. Somos su sombra y su retorno todo.

    ¿Que me lleva hacia ti sino el deseo? Sube desde tu boca
    Astral un tiempo que se abre como dulce durazno
    Y sangra mi alma en tu nostalgia pura
    De otra patria lejana.

    ¿Que me dicen tus ojos,tu mirada? ¿De que secretos sellos
    Demoníacos preservados por las semillas
    De otras tierras me dictan éstos arrobos y estas danzas?

    Tu frente el mar,el mar sobre esos ojos sin olas y sereno.

    Y en cuadratura exacta la barbilla de lo que fuera fauno
    Y es mortal ahora. Hijo de un ángel desamparado y triste.

    Agrio sabor de un silbo vulnerado por la envidia de Apolo
    Ya vencido por Marcias. Hay fuegos y lamentos en tus ojos.

    El secreto sellado en una urna egea clama por ser colmado.

    Y el eco de tu llamado vibra sobre tus puros pómulos.
    Oratorio donde se deposita un beso.

    Todo tu rostro es un llamado en sombras.

    Y yo respondo con cánticos profanos. Solo tendrías que adelantar
    La mano y el viento de ser en abundancia
    Derramaría todo.

    Me miras y devuelves a mí constantemente. A lo que fui
    Y a lo que soy de nuevo.

    Un mensajero solo. El servidor de un Dios ya desterrado
    Que espera del mortal su guarida segura.

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  27. Cariños Melan: oscaronnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn

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  28. FRESAS SALVAJES

    a INGMAR BERGMAN
    poema de OSCAR PORTELA

    Antaño abril hablaba por boca del azul
    más profundo, y era el deseo más hondo
    aún que la memoria recogida en azules
    y en parloteos de tordos que hablan
    secretamente en solitarios senderos
    del lenguaje. Pero ahora que huye el día
    y las salvajes fresas pesan sobre los
    nombres, y las sombras de lo que no
    fue entregado y recibido enfrían el jardín,
    ahora que los recuerdos yacen inertes como
    sangre de potros que en un lejano
    invierno ponían alas al deseo de ser, ahora
    que soy interrogado por las sombras,
    y la soledad no es sólo una hermosa
    palabra, sino testimonio del canto
    secretamente presentido en otros, y en la
    imagen del aquél que dándose protege
    y consuma lo sagrado en el hombre, ahora
    que los años murmuran sabemos
    que nada fue cumplido, y que toda
    esperanza es una sombra que pasa,
    la luz de un día que huye y el más denso
    secreto que las salvajes fresas retienen junto
    a sí. Cruel es el azul y frío de este abril
    que presagia el nacimiento de los
    sueños. Agrio el sabor de los años que
    sostuvieron mi niñez, cuando la iniquidad
    subía a la cabaña donde frutos maduros
    aún sostienen la libertad, y el poeta
    suicida sube también, en busca de la
    estrella del sentimiento pensado que nos
    revele el ángel del camino. Nubes
    oscuras ascendían al cielo, y el invierno
    que dura venía para quedarse sobre mi.

    ¡Hijo de quien soy, de que tarea,
    de que vana confianza en la palabra y en la
    sangre de la palabra que florecía sobre
    un alba más rosada que los labios de Eros?

    Pueden decirme el texto desbrozado,
    los paisajes más cálidos, los afanes y trabajos
    del mundo para que permanecer aún
    junto a las fuentes, solitario, esperando la
    consumación del día que huye y recordando
    el olor de las fresas salvajes del jardín
    de otros días?

    Las imágenes ceden ante
    la luz de invierno y el azul congelado
    en el éter es un anuncio de la noche que viene.

    ¿Qué podrá sostenerme si lo no
    revelado en la afanosa sangre no se hace uno
    conmigo, si al donarnos la vida no nos crece
    la muerte para hacernos uno con todo?

    Preguntar es la plegaria del pensamiento.

    Pero esperar sin preguntar, calladamente,
    es la osadía de ser, cuando la noche cae sobre el mundo.

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  29. EN CARNE VIVA
    poema de OSCAR PORTELA

    ¿Conocéis vosotros las grandes ardentías
    de las vastas llanuras
    cuando el fuego que purifica
    se propaga para volver ceniza
    las antiguas pasturas y así dejar
    crecer lo verde bajo la ciega
    luz de la canícula? ¿Conocéis vosotros
    el corazón atormentado presa
    de los incendios del amor? ¿El corazón
    que sangra en las noches
    de insomnio abandonado a la
    intemperie de la ira del Dios de la
    pasión?

    Trémula, trémula, vibra
    la pregunta para vosotros que sabéis
    de la nieve y de la cárcel de la nieve.
    Del paso de los años y la incuria
    de saber extinguirse en brazos de una
    pasión inútil. Si, vosotros sabéis.

    ¡Ah, vosotros, los grandes llanurales
    donde el amor corría hacia
    nocturnos astros para llenar de luz
    el corazón de las tinieblas!

    En carne viva el corazón
    ahora solamente esperamos.

    Música de las grandes esferas
    Y solitarios sabemos que el goce
    Es el minuto efímero y que cielo
    Jamás se funde con la mar.

    Ah, vosotros frágiles en vuestra
    Osadía de ser la luz
    Castigada por las manos del hombre.

    Dejad crecer las hierbas nuevamente
    En vuestros corazones.
    Que no importen la penuria
    del tiempo. Los duelos ni la muerte.
    La vejes y el exilio.

    Nosotros no pasamos.
    Es el amor quien pasa. Y es su
    Sombra quien huye en pos de otros veranos.

    */ para Noe.

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  30. CONJURO
    poema de OSCAR PORTELA


    Negro perro de la soledad: yo te conjuro.
    Muerde mis carnes negro perro de la soledad.
    El humo te acompaña y tras de ti vienen a mí
    ejércitos de licántropos sedientos de poder y de sangre.

    Negro mastín de la soledad yo te conjuro, impreco maldiciones,
    hosannas, y dejo que la lengua de fuego de tus caninos de marfil
    tallen los húmeros de mi alma y salmodien el alba del maldito.

    Siniestra hiena de la soledad, perro, mastín, dingo perdido
    en el arco vencido de mis tribulaciones, ven a mí y llévame
    entre tus fauces de fuego como al niño que entre-sueños gime el dolor del alba
    no nacida, ah negro perro de la soledad, yo te conjuro.

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  31. a melán por las fuerzas que me ha dado: con el claro cariño de oscar portela.

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  32. HUIR
    poema de OSCAR PORTELA

    Huir de mí: en el olvido absoluto del mundo
    y en el olvido de la sombra
    matar al sol y ya no ser sino
    espejismo en las serenas aguas de un arroyo.

    Cansado estoy de mi mismo y la palabra mío
    en mundo extraño - vasto y ajeno a toda la hermosura
    que conturba el vuelo de los vientos – y ajeno ya a la fausta
    magnificencia de la piedra, ajeno a todo, odiando símbolos
    he imágenes que me hicieran esclavo de la letra – y amando
    solo a Cerbero y al denario que conduce de un habitar a la intemperie
    al huir de mí mismo, extraño a todo y a los nombres
    y símbolos, entregado la nada y anterior a la nada,
    solo flama de un extinguido espíritu, rayo que lo consume
    todo, todo, nombres, pasado, memorias del clima,
    lunas, jazmines, y el ruiseñor que durante un tiempo
    se posó en mi garganta, hoy muda y huida de sí misma,
    como yo, ausente de mí, huyendo de mí,
    salmodiando solo el aliento del perro de fuego
    que se lleva mis restos entre sus fauces
    siniestras en el olvido absoluto deste mundo.

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  33. que maravilla este sitio melán: oscar portela

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  34. Qué alegría me da saber que pasaste por aquí mi querido Oscar, no dejo de recordarte cada día pidiendo a Dios por vos. Me siento sumamente orgullosa de que hayas elegido mi lugar para ir desgranando tus versos, tengo algunas ideas sobre eso, pero será una sorpresa... ayy... soy muy ansiosa... pero me contendré hasta que todo esté listo y te avisaré, un abrazo amigo querido.

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  35. mil gracias,tus palabras me ayudan mucho melán: tienes mi corazón: oscaron portela

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  36. HUIR
    poema de OSCAR PORTELA

    Huir de mí: en el olvido absoluto del mundo
    y en el olvido de la sombra
    matar al sol y ya no ser sino
    espejismo en las serenas aguas de un arroyo.

    Cansado estoy de mi mismo y la palabra mío
    en mundo extraño - vasto y ajeno a toda la hermosura
    que conturba el vuelo de los vientos – y ajeno ya a la fausta
    magnificencia de la piedra, ajeno a todo, odiando símbolos
    he imágenes que me hicieran esclavo de la letra – y amando
    solo a Cerbero y al denario que conduce de un habitar a la intemperie
    al huir de mí mismo, extraño a todo y a los nombres
    y símbolos, entregado a la nada y anterior a la nada,
    solo flama de un extinguido espíritu, rayo que lo consume
    todo, todo, nombres, pasado, memorias del clima,
    lunas, jazmines, y el ruiseñor que durante un tiempo
    se posó en mi garganta, hoy muda y huida de sí misma,
    como yo, ausente de mí, huyendo de mí,
    salmodiando solo el aliento del perro de fuego
    que se lleva mis restos entre sus fauces
    siniestras en el olvido absoluto deste mundo.

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  37. como siempre molestandote!!! */ es esta la versión definitíva porque a la anterior la falta una "a" : pero no quiero que en este sitio que es el primero que tiene este texto nada salga mal: cariños de oscar portela

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  38. PREGUNTAS
    poema de OSCAR PORTELA

    Después de tanto tiempo. No es medida
    El tiempo. No lo es. Después de tanta
    Espera. No es magnitud la espera. No lo es.
    Después de tantas muertes, crucifixiones,
    Duelos, porque te busco así, tu mi asesina,
    Mi doloroso envió, el acicate de mi sed
    Que cede ya a la búsqueda insaciable
    De tanto cruel espino, vana pregunta estéril
    Sin medidas, salvo mi ya no estar, aquí ni ahora.
    ¿Por qué continuar entonces, porque, porque
    Buscarte como el asilo con que curar
    El miedo de estar así, bañado en goce
    Y expuesto a rayos y tormentas con que
    Parió mi madre esta mi suerte?
    ¿Por qué negarme, porque negarte cuando
    El gallo canta, azul deseo, herida que redime?
    ¿Por qué creer que el sueño, la feroz huida
    De la jauría que una vez me quiso, me salvará
    De tanto luto, desolación y vida?
    ¿Por qué creerte muerte, porque el nepente
    De tu paz daría sosiego y paz al alma mía?
    Y sigo preguntándome entretanto me
    Envuelve densa bruma.

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  39. cariños melán: oscar portela

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  40. EL FINAL
    poema de OSCAR PORTELA

    Finalmente mi corazón ha enmudecido.
    Los vientos ya no penetran mi cuerpo.
    La sangre ha silenciado su murmullo y aquella
    rosa del deseo cristalizada está para siempre.

    Vacío estoy de mí. De la norma de
    la justicia de la Ley de la Carne. Mi viaje fue breve.
    Solo busqué el pistilo que existe en las ideas,
    - breves estalactitas - negro fuego.

    Hoy reposo en la eternidad de tus ojos sombríos
    y me sostengo en tu boca anterior al movimiento
    de los labios que dicen del corazón,
    gélidos vientos que soplan de la nada.

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  41. */ (versión del poema) para Melán: Oscar Portela

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  42. EL ÁNGEL Y LA CARNE
    poema de OSCAR PORTELA

    Ponle señor – dijo el ángel
    carne a mis soplos-
    sombra a mis cánticos
    para que así descienda
    hermoso entre los hombres.

    Dame sombra, señor
    permítele al seráfico
    ser bienvenido entre mortales
    todos y Dios, presto a deseos,

    puso al incorpóreo coro
    espinas a sus alas y dardos
    a sus tiernas miradas.

    Y el descenso a la tierra
    tornose furia y lava.

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  43. CANTO A MI MISMO
    poema de OSCAR PORTELA


    Me celebro y me canto a mi mismo cuando
    la muerte me busca ya desde el pasado
    para esparcir mis huesos hacia los broncos
    vientos del futuro y entregado a mi Dios, oh Dionisos,
    me celebre y le cante a los huesos y las cenizas que llevarán
    las lluvias del estío hacia el dios Paraná que es nuestro río.

    Nada rescataría el acto de haber nacido demasiado tarde para
    los dioses y temprano para el “ser” que yo estoy siendo
    esto que estoy soñando:

    Estoy desnudo ahora. Desnudo soy solo cuerpo y carne.
    Finitud y hambre de eternidad y celo eterno.

    No otra cosa soy y no me moriré en Paris con aguacero
    pues ya nada recuerdo y en esta ”nada” un sol se abre para
    mí como amapola del cuerpo tuyo aquel al que yo
    consagré la eternidad de todo devenir y todo tiempo,
    que es solo fábula para que con mis carnes aun en primavera
    consagradas y olvidadas del canto que a mis húmeros
    que ya dispersa el viento por los grises caminos
    que la vida lanzó como aurea estela, te saciaras el hambre
    de dios y amante- que los rayos de luna- nunca jamás
    tejidos por la araña de la repetición eterna, hacia aquel renacer
    del áureo beso que hacen uno del otro al mísmo tiempo.

    Todo permite entonces que a mi mismo me cante
    y celebre al espectro que soy y al fuego
    que aún arde en mis tobillos, al pabilo que alumbra
    tus bellos genitales, oh dios que todo lo procreas,
    aún la nada, la nada que ahora soy
    y auque me cante y me solase en esta soledad ,
    la séptima del día dejarás en mí vientre
    tu semilla de luz y la simiente del verbo donde engendró
    la nada deste amor tan estéril como la vida misma,
    con que ahora corono mi camino y me canto mí mismo este poema
    mientras grises cenizas y húmeros macizos
    se dispersan en el finito cetro de tu reino.

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  44. ¿DE QUE HABLAR PUES?

    poema de OSCAR PORTELA


    Y los altos abetos como altos amores.

    El más lejano bosque de abedul

    Donde se ocultan los más intensos astros

    Y las raíces mas profundas enterradas

    En los fanales más secretos y dulces.

    ¿De que hablar pues sino de nuestra

    Finitud, del amor y la muerte?

    De las hojas que caen en el Otoño,

    De los Ocres que visten a la tierra

    Y del cuerpo desnudo del mortal

    - su desnudez magnifica de Adán-

    Angel caído acechado por sombras

    Y ominosas derivas.

    ¿De que hablar sino de aquellas

    Que se avecinan y del Arca de Oro

    Del amor a la tierra y las raíces ocultas

    En el origen de la memoria y el lenguaje?

    ¿De que hablar pues? .

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  45. SOLEDADES
    poema de OSCAR PORTELA

    Profunda soledad de las estrellas.

    La luz peto de soledad
    que ciega y aísla, hielo y desierto.

    Y el tiempo muerto del grito del eclipse
    cayendo como mortaja sobre el mundo.

    Así estoy, grito sin eco, momificado
    por la profunda soledad de las estrellas
    y abriéndome a todas las galaxias, ya sin madre
    ha que devolver el grito de soledad que me destroza
    mientras espero disolverme en el último
    límite de un corazón que late aún
    y espera el grito del eclipse definitivo
    del hielo y el desierto.

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  46. Oscar, querido amigo, acabo de terminar un trabajo de mi profesión que me tenía muy ocupada, mañana mismo me pongo con lo que te prometí porque ya estoy más desocupada. A medida que lo vaya preparando, que no llevará más que un par de días te voy a preguntar lo que necesite por este medio ¿te parece? Te voy adelantando, yo tengo biografías tuyas, pero si vbos querés algo especial o agregar o sacar de la que aquí en este blog yo he subido, decímelo que así la modifico. Bueno, me entusiasma pensar en lo que voy a hacer, espero que vos también y levantes un poquito tu ánimo, yo rezo por vos diariamente y quiero decirte que tu obra siempre estará en mis blogs, porque es buena, porque es de un artista talentoso, porque me gusta y porque te quiero mucho Oscar. Te mando un beso y un abrazo muy fuerte. Melan.

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  47. NO ESPERAR
    poema de OSCAR PORTELA

    No esperar ya: he aquí la Eternidad.
    Ingrávido el corazón en la no espera
    e ilimitado el tiempo del juego con el
    mundo y el destino del hombre,
    también sin limites, salvo el destino,
    la hybris que es la espina del corazón
    mortal. Sin imites está junto a mi,
    quien no era ya sino la nota
    de lo que habla en el recuerdo,
    y las voces que guardan profundo
    silencio: silencioso e ingrávido es el Éter,
    así , libre poder es el juego del ser,
    - el deseo y la sed de un niño-
    y abiertos a la danza del mundo,
    cada instante es una puerta que se abre,
    cada cielo entreabierto una diadema
    en la frente de la noche, cada canción
    sin sonido es una fuente que dispensa
    alegría - a pesar de la pez y la hybris-
    cuando ya nada se espera y es el tiempo
    una furtiva alondra que levanta vuelo
    de las cadenas de la tierra,
    durante el crepúsculo del mundo.

    Oscar Portela- Corrientes- Argentina

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  48. */ queridísima: con seguridad sabes más que yo de mí mismo que el presunto "autor" - y todo lo que hagas estará bién, y me hará feliz: yo mejor de salud y fiel a vos y al sitio, que es como mi verdadera casa`` mis cariños Melán: Oscar Portela

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  49. Oscar, antes que nada quiero decirte que me alegra mucho tu mejoría, eso es lo más importante para mí en relación contigo.
    En segundo lugar está tu obra, que como no quería que quedara oculta en la oscuridad de estos comentarios me propuse reunir todas las que aquí vas publicando en un blog, que espero te guste y si no es así, que con absoluta sinceridad me lo digas o me hagas las correcciones y modificaciones que vos quieras. Es un sitio que yo administro pero bajo tu dirección, ya que lo que no quieras que sea público o lo que te parezca que no es de tu gusto estético, literario o de diseño y formato me lo digas, es tuyo, yo te lo regalo. Aunque desde ayer que trabajo en esto, estuve averiguando y me encontré con que hay varios sitios que te pertenecen, bueno, este será uno más o no será si vos no querés. No hay obligación de aceptarlo, nuestra amistad no se verá alterada por ello, todo lo contrario, pensaré que en realidad existe como en la vida ya que sos capaz de decirme lo que no te agrada.
    Desde hace unos minutos es público. Podría haberlo dejado como para que lo leas solamente vos primero que nadie, pero sé que para eso hay algunas dificultades, te exigen una clave, en fin una serie de contrariedades que me gustaría evitar. Por lo tanto lo dejé abierto esperando lo leas en lo que queda del día o la noche de hoy y yo estaré esperando ansiosa tu respuesta.
    Te digo la dirección del mismo: www.oscarportelaversosescondidos.blogspot.com está en este mismo grupo de blogs que son los más visitados que tengo. Por ahora no quise ponerle contador de visitas, porque eso tensiona un poco al principio, pero si vos querés lo hago.
    Bueno querido amigo, espero esto sirva para sentirte un poquito mejor, es un mimo que le hago a un amigo virtual pero igualmente querido más allá de diferencias ideológicas que yo creo ante el arte deben dejarse de lado. El arte está más allá de nosotros mismos. Con sincero cariño. Melan.

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  50. Melan: amiga del alma: se trata de lo que te guste a vos, que desde hoy sos mi ántologa fudamental: me haces muy felíz. tu talento supera mi arrojo para escribir, y este sitio, que tu cariño y nobleza imaginó, será un altar desde hoy para mi: todo lo mío , lo que encuentres, desde ya es propiedad tuya, porque toda obra debe aspirar a ser "anónima" y solo debe existir en el alma del lector, en este caso en la tuya: tuyo y tu fiel amigo OSCAR PORTELA

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  51. Melan: amiga del alma: se trata de lo que te guste a vos, que desde hoy sos mi ántologa fundamental: me haces muy felíz. tu talento supera mi arrojo para escribir, y este sitio, que tu cariño y nobleza imaginó, será un altar desde hoy para mi: todo lo mío , lo que encuentres, desde ya es propiedad tuya, porque toda obra debe aspirar a ser "anónima" y solo debe existir en el alma del lector, en este caso en la tuya: tuyo y tu fiel amigo OSCAR PORTELA

    */ texto correcto

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  52. Oscar, yo quería darte una alegría y la estoy recibiendo yo, me decís palabras muy hermosas. Aquí el talentoso sos vos y como yo necesito de tu verbo para nutrir nuestro blog, es que quiero que te pongas mejor para que escribas, escribas y escribas siempre más. Un abrazo muy fuerte y gracias!

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  53. BEIRON O LA REDENCIÓN
    poema de OSCAR PORTELA

    El corazón infiel tiembla al nombrarte. Tu nombre
    Es viento huracanado y tiesa el alma del mortal
    Sin lengua cantar no puede ni nombrarte
    Beiron frente al templo de Apolo.

    Porque tú eres más. Y ni enigmas ni pitias
    Que descifren misterios -admoniciones ni destinos.
    Pues tú eres mundo.

    Visible eres y no destruye tu belleza
    A quien la mira. Tú lo redimes.
    Tú lo redimes todo.

    Tu intocada hermosura
    De volcán redime al mundo
    De sus propias miserias.

    Yo soy penuria y al mirarte
    Revoco toda culpa y toda miseria.
    De mi camino.

    Imposible que cornucopia alguna
    Se vacíe de la abundancia que
    De tu cuerpo surge. Tu belleza es lo pleno.

    El mundo en su inocencia es el juego y la danza
    De los contrarios que hacen del devenir un ephos.

    Cada músculo tuyo cincelado para envidia de Zeus
    Y el de sus hijos por invisibles manos
    Trazan el mapa de la locura extática.

    No hay simetría que se asemeje tanto
    A la tensión del arco ni hermosura
    Que hiera dulcemente la mano
    Que se atreva a tocarte.

    Pero tú estás ahí. No eres eternidad ni mito.
    Eres verdad y la verdad augusta
    Que engalana este mudo.

    Los músculos que suben o que bajan desde
    Los pies hasta la frente están hechos de polvo
    Y agua más son eterno ya.

    No hay excesos en la armonía con que ciñes
    El cetro que corona tu frente.

    Todo es ritmo que fluye de los arcos con
    Que trazaron tu osatura.

    La perfección de un rostro de
    Donde surgen en profusión los rasgos
    De un Dios terreno.

    Los ojos amielados debajo de los arcos perfectos
    De negras cejas. Y los labios dinteles
    Para entrar a la nave de la boca mistérica
    De donde surgen flores y serpientes.

    Y entrambos la nariz que mide el rostro
    Y lo que distribuye todo.

    Los pómulos que encetán la mirada y bajan hasta
    El mentón corona del maxilar que afirma.
    Aquí estoy yo. Soy Beiron.

    Podéis mirarme si y desearme siempre
    Pues mi nombre es deseo y mi mirada gozo.

    Que los poetas tiemblen al nombrarme.
    Que enmudezcan y callen.

    ¿Quien puede describir mi torso donde
    La geometría sufre el envés del misterio?

    Mis caderas perfectas. Mis muslos y mis piernas talladas
    Para burla del Dios por enigma del sino?

    Sobre mis hombros llevo la palidez del mito.

    Soy Beiron. Soy el Dios de este tiempo

    Sin mirtos ni guirnaldas. Sin poetas ni liras.
    No existe alguno digno de mí.
    De mi belleza Ígnea.

    Soy un volcan en estado de alerta.
    Más toda abundancia surge de mí
    Y es infinita mi belleza aunque efímera
    Transformará en eterna la sustancia del tiempo.

    El color de mi piel es el color del alma
    De quien me ame y me cante en silencio.

    No existen escribas para mí que honren mi belleza
    Y se lauden de mí en medio del desierto.

    Yo convivo si destruir las formas
    Ni las almas terrenas.

    Esta es mi casa pero soy en los tiempos de penuria
    El rubí que en la frente de la ciudad caída
    Enciende el fuego de la heredad perdida.

    Soy Beiron Anderson. Amadme pues.
    Que si me amáis redimo.

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  54. queridíma melan, he aquí un poema inédito, que forma parte de un tríptico y de un aspecto diurno de mi poética: yo lo aprecio mucho así como otros de este tipo, que te haré llegar. cariñasos de oscar portela

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  55. Oscar querido, ya lo tomé del Refugio y ya tengo preparado el borrador de la próxima entrada, con imagen y todo... Te cuento desde ahora que puse la que más me gustó a mí, porque de verdad es hermoso su rostro y es como lo mencionás casi un dios. Espero ansiosa los otros dos poemas que forman parte del triptico para agregarlos y ya publicar la entrada. Es un honor que no merezco pero que agradezco sobremanera que sean inéditos. Sos muy bueno Oscar. Quedo a la espera. Un abrazo grande.

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  56. Oscar! Tenemos un comentario! Y como está dirigido a vos te doy la prioridad para contestarlo. Ya tengo deseos de ponerle el mundito contador. A lo mejor está leyéndolo mucha gente y no lo sabemos, qué hago? a vos qué te parece? Abrazo y espero que estés bien.

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  57. Beiron Andersson y el poeta

    poema de OSCAR PORTELA

    No se ha borrada nada. De mi alma desesperada
    por la huída del Dios cuyo alimento fue
    el verbo proferido hace momentos.

    Por eso vuelvo. Así fue y así me quiero.

    Retorno a ti mi Dios. Retorno a mi alma.
    Retorno a la perdida Itaca y luz de Egeo
    del cual nació la piel de lino
    donde escribo la gesta desta aurora
    que hoy despierta.

    En ti se funden todos los deseos.
    Naciste del espanto que es belleza.

    La belleza que enciende y enceniza.
    O enceguece al arúspice que ruega.

    ¡Oh tú mi Lucumón donde los pájaros
    trinan sobre el follaje de tu pelo!.

    El canto ya perdido hace segundos volverá
    En pesadillas a los sueños.

    Yo soy augur y auriga a un mismo tiempo.
    Y tú la epifanía del profeta
    Que esperaba hace tiempo este momento.

    ¿Que importan ya las tempestades y demonios?

    Tú eres el Dios y yo la lira
    que gime entre tus dedos.

    La ajorca en tus tobillos.
    La corona de mirto en tu cabeza.

    Los elementos todos. Todas las armonías cósmicas
    que elevas a nuevas sinfonías y latencias
    tienen un nombre Beiron.

    Tú eres el mar y yo solo marea.

    Tu eres la tempestad yo solo un viento o una brisa
    que pasa y se dispersa y este canto inaudible
    de lo orféico como ofrenda.

    La alborada en tus ojos resplandece.

    Es lo abierto donde se encuentran solos
    el poeta y su Dios cuando bendicen
    lo áureo del poniente.

    Baldía fue esta tierra y tú regaste el labradío
    Cuando el poeta sacrificó los verbos, las imágenes.

    Y la lengua truncada de los nombres con que
    intenta alabarte sin hacerlo.

    Si pudiera volber a la memoria que tú llevas.

    Pero la muerte de la grafía teme
    Al Dios que canto y borra ya estas huellas.

    ¡Mas no importa el vacío de la nada del aquel papiro
    Que expiró en un templo porque el templo eres tú
    Que renacido vuelves a toda primavera lo celeste!.

    Ha llegado el momento deseado. Ya no habrá ciegos
    Que no vean ni videntes que no queden ciegos
    Ante la aurea visión de lo terreno.

    Encarnado y sangral como un poema
    te revelas al alma peregrina .

    Y tú le das posada y lo bendices como bendices
    todo lo que tocas con la densa hermosura de tu cuerpo.

    Posado estás ahora como el pájaro que canta
    sobre una rama ardida en el invierno.

    Pues tu todo lo puedes.

    ¡Ahora mísmo puedes un poema!

    Tú lejano y cercano. Tú infinito.

    Y yo mortal que oficia
    los augurios de otras primaveras.

    Ya llevarás orlada una corona sobre la augusta
    y soberana frente emergida de la negra melena
    con que asientes a todo.

    Y bendices lo frágil y deyecto.

    La vuelta eterna es tu camino cierto.
    Por el sendero que transitas
    todo como la mar y la marean vuelven.

    ¿Como santificaste hoy denudo siempre el alfabeto
    del amante mortal augur ciego y poeta?

    ¿Y al poema perdidoentre el follaje
    de tus labios de almendro?

    ¿Porqué floreces hoy? ¿Por qué acaeces?
    ¿Que medidas de tiempo cuantifican
    tus espacios y tiempos?

    ¿Porque la roza sin porque florece?

    Así floreces Beiron.

    Y en estos tiempos tórridos tú marcas
    la anunciación de un infinito nuevo.

    El silicio que crece será cuna de otra estrella fugas
    que alumbre un poema.

    Pues Beiron Andersson todo lo redime.
    Y esta es la profecía de un vidente.

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  58. ELEMENTOS,por OSCAR PORTELA

    "Ignatius" del latín - preferiría ingrato, y tal vez lo sea- pero debo remitirme a aquel poema de Nietzsche que dice ": "Conozco mi destino/ como la llama abrazo todo lo que toco/ y lo convierto en cenizas" (no textual): sin embargo, la combustión en que me desintegro en forma casi permanente, surge de las aguas: son llamas que arden en lo profundo de límpidos arroyos, y se elevan a lo profundo del cielo. Aunque el Éter no sea mi elemento, así lo creo, también por Venus, la luna rige los eventos que marcan el destino de mi vida, y el feroz Tauro, y el Tigre de Metal, enraizados en la tierra, son los pasadizos por los cuales bajo a lo profundo del Averno. Tierra, cielo, agua y aire, forman la cruz que Heidegger trazó de ésta manera: tierra, cielo, mortales, inmortales: agua para los mortales, heridos por la sed de absoluto y aire para los etéreos que se disipan en el Olimpo, olvidados de las penurias de la tierra. Esa penuria que le hizo decir a Artaud, todavía no estamos en la tierra, más creo como Trakl que aunque el alma sea peregrina sin morada, si, la tierra y solo la tierra, es el ámbito donde crece el espíritu y así somos como vegetales que luchan por perpetuarse en un denso bosque, y no otra cosa. En "Teseo", Gide declara por boca del héroe su fidelidad a la tierra, a esta donde hemos enterrado a nuestros muertos, y clavado nuestro corazón, a esta infernal morada, a esta bóveda fija, que es nuestra prisión, pero también el ámbito de "Lo Abierto" - donde la "lichtung"- sombra y luz juegan la danza del olvidado claroscuro - no la luz que abre desde arriba una comarca, no el "lumen", sino la gracia de lo que se da, se dona y puede retirarse, por que de esta alianza nace el lenguaje poético.

    La piedra, el hielo, o el silicio, no tiene lugar en esta rubrica, donde nos prometemos a las bodas de Himeneo, aquellas olvidadas, por el ansia de la otredad, del ilimitado infinito, de una trascendencia siempre trascendida en si misma, de ese exceso tan buscado en donde - se dice - el pensamiento se detiene frente a lo indecible, como los mortales se detenían ante las Gorgonas.

    Llama que se confunde con las aguas, tierra que todo lo sostiene, cuerpo de Dionisos mil veces destrozado, que muere y desaparece con sus hijos, para retornar eternamente, Impulsado por la fuerza del deseo. Deseo es lo Ígneo, el agua es miel del Deseo, la tierra esa concavidad que ofrece todas las guaridas - incluso los pasadizos más secretos -, y Deseo es aquel cielo estrellado, que nos contempla llamándonos a esa soberana calma de los inmortales, de los cuales somos hijos, por imperio de la fuerza de Titanes. Y deseo es el todo lo lustral, todo lo que se repite sin identidad ninguna, sino el goce que quiere Eternidad, mientras el dolor dice pasa (Zaratustra) : deste modo, cuando el hombre vuelva del espacio , desde la apertura física que le proporciona el calculo físico- matemático, solo le quedara como en la obra de Lem, la contemplación de los endriagos en el agua, de una tierra donde , del mismo modo que en el agua, arden las llamas del espíritu, convertidas en cenizas, pero vueltas una y otra vez a corporizarse, en el Eterno Retorno de lo Mismo.

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  59. todo lo que hagas está bien melan: oscar portela
    cariños mil.

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  60. EL VUELO a MAIKEL CASTRO
    poema de OSCAR PORTELA

    Entre tus muslos calidos, allí donde
    las lunas pálidas dormían
    calla el jilguero ahora
    y los pasos que conducían
    a los sueños se demoran
    en busca de los jardines mustios
    donde el deseo levantaba su vuelo
    en búsqueda de las coronas
    de mirtos y de las alas
    que conducían a paraísos
    donde todos los goces y los sonidos
    de los vientos, las agua, y las arenas
    del oro son posibles.

    Levanta pues tu vuelo ya, deseo.

    Espera solo el crepúsculo y
    la quietud del vacío que por años
    corre, se desliza: en tu lugar
    vendrán los otros y la sonata
    de la primavera otra vez
    llegará – lo sé – en los colores
    de la carne y en tus labios
    fatales, Maikel Castro, obertura
    de vida y muerte, de circulo vicioso,
    mientras las imágenes se hacen pálidas
    y ya solo busco dormir, dormir, dormir…

    Levanta vuelo deseo, desde los bosques
    donde reinaba el fauno,
    o Pan abría luces
    y la música que reinaba
    en tus castos oídos llenaba
    las esferas de zureos y gozos,
    que marcaban el movimiento
    de los astros.

    Levanta ya definitivamente
    el vuelo de la alondra, oh deseo
    de más vida oh mas muerte y pósate
    en la frente de Maikel,
    ora frente a su sombra,
    pues ahora que dejarás abiertos
    cielos y verás levantar
    el vuelo del deseo, sabes también
    que volverá en las notas
    de su sangre y de su semen,
    el retorno de todo, las caricias
    del sol, entrelazadas manos
    hundidas en lo imposible
    del placer del rocío
    que se irá como la sal del mar,
    para que mis cenizas tornen
    a tu cuerpo, Fénix de la belleza
    del instante, y de la primavera
    mientras el vuelo de la alondra
    dice, Eros es todo y yo su esclavo
    así como en crepúsculo –
    ah Maikel Castro –
    mañana, mediodía y noche
    de una historia que se repetirá
    por siempre, el vuelo del deseo
    en el vacío, sumergido ya el sol
    entre las aguas, como tu
    ah semilla en el poema
    de este acto de amor
    en que tus órganos
    hacen de mí su soplo,
    su espejo y su diadema –
    y de la alondra del deseo
    solo un símbolo.

    */ poema dedicado a Melan.

    Oscar Portela
    11/ 09/ 2011-09-11

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  61. */ queridisíma melan, estoy preocupado: este poema te lo dedique a vos- excepto por el motivo que podrás ver en google - pero continúo ignorando si te gusto o no : me costo bastante componerlo,porque aunque sin el barroquismo de otros, es quiza la metáfora del vuelo, lo mas caro al oscar portela de hoy, ese que intenta volver de la mano de las almas como las tuyas, y lo considero logrado y a la par de los otros: dejame saber pues si te agradó o no: creo que el blog sobre mi - amás de ser linkeado en todo lugar posible -, deberia ser enviado a todos los buscadorea del mundo: besos de oscar portela

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  62. melan: genía,duende abre y ángel, tu creación abre ya la portada de mi web oficial UNIVERSOPORTELA espero devolverte minimanete el milagro que lograste realizar. contestame bbb, oscar portela.

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  63. EL CANTO

    poema de OSCAR PORTELA


    Vuelve canto a mi boca. No abandones los sueños

    Y las videncias que prohijaste en mí y en las que ardí

    Por una eternidad apenas como alegoría del instante.

    No me dejes ahora que los harapos de las visiones

    Del verbo son sombras que me acompañan hacia

    La luz final que oculta la melodía en la que

    Se perdieron mis horas: haz de mí nuevamente

    Un fanal de venenos y mieles, y reúne todo lo mortal

    En las imágenes que han venido hasta mí

    Solo para crucificarme: otórgame tumbas y resurrecciones,

    Sarcófagos y soles espectrales para que la soledad

    No me devore y abandoname luego a la intemperie,

    De aquellos elementos que me elevaron por encima

    De aquel que no es más que un rapazuelo, capaz de abrir

    Sus ojos para que el Dios en su más pura forma

    Crezca como asfódelo entre los pliegos de mi carne.



    Ábreme, no me cierres a la osadía de ser la llaga

    Del sentido, y deja que las videncias en las que iluminé

    El camino del apostata, las islas del Egeo, el cuerpo de Theo,

    Los ojos de Theo, en los cuales se ocultan todas las mieles

    De la Estigia, sus piernas y su cintura que copian

    Los peligros de la aventura de Odiseo sean el postrer

    Ejercicio de haber estado aquí sirviéndote, y haz que el

    Colibrí beba de mí por última vez, mientras mis ajadas

    Manos acarician el cabello del Dios a quien me rindo:

    Ámbos mortales, ámbos solo búcaros, que buscan

    Morir en el amor para resucitar tal vez convertidos

    En lobos ya solamente para servir a la luna.



    Pero ahora dame una vez más aquel veneno

    Con el cual curé mis heridas para construir imágenes

    Que solo hablan el sinsentido de tu loca

    Carrera, Oh canto, nocturna estrella de zafiro

    En la frente de Theo por un segundo más, por un segundo

    En sus tobillos y el empeine de sus pies, por un segundo más

    Por un segundo déjame desaparecer en sus límpidos

    Ojos, déjame morir en él como la rosa que vive por un segundo

    En el cántaro que la aprisiona, poséeme luz una vez más

    Para que transfundidos y ya eternos de nuestros cuerpos espectrales

    Gotee el aceite de la Eternidad, porque yo te amo- Theo- Eternidad.


    Poemas como altas columnas de fuego

    por César Magrini

    "He quedado literalmente hechizado con sus poemas. Un sortilegio sostenido, una letanía a menudo cruel, edificada ella también sobre palabras, pero en éste caso fulgurantes, interpelaciones abiertas a la magia, eslabones de una cadena mítica y terrible, en hermosísimas selvas pobladas por pájaros ominosos, por aves de lujosa pedrería vocal, por dioses inextinguibles, íntegros, fuertes.

    Oscar Portela se vale de un lenguaje casi invariablemente iconográfico, como el de la antigua tapicería o de la miniaturas de destallantes códices, nominal y seguro, cargado de seducciones, de tornasoles, de formas que se tejen y se destejen en un oleaje cadencioso, rítmico, vertical.

    Sueños y temores, pesadillas y rápidos e irreales gestos, cruzan una y otra vez, sugestivamente, por sus poemas. Todo está animado, para él, por hechizantes sombras ancestrales, por la evocación de lo que fue, de lo que podría ser, de lo que tal vez será. Pero nada de imprecisiones, no al menos en lo estrictamente poético.

    Lo dije, su idioma llega como el río que, después de atravesada la selva y de empaparse con su sombra y con su inextinguible memoria, se abriese, ya bajo el sol, en un sortilegio de reverberos, en un contrapunto de luces ahora sí fatales, erguidas desde si mismas, irrevocables.

    Poemas que brotan como flores ásperas, encandilantes, hechas de belleza y de hermosura a la vez, dos cosas, estas últimas, que suelen ser intencionalmente confundidas, pero que Oscar Portela discierne con meridianas sabiduría y claridad. Poemas que, aunque hayan nacido de ella, ahuyentan a la soledad, y como muy altas columnas de fuego, crepitando, iluminan e iluminan.

    César Magrini
    El Cronista, (Buenos Aires) 10/10/85

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  64. Gracias por todo lo que me decís que he logrado Oscar, quisiera que me escribas a mi mail y me cuentes más en detalle sobre este punto.
    Acerca del poema ya te contesté en el Refugio y sobre esta crítica, digna de tenerse en cuenta para publicarla en el blog porque expresa lo que sentimos al leerte quienes tenemos sensibilidad para la poesía, eso y mucho más transmite tu verso gran poeta y dulce amigo.
    Ya publiqué el poema escondido y dejaré para la próxima entrada la crítica, pero esperaré unos pocos días para que el lector se regocige antes con tu última poema, el de Theo. Espero que te guste cómo lo ilustré, quizás no coincidamos en este punto, yo tengo una visión menos cruda y carnal de los hombres pero si no te gusta la cambio. Me alegro mucho si estás mejor y no te olvides que espero un mail tuyo contándome más. Abrazo fuerte. Melan.

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  65. .... si fueras candidata a senadora nacional, te votaría melan!!! ¿ tengo tu email?....: el alzheimer me persigue como un animal, en las sombras, además solo por amistad acepté una candidatura municipal a consejal, sin ningún compromiso ideológico, de tal modo que terminaré el año nuy cansado, pero con muchas alegrías, la de ser tu amigo por ejemplo.

    entraré a mi correo y buscaré comunicarme contigo.

    lo de la crítica yo acepto todo, y mas aún lo que decidas vos. el sitio es fenomenal: bbb oscar portela

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  66. EL VUELO a MAIKEL CASTRO

    poema de OSCAR PORTELA

    Entre tus muslos calidos, allí donde

    las lunas pálidas dormían

    calla el jilguero ahora

    y los pasos que conducían

    a los sueños se demoran

    en busca de los jardines mustios

    donde el deseo levantaba su vuelo

    en búsqueda de las coronas

    de mirtos y de las alas

    que conducían a paraísos

    donde todos los goces y los sonidos

    de los vientos, las agua, y las arenas

    del oro son posibles.

    Levanta pues tu vuelo ya, deseo.

    Espera solo el crepúsculo y

    la quietud del vacío que por años

    corre, se desliza : en tu lugar

    vendrán los otros y la sonata

    de la primavera otra vez

    llegará – lo sé – en los colores

    de la carne y en tus labios

    fatales, Maikel Castro, obertura

    de vida y muerte, de circulo vicioso,

    mientras las imágenes se hacen pálidas

    y ya solo busco dormir, dormir, dormir…

    Levanta vuelo deseo, desde los bosques

    donde reinaba el fauno,

    o Pan abría luces

    y la música que reinaba

    en tus castos oídos llenaba

    las esferas de zureos y gozos,

    que marcaban el movimiento

    de los astros.

    Levanta ya definitivamente

    el vuelo de la alondra, oh deseo

    de más vida- oh mas muerte y pósate

    en la frente de Maikel,

    ora frente a su sombra,

    pues ahora que dejarás abiertos

    cielos y verás levantar

    el vuelo del deseo, sabes también

    que volverá en las notas

    de su sangre y de su semen,

    el retorno de todo, las caricias

    del sol, entrelazadas manos

    hundidas en lo imposible

    del placer del rocío

    que se irá como la sal del mar,

    para que mis cenizas tornen

    a tu cuerpo, Fénix de la belleza

    del instante, y de la primavera

    mientras el vuelo de la alondra

    dice, Eros es todo y yo su esclavo

    así como en crepúsculo,

    ah Maikel Castro,

    mañana, mediodía y noche

    de una historia que se repetirá

    por siempre, el vuelo del deseo

    en el vacío, sumergido ya el sol

    entre las aguas, como tu

    semilla en el poema

    de este acto de amor

    en que tus órganos

    hacen de mí su soplo,

    su espejo y su diadema –

    y de la alondra del deseo

    solo un símbolo.

    « */ poema dedicado a Melan. »

    pseudonyme du rédacteur : Oscar Portela
    mail du rédacteur : portelao@hotmail.com

    */ posteado en la RalM - Paris - y corregido en detalles que lo mejoran: bbb de OSCAR PORTELA

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  67. JUAN RULFO

    un poema de OSCAR PORTELA

    Cómala, vivos y muertos en tus ojos
    Juan, vidente y ciego, muerto para
    Los vivos, vivo para Los Muertos:
    He aquí la Aldaba del sepulcro que
    Guardan aún tus manos, abriendo lápidas
    Sin pronunciar los nombres del
    Espectro que dialoga entre sombras
    Contigo y tu vara de Fuego: Nada
    Reclaman, Nada, están en paz, Almas
    Muertas, siluetas, pálidos crepúsculos,
    Álamos barridos por un viento tenaz,
    Esta vez mi comarca es también tu
    Cómala, Juan y yo no busco ahora
    Las aguas de Castalia entre arroyos azules,
    Ni trinos invisibles: He entrado a tu
    Desierto y me quedo sin habla, Juan,
    Naufrago entre tus ojos hasta perderme
    En ellos,y no saber quien soy, y no saber
    Quien soy, entre paredes, y árboles añosos,
    Estas litografías que me saludan, Juan,
    Desde algún Cementerio de una Cómala Triste.

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  68. NOCHE

    poema de OSCAR PORTELA


    Noche oscura del alma: no hay duelos aquí.

    Abruptamente el caminante de detiene

    En la quietud profunda del movimiento

    Que yace espectral frente a un abismo.


    Ningún soplo de brisa o hilo de la luz

    Que baja de la oscura simiente de la Nada:

    No abrir los ojos al devenir.


    Adentrarse en el reposo

    De las sombras densas y no oír sino el siseo

    Del silencio. ¿Dónde estoy?


    Disuelto el yo en la noche oscura del alma

    Solo quedan los vientos ardientes

    Que aupan las plegarias que conducen de

    Las Sombras del Parpado a la infinita

    Quietud del ser, sin duelos, ni movimiento alguno.


    Martes 22 de noviembre de 2011

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  69. FUGAS ESTRELLA DEL DESEO


    poema de OSCAR PORTELA


    Por un fugas instante

    -aquel de las fugacidad de las estrellas

    en un cielo diáfano de estío-

    cuando la mirada lanzada hacia

    el abismo veía correr los astros

    dentro del alma como si en esta se hiciera

    todo el espacio cósmico tal vez adiviné tempranamente

    tus piernas talladas por un Dios

    y tu cuerpo fundido en bronce y opalina.


    Pero como la niñez y el estío

    y las hojas y el agua que no cesan

    o las luciérnagas que habitan en las noches

    y en este corazón donde tu ya no estás sino

    en la imaginería del deseo de ti, aún perduras.


    Astro fugas relámpago y Perseo

    que sin embargo estás

    pués te alimentas

    de las palabras del poema.

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  70. melan querida mía, necesito tu e-mail: oscaronnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn

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  71. HUIR POEMA DE OSCAR PORTELA TRADUCIDO AL GALLEGO por MANUEL CARRACEDO

    HUIR POEMA DE OSCAR PORTELA TRADUCIDO AL GALLEGO

    (VOCABULARIO GENERAL) MANUEL CARRACEDO

    (Huir de mi: en el olvido absoluto del mundo
    y en el olvido de la sombra
    matar al sol y ya no ser si no
    espejismo en las feroces aguas de un arroyo)


    (Fuxir de min: no esquecemento absoluto do mundo
    e no esquecemento da sombra
    matar o sol e xa non ser se non
    espellismo nas feroces augas dun regueiro)


    HUIR

    Cansado estoy de mi mismo y de la palabra mio
    en un mundo extraño -vasto y ajeno a toda hermosura
    que conturva el vuelo de los vientos- y ajeno ya a la fausta
    magnificiencia de piedra,ajeno a todo, odiando simbolos
    e imàgenes que me hicieron esclavo- de la letra y amando
    solo a Cervero y al demonio que conduce de un habitar a la intemperie
    al huir de mi mismo-, extraño a todo y a los nombres
    y simbolos entregados a la nada,
    solo flama de un extinguido espìritu, rayo que lo consume
    todo todo nombres, pasado memorias de un clima,
    lunas, jazmines, y el ruiseñor que durante un tiempo
    se posò en mi garganta, hoy muda y huida en si misma
    como yo ausente de mì huyendo de mì,
    salmodiando solo el aliento del perro de fuego
    que se lleva mi resto entre sus fauces
    siniestros en el olvido absoluto de este mundo.

    FUXIR

    Canso estou de min mesmo e a palabra meu
    nun mundo extraño-vasto e alleo a toda fermosura
    que conturva o voo dos ventos- e alleo xa à fausta
    magnificiencia da pedra, alleo a todo odiando simbolos
    en imaxes que me fixeron escravo da letra- e amando
    so a Cervero e ao que conduce de un habitar à intemperie
    ao fuxir do meu mesmo-, extraño a todos eos nomes
    e simbolos à nada e anterior à nada
    so flama de un extinguido espìritu, raio co consume
    todo todo nomes, pasados memorias dun clima
    luas, xaimìns, e o ruiseñor que durante un tempo
    puxose na miña gorxa, hoxe muda e fuxida de se mesma
    coma eu ausente de min, fuxindo de min,
    salmodiando sòo o alento do can de lume
    que se leva os meus restos entre as suas fauces
    siniestros no esquecemento absoluto deste mundo.

    PD) Traduccion echa en vocabulario general, social para evitar que el poema pierda sonoridad

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  72. EL CANTO

    poema de OSCAR PORTELA



    Vuelve canto a mi boca. No abandones los sueños

    Y las videncias que prohijaste en mí y en las que ardí

    Por una eternidad apenas como alegoría del instante.

    No me dejes ahora que los harapos de las visiones

    Del verbo son sombras que me acompañan hacia

    La luz final que oculta la melodía en la que

    Se perdieron mis horas: haz de mí nuevamente

    Un fanal de venenos y mieles, y reúne todo lo mortal

    En las imágenes que han venido hasta mí

    Solo para crucificarme: otórgame tumbas y resurrecciones,

    Sarcófagos y soles espectrales para que la soledad

    No me devore y abandoname luego a la intemperie,

    De aquellos elementos que me elevaron por encima

    De aquel que no es más que un rapazuelo, capaz de abrir

    Sus ojos para que el Dios en su más pura forma

    Crezca como asfódelo entre los pliegos de mi carne.



    Ábreme, no me cierres a la osadía de ser la llaga

    Del sentido, y deja que las videncias en las que iluminé

    El camino del apostata, las islas del Egeo, el cuerpo de Theo,

    Los ojos de Theo, en los cuales se ocultan todas las mieles

    De la Estigia, sus piernas y su cintura que copian

    Los peligros de la aventura de Odiseo sean el postrer

    Ejercicio de haber estado aquí sirviéndote, y haz que el

    Colibrí beba de mí por última vez, mientras mis ajadas

    Manos acarician el cabello del Dios a quien me rindo:

    Ámbos mortales, ámbos solo búcaros, que buscan

    Morir en el amor para resucitar tal vez convertidos

    En lobos ya solamente para servir a la luna.



    Pero ahora dame una vez más aquel veneno

    Con el cual curé mis heridas para construir imágenes

    Que solo hablan el sinsentido de tu loca

    Carrera, Oh canto, nocturna estrella de zafiro

    En la frente de Theo por un segundo más, por un segundo

    En sus tobillos y el empeine de sus pies, por un segundo más

    Por un segundo déjame desaparecer en sus límpidos

    Ojos, déjame morir en él como la rosa que vive por un segundo

    En el cántaro que la aprisiona, poséeme luz una vez más

    Para que transfundidos y ya eternos de nuestros cuerpos espectrales

    Gotee el aceite de la Eternidad, porque yo te amo- Theo- Eternidad.

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  73. Queridisíma amiga: mientras cumplo 63 me gratulo de tener gente como vos como hermano para hacer mas sencilla mi soledad: te mando cariños y esperanzas: Oscar

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  74. LEO PEIXOTO, poema,
    de OSCAR PORTELA

    Un felino agazapado entre
    entre los árboles,
    un animal feroz y fabuloso,
    una leyenda surgida de la espuma
    del deseo carnal que arde
    en los sueños, tu perfección
    feroz de zarpa y duelo,
    la osadía de ser parte de un duelo
    en el cual tu como Fénix
    llevas tesoros guardados en tus fauces
    de tigre y semental,
    el más hermoso
    habitante de todos los deseos:

    ¿Quien habla por tu espina dorsal
    y por tu frente,
    por tus piernas
    dinteles de tobillos con ajorcas
    doradas del mítico misterio
    que se ahoga en la cintura escultural
    que alza el tórax más perfecto
    que conoce el escultor fecundo
    en su elemento,
    fascinado por ti
    vertiginoso, como la fuente pura
    de tu frente y tu rostro de enigma
    y de misterio, Leo Peixoto,
    tigre y sombra que el poeta
    teme nombrar para
    evitar el profanar los
    templos, sellados por los dioses
    que alimentan la escarpada cabeza
    con que embistes y rompes
    el equilibrio del hexámetro,
    oh tú,Leo Peixoto
    el animal del lujo y la fiereza?.


    Leo Peixoto que seduce y mata
    a quien mira sus ojos de serpiente.

    El pecado está en ti: tú lo sustentas.

    Y mi carne es la tuya y es mi sangre
    la que bebes como elixir para seguir
    guardando los tesoros que
    pueblos idumeos dejaron
    en tus garras tan perfectas
    como tus labios de animal
    y de hombre pues tu eres
    lo mítico y lo nuevo,

    el ser que esplende en
    tu cintura breve,
    y tus pómulos fuentes
    donde beben y ahogan
    las palomas posadas
    en la fuente del mítico misterio
    que rodea con un aura de luz
    belleza plena.





































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  75. Querida Melán, recuperandome poco a poco, te mando mis mas caros sentimiento se cariños, defensora de la libertad y la dignidad: tu amigo para siempre Oscar Portela

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  76. Portela charla con el Señor



    Datos del Autor Darwy Berti





    El poeta converso Paul Claudel dijo del autor de “Una temporada en el infierno”: “Rimbaud es un místico en estado salvaje”; del poeta loretano Oscar Portela se dice que es un místico domesticado y quizá ninguno de sus muchos libros testimonie mejor este civilizado misticismo judeo-cristiano que “Auto de Fe” o revocatoria”. Este libro fue publicado en 1982, cuando este lugareño atravesaba unas penurias semejantes a las de fray Luis de León o a las de San Juan de la Cruz. También Portela estaba viviendo aquí, en ese tiempo, una temporada en el infierno.



    Su exégeta Paul Mourousy -en la contratapa de este libro- le confiesa a Portela: “Tú eres para mí el cantor de tu país y la gloria de tu ciudad, un verdadero poeta en rebelión permanente contra la necedad humana, las convenciones y las hipocresías”. Noemí Ulla, a su vez, asegura que hay en Portela “una celebración panteísta del objeto poético que aparece torrencial y caótico y, sin embargo al mismo tiempo un armado juego situando los opuestos… reorganizando esa enumeración de esplendores en un vértigo final”.



    Entre esa rebelión permanente y ese caótico y al mismo tiempo ordenado objeto poético, Portela ruega: “¡Oh Señor, déjame cantar como / David y construir como Salomón, / y andar por las galerías del cielo y del infierno / con una flor inalterable entre los / labios como tu hijo Dante lo hizo…” Oscar Portela en este téte-á-téte con el “Señor”, le implora (¿antisartreanamente?): “ayúdame a no considerar / al prójimo el infierno” y, el lector, al cerrar este “Auto de Fe”, se pregunta: ¿le habrá ayudado ese “Señor”?



    A lo largo de este rezo (¿qué otra cosa es este libro?), el lector encuentra algunos versos que sí prueban que ese “Señor” escuchó por algunos instantes la dramática plegaria del loretano y le ha permitido cantar como David y construir como Salomón. Y por esa oración al fin escuchada, Portela lo alaba con palabras que recuerdan las del “Cantar de los Cantares” y las de los “Salmos”: “Yo te alabo, Señor; / yo mitad ínfima de ti; / yo mitad híbrida del animal perfecto; / yo mitad del pájaro que abraza / libremente el viento / del cual también me hiciste, Señor”.



    En 1950, en un célebre curso sobre “Los místicos”, dictado en el Colegio Libre de Estudios, Borges tuvo la feliz ocurrencia de incluir a Almafuerte: ¿no estaremos muy errados ahora si incluimos entre esos personajes borgeanos al autor de “Auto de Fe”, a nuestro vecino Portela?



    (A pesar de lo que escribimos más arriba, también podemos preguntarnos si Portela -como Almafuerte- forma parte de esa familia de místicos no tan civilizados que no aceptan al “Señor” tal como les es dado por una Iglesia, sino que lo toman conforme a la verdad divina que sienten dentro de sí mismos).

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  77. POEMA OLVIDADO
    por OSCAR PORTELA



    Cesad cigarras vuestros cantos. La constrictora boa
    Del deseo yace en letargo.
    Y sueña definitivamente.

    El misterio del sueño palidece frente a la fría
    Herida causada en el mortal
    Por la envidia de un Dios.

    Haz tú también silencio y calla.

    Callar debe ser tu destino
    En horizontes donde se eclipsa en habla.

    Y todo se derrumba en noche oscura y caos
    ¡Más todavía cantas!

    Callad cigarras. Respetad sus memorias.

    No hay augurios de piel adolescente
    Ni estrellas anunciadas. Cesad cigarras vuestros cantos.

    Un melancólico crepúsculo declina ya
    Mientras la boa duerme.

    Y a lo lejos. Solo a los lejos se encienden las pupilas
    De un llamado.

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  78. POEMA OLVIDADO
    por OSCAR PORTELA

    Cesad cigarras vuestros cantos. La constrictora boa
    Del deseo yace en letargo.
    Y sueña definitivamente.

    El misterio del sueño palidece frente a la fría
    Herida causada en el mortal
    Por la envidia de un Dios.

    Haz tú también silencio y calla.

    Callar debe ser tu destino
    En horizontes donde se eclipsa en habla.

    Y todo se derrumba en noche oscura y caos
    ¡Más todavía cantas!

    Callad cigarras. Respetad sus memorias.

    No hay augurios de piel adolescente
    Ni estrellas anunciadas. Cesad cigarras vuestros cantos.

    Un melancólico crepúsculo declina ya
    Mientras la boa duerme.

    Y a lo lejos. Solo a los lejos se encienden las pupilas
    De un llamado.

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  79. Para Melan un regalo amargo este viejo: Saudades OP
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    OSCAR PORTELA:
    UN CHAMAN ADEMÁS DE UN POETA
    POR LUISA MERCEDES LEVINSON.

    "La poesía de Oscar Portela es una poesía interior muy extraña. De ella se podría decir muchas cosas o decir nada porque aún no ha sido situada antes. " "Es una poesía de la que podría decirse, entre otras cosas; he aquí a un poeta que viene del corazón del verano y está para hablarnos sibilinamente de sus secretos". "Oscar Portela viene desde los ríos, desde su empezar a ser río, con bramidos, con la fuerza de su juventud y su bullicio hasta que se desgasta y va llenándose de pesares y recuerdos que le dejan los objetos de sus orillas". "De todo esto sabe mucho este gran poeta. Y de todo ello creo que más que sabe, él ha estado en estos sitios; ha estado en estos misterios, envueltos en los grandes ríos, dentro del gran corazón del verano, de los resplandores y los amaneceres. El ha estado allí y viene a dar testimonio, de lo que para la mayoría no resulta visible.."

    "Recuerdo unas palabras de Ariadna en la obra de Kazanzakis, cierta vez que ella se enfrentó a ese impostor que venía del norte: ese Teseo, ese príncipe salvaje; ella que pertenecía a la antigua estirpereal de los Mino de Creta, dijo entonces:"Por nuestras venas corre sangre de Dioses y animales".

    "Yo sostengo que por las venas de Oscar Portela, deben correr sangres extrañas de dioses y animales; están los reptiles y sus guaridas, están las sombras, está la luz, está el todo, y están también la vida entera y la muerte "También estoy convencido de que ha sido un huésped de varias vidas y de varias muertes. Y esto en varios planos. Ha sido un huésped y sabe de estas cosas y espera por ejemplo la vida del mañana, aquella que ve venir, la muerte, también como otra forma de vida. Espera con buena voluntad, con esperanza, con alegría, porque sabe de la ley. Yo he advertido que Oscar Portela sabe que todo lo que nos sucede está dentro de la ley, y está bien. Así se espera entonces con alegría, porque todo va a ser mejor."

    "Portela es uno de los poquísimos escritores y de los poquísimos poetas, que puede imaginar las cosas sin imágenes. Esto es lo extraño de esta poesía, que puede figurar y adentrarse en los climas, sin la necesidad de representarlos con una forma y una imagen conocidas.

    "He ahí por ejemplo, ese poema titulado "De lo que es". Este poema, produce bienestar y no escalofrío, cuando habla de la muerte. Es el "Eleusys", que como dijo Cicerón ha dado a la Grecia la esperanza en el más allá, cuando ésta se hallaba sólo sumida en los cultos órficos y el "Eleusys" le abrió puertas oscuras, como es la poesía, puertas sin imágenes, puertas maravillosas, pero secretas: siempre secretas.

    "En aquel poema de Oscar Portela hay algo que me parece maravilloso. Se afirma por ejemplo, primero que nos perdemos en la memoria, pero luego es otra la "memoria" que nos vivifica; la "vida" que nos hace vivir. "Y esto es lo extraño de este poeta. El ha estado en los ríos, pero creo que abajo de los ríos, en sus grutas mas secretas. El ha estado en el corazón del verano, pero creo que en el corazón mas secreto, aquél que no vemos y casi no sentimos, porque es imperceptible para nuestros sentidos, pero sabemos que está allí. Oscar Portela ha estado en toda la oscuridad y en parte de la luz. Ha estado, o tal vez yo me equivoco.

    Este poeta, ha sido todo eso, como lo muestra en sus cantos proféticos, donde espera otras eras, como es su "Memorial de Corrientes", aullidos de colores y copulaciones que son procesos alquímicos, como han notado muchos. Es probable que él abreve en otras fuentes estéticas, además, pero resulta imposible negar que en nuestra época desacralizada, su experiencia dolorosa, es una experiencia para muchos mistérica, y que por ello, oculta en si, la verdadera salvación del espíritu".

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  80. LA PIEL
    poema de OSCAR PORTELA

    No Johann. No es "gris el árbol de la ciencia
    y verde el árbol de la vida": aquello que se da
    y florece conoce de la muerte la osadía de ser
    un breve instante y en el amor bebe del cáliz de
    la muerte como yo renazco del ocaso en la piel
    usurpada del amante.

    Quien conoce es el cuerpo.

    Gramática del cuerpo del deseo y la magia de
    poros abriéndose a la luz, al agua y a los rayos
    que golpean las puertas de ser monadas
    solo concientes de saberse ostras: es el viento
    que nos lleva hacia el otro.

    Los extraños camino y los acaecimientos
    del azar quienes nos abren
    a nosotros desnudos en el otro:

    Oh fiestas del "candor".

    ¡Oh turbulentas siestas del verano!

    ¡Oh Deseos y goces, zureos de palomos en
    vacíos alfeizares y la luz, la luz que tú pedías
    en el cuerpo y las piernas del amado!

    En el beso se enciende la amapola y
    del conocimiento todo arde la vida que se extingue
    en muerte para volver a sí "misma"
    en "eterno retorno de lo mísmo".

    Es deseo de ser más ser
    y más deseo: cuando el poro de la piel
    se seca, cuando se seca el agua de la fuente,

    cuando el poniente corre hacia los astros
    hay vida todavía y habrá vida en esta
    exangüe entrega de un cuerpo al otro
    para hacerse uno.

    La noche del invierno y el
    poniente corren hacia las playas y mareas.

    Allí duerme el delfín en la bahía. Y aquí en los
    inmensos lagunares la garza blanca Milagrosamente
    se posa en el lapacho florecido y la quietud es todo.

    Reposar en el cuerpo del amante hombre-delfín,
    águila y leopardo para heridos en lucha
    renacer al espacio de lo "otro" que es un viento
    inasible, un mano de espuma,

    una dulce mirada que es entrega y libre donación,
    que es interrogación, plegaria , y llamado a ser más

    de lo que soy ahora que solo canto
    y memorado digo lo que fui, lo que di,

    dejándome fluir en esta líneas que son también deseo
    y luces del conocimiento de la muerte.

    Si me despido es porque se que estuve aquí
    y en una extraña tarde no olvidada bajo un río de olvidos,
    besé al amado en un extraño rito de iniciación
    y entrega bajo el agua del río.

    ¡Ay! Y no ceso de crecer hacia lo hondo,
    desde ese momento.







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  81. LETANÍAS,
    poema de OSCAR PORTELA

    a ANA EMILIA LAHITTE

    Miserable es el dolor, sucede y tenebrosa
    es su diestra. Como lo que carece de fondo
    su lengua es abismal, pero como el relámpago
    todo lo alumbra y nada oculta tras de la puerta,
    ni en los espejos o pequeños refugios
    donde buscábamos antaño el amparo seguro.
    Inconmensurable es para todo tiempo el dolor,
    salobre lágrima sobre oscuro pétalo
    en jardines flotantes. El dolor va y viene,
    nos abandona insomnes, desposeídos,
    sin más aroma que el vértigo, escrutado
    más acá, donde repite todo. Imposible
    sería cobijarte en el nombre, tan sin medida
    es lo que acaece, tan sin palabra el dolor
    quebrando trinos o calcinando voces
    sobre las alas del espanto. Y súbitamente
    ya no estás. Mientras haces en mi hondos
    túneles, revelaciones para las que faltan
    imágenes y cantas
    el oscuro espejo de mi boca abismada
    y el dolor de mi aliento mojado ahora
    en la memoria votiva de la saliva de tu boca.

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  82. BIEVENIDA,

    poema de OSCAR PORTELA


    Bienvenida “Madame La Morte”. "Tout à l’heure".

    Ah bienhechora que podarás mis ramas y mis secos

    Sarmientos. Los espejismos del deseo, las fiebres de

    La pasión de vida, los mísmos sueños y dejarás de mi

    Huellas, cenizas que no guardarán las urnas

    Del lenguaje y apenas repetirán los “otros” como

    Salmos encantatorios de un lenguaje que se dice a si

    Mismo si remitir a nada que no sea repetición de un eco.

    No otra cosa soy sino eco y lamento del viento y apenas sangre

    Que desecarán arenas de un desierto anterior a los textos

    Dictados por los ángeles y que no son sino copos de nieve

    De un incendiado invierno: bienvenida “Madame” sin patéticos

    Cantos o clamores ante dioses o designios misteriosos

    De las Parcas y el tablero de ajedrez de los Dioses.

    "Tout à l’heure" Madame. Serán segundos para una

    Eternidad en donde se clausura todo. Un zureo de plumas

    Blancas quizá anticipe la entrega de lo que no fue

    Sino envío hacia ninguna parte. Nadie está frente a frente

    Al relámpago preparado para entrar a lo que se da como

    Tormento y calofrío pero algo nos dice que “Madame”

    Se aproxima y que no habrá retorno alguno salvo a

    La letanía del círculo vicioso que una y otra vez nos lanza

    De la Nada a la Nada: "Tout à l’heure" Madame.

    Aquí nadie pregunta porque. El azar y el devenir

    No contestan a oráculos y los contratos han sido

    Rescindidos: “Hasta siempre y a todas horas Madame”.

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  83. El largo atardecer del caminante
    poema de Oscar Portela
    a Abel Posse

    Es de noche. Ventisca helada
    y sueños arden ahora
    justo a orillas del Volga.
    Es un vivaque ardido en el desierto
    donde lo abierto se deshoja
    en el blanco infinito
    de un árido camino. Larga es la
    noche, larga. Y el hombre
    que está solo y espera
    piensa en la pampa, piensa en
    los gauchos de un incierto
    paraje y su osadía se refleja
    en sombras que las llamas arrojan
    sobre el hielo. En su exilio
    interior de caminante
    es el mundo su patria. Pero su
    corazón que sangra
    deja las huellas sobre
    la hermosura transfigurada
    en hielo. Vuelve el hombre
    aterido por tanto sueño
    vano a su manso refugio.

    Y allí junto a todas las islas
    voladas por el agua sueña que
    sueña. Escribe, total el mundo
    es solo sueño. Ni por mar ni tierra
    llegarás al hiperbóreo
    espejo que tú buscas.

    El caminante tras su escritorio
    piensa e inventa un mundo
    donde todo cabe. El tal vez,
    la fabula, el empezar de nuevo,
    y mientras un sol pálido
    cubre su frente pálida, regresa
    al Otro sueño, al mas sueño
    donde los infelices se atan a la luz
    como a la salvación posible.

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  84. Oscar Portela en la Memoria
    por Ana Emilia Lahitthe

    Queridísimo, no podés tener idea aproximada de la alegría que me dió el artículo de Abel Posse en La Gaceta. Te consta que desde un comienzo, cuando eras sólo un adolescente insoportablemente genial y desvelado, tuve la alegría de contarle a tu madre lo que estaba segura que tendría que ocurrir con su hijo escritor y de su ya excepcional, memorable Poesía.

    También tenemos recuerdos sin duda intacto, de cuanto nos regalaste con la deslumbrante invitación abierta para vivir tu Corrientes natal, nuestro Corrientes (y en ésto va el indestructible abrazo con nuestro Madariaga).

    Todo cuanto Posse ahonda y certifica desde su alto juicio actual, ha sido vivido por mí, no en lejanía, sino en distancia no buscada, por esa lealtad natural de nuestra extraña relación interior, que no en vano abarca las décadas transcurridas....

    Por eso, ahora me limito a abrazarte así, esperándote siempre.

    Por lo mismo, te pido que si te es posible todavía, me dés la inmensa alegría de llegarte hasta La Plata, tal cómo yo desearía hacerlo regresando a aquellas playas doradas de Empedrado...

    Un inmenso abrazo.

    Ana Emilia Lahitte

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  85. FIDELIDAD,
    a SUSANA CANEVARO.

    Me has llamado, inaudible era entonces
    el soplo de tu voz, mi nombre un arabesco
    grabados sobre "pindoes" y "lapachos",
    florecidos duraznos o moras y laureles
    y yo acudí a tu encuentro, todo inocencia el
    fatal destino, y desde entonces,
    en cárceles oscuras y desiertos,
    en radiantes salas, solo, oscuro,
    volé hacia tí sin que nada ni nadie
    se opusiese al encuentro. Deje todo por tí.

    Más tú exhalabas en mi yerta boca
    el aliento inmortal que no perece, y
    que al final deste camino incierto,
    en corona de espinas tranformado,
    se hacen uno-conmigo!

    Nada se opuso a la virginidad del verbo
    que ha venido de celestes regiones,
    se aposentó en mi oído, y en idos tiempos
    cantaron ruiseñores!

    ¿ Ha llegado ya el tiempo de la ceniza y el vacío ?

    ¿ Que mas podría yo ofrecer questa carne
    que mancillé en tu nombre y el deseo de Ser
    Alma Inmortal, diciéndose los nombres
    que tú dictabas, en sueños y vigilias ?

    Todo está dicho ya. El cementerio de palomas
    frente al tranquilo mar se extremece
    y te nombra. Y no temo el final.

    Sobre tormentas volé hacia tí. De sepulcros
    volví por tí y el rito se ha cumplido.

    ¿ Que misteriosos hados pusieron en mi cuna
    la flamigera espada, que hiere y que golpea?
    Bien, la ténue despedida,
    sin truenos ni relampagos, se cumplirá en silencio,
    pues silencio eres tú, y silencio soy yo.

    Sin despedidas, en nombre de los muertos
    que cumplieron tus ordenes
    y se entregaron sordos a tus dones y escarnios
    yo te digo hasta pronto.

    Tal vez, tal vez, ya descarnado el cuerpo
    en aras de tus alas, vuelvas a mí otra vez
    transfigurada. El tiempo a terminado.

    Y si de nuevo me llamas por mi nombre
    y me dictas endechas no cantadas aún,
    el pasado engañoso, pueda ser revocado.

    El momento de partir a llegado.
    En nombre de tus fieles me despido de ti
    y del carnal recinto que me asfixia.

    Eterno es todo devenir. Y eso eres tú.
    Dador de mundos y de ángeles.
    Poesía bellísima.

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    1. Debería de decir FIDELIDAD poema de OSCAR PORTELA,a SUSANA CANEVARO: OSCAR PORTELA

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  86. OSCAR PORTELA : Un Encuentro con la poesía



    El Café Literario de Buenos Aires, con la dirección de Josefina Arroyo, presenta el lunes 10 de diciembre una velada de lectura de poemas de Oscar Portela. Habrá lectura de poemas seleccionados por el autor y una entrevista al poeta a cargo del escritor Alejandro Drenes. El encuentro desde las 19, 30 horas en Marcelo T. de Alvear 2199 de la Ciudad de Buenos Aires



    "Existen, afirma Oscar Portela, tantas leyendas urbanas como rurales acerca de quien soy, que hasta yo mismo me confundo a veces". Un unicornio o un "pombero" al modo de Marily Morales Segovia. Con seguridad por lo menos un personaje sospechoso. Entiendo sin embargo que estas ficciones que tienen que ver con un nombre, contienen más verdades acerca de quien soy, que las que podría reconocer la palabra "YO".



    En realidad Oscar Portela no designa otra cosa que una cantidad de textos con una firma que teóricamente les da una identidad, ya que el lenguaje básicamente no contiene y difiere del universal-singular humano, de aquel que lleva mi nombre, solo protagonista de humo de la comedia humana.



    Y todo texto aspira a ser anónimo, tanto como el poeta carece de ser y se confunde a todo aquello que lo rodea como afirmaba Lord Chandos. Por eso Oscar Portela no se presenta a Premios Literarios. Acepta contrito ciertas vagas distinciones, en función de la misma Comedia del Arte, y aunque algo así como su nombre se extienda a títulos de libros, antologías, o sitios y Web de la Gran Red, en su intimidad a decidido que su vida transcurra sin sonidos ni furias.



    Vive en la Aldehuela Capital del Apartado de Corrientes, apartado el mismo de toda vida societaria y repite con Unamuno diariamente, en mi soledad te busco. Nació en 1950 sobre plumas de garzas blancas y moras, entre los montes y lagunas de un pueblecito llamado Loreto. Su madre fue un hada llamada Marina concepción Bofill Gómez de Barreda y su padre una parca mezcla de criollaje indómito mezclado al gallegaje impulsivo que comenzó a poblar la Argentina de aquella época.



    Los padres de su segundo nacimiento en Buenos Aires en 1974, fueron Sigfrido Radaelli, Ricardo Mosquera Eastman, la extrahumana Luisa mercedes Levinson, la todo-ternura Alicia Ortiz.



    Tiene tres hermanos: el mayor Francisco Madariaga y los de sangre Raúl Antonio y Humberto Guillermo y dos hermanas, María del Carmen Suárez y Elida Manselli (alias la Etrusca).



    No ha ostentando jamás cargo político alguno, carece de partidos o ideologías políticas y solo reconoce el magisterio sobre sí de Federico Nietzsche y Martin Heidegger.



    No pertenece a escuela estética literaria alguna y augura después de dos décadas de desastres, un nuevo renacimiento del arte y la cultura, no sin antes grandes dolores de parto para los hombres.



    "Rabdomante, ermitaño", lo ha llamado María del Carmen Suárez, atesora en su memoria su relación temprana con Ernesto Sábato y su amistad con Abel Posse.



    Acerca de sus Memorias tiene preparado un viaje subsidiado del Dr. Alejandro Drewes a Corrientes para tomografíar en el lugar el vientre donde se ha gestado la obra que a dado a luz durante más de cuatro décadas.

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  87. Dialogo ocluido: Maldito mayo,
    por Oscar Portela

    a Corina Antonia Palma

    ¡Gravoso dialogo con los antepasados!
    Las pomas eran lenguas de espuma caídas
    En los frescos del tiempo,
    - el aire calido temblaba en las hojas
    - ( recordad que en este continente la primavera es ilusión!
    Y las rubias arenas, serenísimas,
    Se entregaban graciosas a los pies del viandante:
    Así entrábamos al tiempo de citrus amarillo
    Como quien va al paraíso, y la nada se deslizaba
    A nuestros ojos, pletóricos de imágenes,
    Como la abeja que trabajaba el polen arduamente:
    En nuestros castos oídos, zureos de palomas,
    y en las bastas orillas de los grandes esteros
    El grito de “chajá” , o en el árbol cercano,
    La invisible pero omnipresente alondra,
    Como anuncio fatal de lo que va a venir!

    -recordad también que la naturaleza bárbara
    -no admite ingenierías ni estéticas de jardinería
    Orficas; un continente bárbaro no se viste de joyas.

    Las llanuras, espejismos del ojo,
    Y la nada que crece, como el recuerdo que se acrece
    Con el paso del tiempo: ¡ maldito mayo, en nombre de la
    Cizaña de mis sueños yo no te absuelvo
    Y en vista de los que no vinieron y en el de los que se fueron,
    Yo te maldigo y pregunto al oráculo,
    Por que, por que en mayo, tan cercano a la nada!

    Ah, yo no dije me fui, Mariela Mioni.

    Solo dije, “me iré, me iré sin molestar a los árboles-
    en el tímpano tengo guardado
    La voz de un solitario “guayabo”-, porque a pesar de todo,
    aun estoy aquí, como el lobo en la estepa,
    Amenazado por furtivas malicias, arrastrando diálogos
    Y huellas con carcomas y sangres coaguladas,
    -y aun saludo al viento, canto corales inaudibles,
    Doy a mi voz el pentagrama de aquella muda sinfonía,
    Y me estrecho en el lecho donde voy a morir
    Mas tarde o mas temprano, preso de este maldito mayo!

    ¿Adonde abuelo, sembraste la progenie
    Para luego volar hacia las rias, sin pedirnos permiso?

    Por que madre en un maldito mayo,
    Mientras crecen en mi desiertos de la nada,
    Y se agiganta en mi alma, tu amor a lo sereno
    Y la dulce ilusión de una calma de oro!

    Hay!, y aún estoy aquí, para qué,
    Si nadie puede responderme?
    Y agostadas mis fuerzas
    aún pervivo y en mi corazón, tantas vences vencido,
    aún canta la alondra, que me acunó de niño.

    • guayabo: árbol regional de corrientes
    • “chajá”: ave regional de la zona

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  88. RÉQUIEM,

    poema de OSCAR PORTELA

    Como Tiberio frente al mar azul, como Tiberio
    al infinito tiempo de la espuma sin memorias ninguna,
    como Tiberio el Dios atisbando sin ver,
    más que el abismo del pasado y sentir vagamente
    las incendiadas gemas arder en su corazón de niño,
    así, como Tiberio, como Tiberio el Dios,
    frente al inabarcable órgano del océano
    siento subir en mí, contemplando como Tiberio
    el elíptico vuelo de las aves,
    el horror del pasado, el pánico quebrándose
    sobre mi corazón, el quiasmo de lo no sucedido,
    hundido como Tiberio, el Dios, entre tinieblas,
    con las ardidas naves del verbo proferido por el deseo
    del otro que fui, o de los Otros que hablaban
    en nosotros, el infinito misterio del pasado.
    Larga ha sido nuestra búsqueda, finitos pero intrincados
    los pasadizos en los que buscábamos el orden
    perdido, el vuelo de los Ángeles, las voces que dictaban
    y exultantes ardían en nuestros corazones
    enjaezados de lunas y de estrellas, de promesas
    burladas por la voluntad de alzarse con el todo del mundo.
    Pero heme aquí sin palabras, como Tiberio, el Dios,
    pálido en la certidumbre de ser solo un espectro,
    una pálida huella en las danzas de la memoria
    del devenir del mundo, por los Dioses burlado,
    mirando ahora, sin ver más que el Ocaso de los soles
    que amara, como Tiberio, como Tiberio el Dios,
    yo Dios, ahora deseando la desmemoria sin sexo
    de los cerrados ojos de una magnolia,
    sobre un cuerpo ya anciano que no pronunciará
    jamás las ordenes de vida o muerte.
    Como Tiberio, como Tiberio el Dios, desterrado en si mismo
    frente al mar, bordando el réquiem de lo no sucedido,
    Óscar Portela Poemas 12
    pidiendo al Ángel de la gracia de los piadosos
    espíritus, que aparten del insomnio toda muerta memoria.
    Como yo, como Tiberio el Dios, así, en mitad del leteo,
    ahora me preparo para llevar conmigo
    la vacilante nada de los Días, los espejismos
    de las Islas Perdidas, -todo lo que un nombre firmara -,
    en nombre de unos ojos, unas trémulas manos
    de amante y de asesino, unos labios sedientos
    de venenos, que ahora cantan la canción del vacío,
    las lagrimas de Eros desterrado -el baño de Dianay
    Acteón destrozado, como Tiberio, ya invisible
    a la jauría de perros, solo azotado por el lamento
    del viento arremetido contra los acantilados de Capri,
    allí donde Tiberio, el niño Dios, el anciano demente,
    espera la última traición, que un inmortal soporta.
    El brillo que la noche vanamente quiere ocultar al mar,
    ( - el único vigía, el último testigo del infierno
    que despectivamente baja hasta los féretros...).

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  89. JED HILL, HIJO DE ZEUS Y AMANTE,

    poema de OSCAR PORTELA

    Jed, no es Apolo no, el que sembró su semen
    en las islas Egeas para que nazcas tu,
    hijo de Zeus y envidiado por el Olimpo entero.
    Así tu reino - construido por porfido y con sangre -
    es el de todo súbdito que ama el vasallaje
    del amor, al que rendidos - prosternados,
    uncen la savia de sus vidas: de ese modo
    tu padre olímpico creó tu cuerpo de titan para
    que nunca mueras y des el pan y el vino a quien lo necesita.
    ¡Ah, que bello eres señor mío! ¡Zagreus!... ¡Zagreus!
    ¡Más dulce que la miel de las colmenas de Palmira
    en donde rinden culto a tu hermosura-
    y es tu abraso de amor el liquido que llevas
    para que brote de la tierra
    simiente clara de otra raza de reyes.
    ¡Ay, si por instantes tu eternidad penetrase
    en mi cuerpo, leve me elevaría hacia los cielos,
    y besaría la ingle de donde brota
    el tallo que florece fulgente como flama
    para que nadie muera, pues traes la eternidad
    en él, tu sembrador de la ambrosia!
    Y yo, como custodio del templo en el que
    finges dormir, vivo por siglos
    para que la luz de tus transformaciones
    no se apague y como el rayo que te engendró
    cruce los tiempos hacia el retorno- y lance
    la flecha de la felicidad perfecta,
    encarnada en la divinidad de carne y hueso
    y metamorfoseado en otros que son tu mísmo,
    Jed Hill, oh semidiós y amante.
    Ahora Jed, ayer Heracles y en otros
    tiempos otro pero el mismo.
    Nadie blasfeme en el templo del más bello
    titan el cual jamás demora su llegada al puerto
    de la humana esperanza.
    Yecto y rendido antes tus plantas
    beso tus piernas que son columnas jónicas,
    y asciendo hacia la inagotable fuente de tu sexo-
    besando con ardor tus labios fuentes-
    - buscando tú desnudo torso como coraza donde guardar
    fragilidad y hastío.
    Soy tuyo Jed. Otro súbdito más
    que adora a Pan y sabe en su corazón quien eres-
    la multiplicidad de dioses escondidos tras de todas
    las cosas deste mundo.

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  90. SOÑANDO con AARÓN LOFTIN

    poema de OSCAR PORTELA

    Y si mañanal ominoso cuervo en mi ventana
    La oración pronunciara, nunca más. Ay, no tendré
    Ya lagrimas para llorar por mí sobre este cuerpo
    Aún caliente, vacía habitación no suficientemente
    Amada por mi mísmo y olvidada y lacrada por las
    Memorias que ocultas en el ambivalente espacio
    Del olvido: pues de mi mismo – de lo que fui –
    Olvidado pervivo como la sombra de una sombra,
    Y ya mi corazón no se ilumina con la luz del
    Relámpago, ni el trueno hace temblar mi corazón,
    Ni las lluvias y el viento se hacen conmigo como
    Las furias que fueron en la edad de la sangre y el
    Eros, que ponían paisajes ante mis ojos mientras
    Ardía la sangre en el caldero de las brujas y solo
    En los sueños caía en los precipicios de la pasión
    O volaba hacia ti mientras ardían las arterias y
    La muerte era vida y mas vida cuando lo imaginado
    Apenas de mi se apoderaba, con la fuerza de una
    Magia implacable y yo, solo a veces, correspondía
    Jugando con el arcano de la vida, medroso, Ay,
    Pués solo ahora fustigo con imágenes el pecado de no
    Haber sido feliz por temor quizá a la moneda falsa,
    Pero cuando contemplo tú cuerpo desnudo bajo
    La lluvia, la exultación de la temida música y borro
    Con la imaginería de mis manos los olvidos presentes
    En el desnudo abismo de la belleza que se yergue como
    Promesa de una felicidad eterna, se que “cometí el peor
    De los pecados, no ser feliz”. Y en esta soledad
    Contemplo como un Dios dispuso de las medidas
    Áureas para que los poetas las cantemos y nos
    Entreguemos al destierro del amor sin otro destino
    Que ser unos ¡el sueño- el sueño eterno que no terminará
    Jamás aunque de delicias esté hecha la noche
    En el que todo pacto será sellado con la sangre
    De las bocas humedecidas por las tormentas
    Del deseo. ¿O eres la burla del mortal condenado
    A tormentos y tu la ardiente hoguera que purifica
    Los pecados con el ahogo del no más, Aarón Loftin?
    Tan bello tu que ningún Praxisteles te imaginó en sus
    Duras batallas con las formas: ¿que hechiceros
    Dibujaron las formas que hacen música al bajar
    De tus hombros a tu fina cintura? ¿Y tus manos capaces
    De bendecir al mundo tomándolo entre ellas?
    Tus caderas son las rutas de remotas estrellas y
    Hacia ti, hacia tu carne de cordero y demonio, viajan las estrellan.
    Todos los adjetivos del idioma y el deseo, el deseo
    De pronunciarte Aarón, mientras mi boca sigue la
    Fina linea de tus dulces caderas no existen ya. Un espejismo eres
    Que hiere y que redime: un Dios viviente que nos
    Recuerda que la vida en solo una promesa no cumplida.
    Mientras te miro, el asombro sembrado de deseos
    Convierte en ofertorio nuestra pasión sin límites:
    Eres el Dios que da, la potestad que otorga y que perdona.
    Beso tus pies, tus piernas, subo con infinito celo
    Las escaleras de la blanca espuma de tu piel hasta
    Tu púber sexo y continuo hasta el plexo donde las
    Lanzas se estrellaban sin mancillar tu carne, hasta
    Llegar a la fuente sagrada de tu boca, y aquí la eternidad
    Es flor de Loto, hasta llegar hasta tu frente, frontispicio
    De un templo coronado de rizos, Oh fontana
    De que mana toda gracia, toda belleza que es sello
    De eternidad y aurora que nos promete entre gemido y
    Gozo la eternidad de ser nuevamente formas leudadas
    Por Deseos en los que no habrá pecados, porque el mas vivir
    Ceñido a tu cintura es redención de todo cuando tu
    Con tus manos acaricias mi cuerpo y soy nuevamente
    La estrella que tenia en las manos y la plegaria absorta
    De ser mientras el agua me transforma y ya no se quien
    Soy sino un grito, un espasmo, y giro sobre mi
    Bendiciendo tu cuerpo en los espejos de tus ojos.

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  91. PALABRAS AL ABISMO,
    poema de OSCAR PORTELA

    Vomitar palabras al abismo,
    devolver gemas al vacío,
    no eres tú mismo lava
    expulsada de ti por el vacío?
    Deja que los muertos
    entierren a sus vivos,
    como entierras deseos
    en el profundo túnel del dolor.
    Suelda grietas la lava
    por donde entras ahora
    a la noche del no saber.
    Sepulta palabras en la noche,
    devuelve gemas al vacío
    donde naufragan las intensidades.
    Dormir como se duerme
    en la nieve
    arder como se arde
    en las blancas noches
    sería más sencillo
    que consagrar palabras al abismo.
    Finalmente estás cansado.
    Adentro es el afuera sin márgenes.
    Antes de todo juicio
    estamos condenados.
    Arder aquí no significa
    nada. Sucumbir tampoco
    resulta suficiente.
    En la iluminación, borrarse
    como se borran las imágenes
    de un sueño sería plausible
    y luego arrojarse desde el
    lenguaje hacia el vacío
    que funda todo lenguaje,
    toda gema, toda palabra
    todo extrañamiento
    de la muerte
    en el desierto extremo del amor.

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  92. "60 YA"
    poema de OSCAR PORTELA

    El minutero, la clepsidra,
    Las sombras lo confirman.
    El corazón muestra aquello
    Que cae como la roca de Sísifo
    Y se disuelve contra el precinto
    De la voluntad vuelta contra el tiempo
    Y su fue. Madre que ya no hablas en mis
    Sueños: “lo espectral se hace carne”
    Y el cuerpo todo se vuelve espectro
    De las derivas que dejo para mí.

    13/05/10

    Rodeado de numerosos amigos a los que calificó de íntimos, OSCAR PORTELA cumplió el 13 de Mayo 60 años: los concurrentes hicieron uso de la palabra y cerró esta cita el Dr. Ricardo Guillermo Leconte (Ex Gobernador de Corrientes- Argentina) calificando a Portela como un " elegido", que de ningún modo podía renunciar a ese don: eco de otras palabras de grandes escritores, como las que estampó el Marco Denevi de “Ceremonia Secreta” cuando afirmó: "Descubríos señores: un poeta".

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  93. LA GACELA,

    poema de OSCAR PORTELA.

    Que la muerte a la mano esté
    solícita y dispuesta
    a guiar ésta sombra que persigue el amor
    negado y prometido sea promesa de la muerte.

    Ay rememoración de un imposible origen,
    más allá, lo que rompe el espejo del corazón
    que alumbra el claro de la razón
    y nos refleja en los ojos luminosos
    del felino. No es posible saber si dormidos
    estamos o soñamos el sueño de la vida
    que ancla en la muerte sus pasajeros pétalos.
    Bello sería que nuestro propio espectro
    asistiera a la imposible boda del cuerpo
    del cielo, con el agua y el sol que penetra pantanos.

    Mientras tanto rememorar
    lo que se aleja más de la memoria,
    lo que nunca a sido o estado presente,
    la no presencia de ojos y bocas
    donde duermen todos los presentes,
    y se suspenden todas las vigilias,
    la ingle donde el más cálido aliento se congela
    y que la muerte guarda para sí.
    Mientras reposo mis ojos
    en el imaginario lecho de turba y de silicio,
    sin esperar ya el sueño de asistir a mi muerte,
    recuerdo el rubor de tus mejillas
    plasmándose en mis cantos.

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  94. Oscar Portela por Luis Gregorich

    “Lo que parece caracterizar a la poesía de Oscar Portela, en una primera aproximación, es el lúcido encuentro de la pasión con la racionalidad. El suntuoso y sensual lenguaje de sus poemas, como ocurre con muchos poetas mayores, casi siempre se ve matizado, controlado por una chispa reflexiva. Leerlo y descubrir sus intertextos, en los que cabe toda la poesía moderna, implica enfrentarse al conflicto, nunca totalmente resuelto, entre la trasgresión y el orden”.

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  95. "El apasionamiento que pone usted en su poesía, el entusiasta ímpetu con que asume sus temas principales, los temas de su vida tan certeramente enunciados me impresionan por lo que tienen de vocación irrenunciable y de apuesta a una totalidad insondable.

    Su camino es un ejemplo solitario en la joven poesía argentina, y por eso tanto más arduo y difícil.

    Deseo que lo continúe con ese mismo fervor y que cumpla con esa aspiración de totalidad que lo anima".

    Horacio Armani a Oscar Portela

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  96. Carta de EDNA POZZI a Oscar Portela

    Querido Oscar: De una profunda ternura y grandeza la carta de Abel Posse. La comparto casi totalmente y en especial cuando se refiere a tu obra. Reconforta como un acto de justicia.

    No sé si opondría ese tremendo poema, con una cierta desvalorización de "la poesía intimista". Recuerdo un encuentro de poetas en Chile, donde un poeta mayor nos dijo:

    "Ustedes escriben mirándose el ombligo". Se refería a los argentinos, mejor dicho a los porteños. Yo en absoluto me considero representante de algo que podría llamarse "poesía metropolitana". Pero me dío bronca, (ese afán de plegarme a las causas perdidas) y le dije:

    "Es que nuestro ombligo sangra...". Porque a esta altura, querido Oscar, ya sabemos que la poesía está en las cosas mínimas y en las grandes cosas, en las palabras mayores y en la pequeñas, desvalidas, que apenas si respiran.

    Y yo, que querés que te diga, muchas veces me he visto como "un tímido empleado de la vida".

    Entonces, mi amigo, más allá de estos devaneos, quiero darte las gracias por tu poesía y en especial por este poema.

    Traduce nuestra tremenda incomodidad, la vida de los márgenes, esa permanente sensación de asfixia, la seguridad de la derrota, la imposibilidad de alcanzar el bien.

    Uno va dejando pedazos de piel en esta lucha. Porque escribimos con todo el cuerpo, con el higado, con la sangre, con el viejo y gastado corazón. Tu poema se pone de pié, dice nó!, es lamento y es apostrófe, pero por sobre todas las cosas, es la hermosura del grito, cuando nace una rebelión total, de una total exaltación de la palabra, de una entrega dolorida y valiente.

    No cualquier grito conmueve, no cualquier poema se acerca peligrosamente a la verdad, no cualquier poema estalla, hace trizas las paredes del odio y la mentira.

    Yo, mi talentoso amigo, estoy de tu lado. No lo dudes. A veces envidio como otros escriben, pero algo me salva, creo, de esa mezquindad.

    Siento una profunda alegría cuando me topo con la poesía, con la verdadera poesía.Ya lo sabés, cuando voy más allá de la hojarasca de poemas chirles, invertebrados, amorfos, con que nos fatigan, nos entristecen. Así que este poema es también mío.

    Por donde vayas, puedo y debo acompañarte.Recibe la calidez y la ternura de mi amistad.

    Edna Pozzi.-

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  97. A OSCAR PORTELA: Amigo, Poeta

    Allí donde ha de barrer el íntimo viento las secas hojas, escribe y no te detengas, que ya no vacile tu paso hasta el próximo paso, del ríspido fondo de ti mismo arranca en agraz las hespérides uvas y sea tu canción a este mundo en su lenta o gris lejanía como un coro de pájaros. Con agrio pulso escriban ahora, poeta, tus manos para el hondo ** pozo del tiempo más amargo y por los otros que cayeron, terca y dura piedra: así sea la única marca de tu voz. Ya no sobra la vida y se yergue ante ti la ominosa torre del tiempo. Ya luego verás duplicada sombra, estrella por estrella.

    (*) poema de LEJANDRO DREWES

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    1. "Estuario". Visión totalizadora del mundo.
      Por Ruth Fernández.


      Sin lugar a dudas Oscar Portela es la voz más intensa del Litoral, pero es también el canto crístico que reelabora los contornos naturales del paisaje, de la vida y de la muerte, la maldición del mundo interior y la glorificación del verbo hecho carnadura humana.

      Maldito en el buen sentido de la palabra en lo que se refiere al destrozo interior y confesional, a la búsqueda desesperada de un oasis metafísico; a la recriminación del imponderable dualismo presente en un William Blake, a la insuficiencia de una criatura deshabitada.

      Si tuviéramos que definir esta poesía diríamos que es la de un iniciado o un pecador, que Hermes Trismegisto está presente, así como también la transformación perenne de un Heráclito. Y es que el poeta correntino no tiene fronteras. Su visión totalizadora del mundo es Dionisíaca a la par que tanática pero, paradójicamente, es mística.

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  98. EL ABANDONO,

    a GRACIELA MATURO

    poema de OSCAR PORTELA.


    El cuerpo me abandona lentamente.

    Los ardores de fragua del verano.

    El tortuoso invierno. La recelosa cobra

    Del deseo oculta en madriguera.

    Los colores minados por la ausencia

    De la piel renovada en staccato de cada primavera.

    El oro en las arenas y el sueño, el sueño

    De quien entra a la presencia como a un bosque de

    Símbolos donde no estabas tú. No es un arca mi cuerpo.



    No es chalupa siquiera: siniestrado por las tormentas

    Y huracanes, siempre en desiertos, ¿como podría

    Salvar algo de lo queda en la memoria de aquel

    Pajaro Azul que ayer cantaba en mis ventanas?



    Ah, llévame contigo hacia el poniente donde nada

    Se pone, traspone el horizonte, piérdete entre las nubes

    Más lejanas, atisba entre las cifras donde tal vez

    Los ángeles arrullen el silencio de Dios.



    ¿Volverás a la tierra? Tal vez el pino enhiesto en la colina

    Te espere como el rayo y el amor que te abandona ahora

    O que nuca tuviste encuentre asilo entre sus ramas


    Cuando lo yermo cede y en tus ojos vuelve el lapacho

    A florecer serenamente.

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  99. FUGAZ ESTRELLA DEL DESEO ,
    a LEONARDO CORREDOR

    poema de OSCAR PORTELA

    Por un fugas instante
    -aquel de las fugacidad de las estrellas
    en un cielo diáfano de estío-
    cuando la mirada lanzada hacia
    el abismo ve correr a los astros
    dentro del alma ,como si ésta fuese todo
    el espacio cósmico - tal vez adiviné
    tus piernas talladas por un Dios
    y tu cuerpo fundido en bronce ,
    pero como la niñez y el estío
    y las hojas y el agua que no cesa,
    o las luciérnagas que habitan en las noches
    y en este corazón , tu ya no estás sino
    en la imaginería del deseo de ti,
    astro fugas, relámpago y Perseo,
    que aún están aquí alimentándose
    de las palabras del poema.

    II

    ¿Y sin imágenes como crearte a ti
    sueño del sueño si de la madera
    de los sueños fuimos hechos?

    ¿Como mover las aguas del deseo
    -el vórtice del deseo que devora
    los astros que imagino iluminan
    fugaces otros mundos en el que
    soy atravesado por el fuego y el
    bronce de tu piel se funde a mis delirios
    y tu cuerpo Leonardo me levanta
    hacia el curso fugaz de las estrellas
    para ungirme de eternidad y miel
    que de ello estás hecho para que el
    niño cósmico y solar se hagan origen fulgido
    y dominio de soles extinguidos
    que vuelven nuevamente
    a estar en movimiento por un fugaz
    instante para volber al ser eternamente.

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  100. Cuadros de Oscar Portela
    a Marina Bofill de Portela,
    mi madre.-.

    Madre sentada en mecedora
    levitando sobre perfume de magnolias.
    Ni su densa presencia ni el rumor de
    las vagas estelas del alba
    deslizándose sobre rayos de urgencia
    en las cálidas noches
    donde sueñan las densas aguas
    del deseo y algo más hondo que el abismo
    u oscuro que la pasión de un muerto,
    danza en la noche la danza
    extática del mito.
    Allí el perfume de la memoria
    encendida en las brasas que
    alguien dejó a la vera de un sendero
    sencillo cuando aún las
    soledades desplegando raíces
    en el exilio del verbo buscaban
    decirse a sí mismo una historia,
    bastarse poseyéndote al poseerse
    en la misa de la pasión total,
    del absoluto, no, ni madre
    en mecedora sostenida por la blancura
    de jazmines en lo más entrañable
    del aura ensimismado,
    no, ni madre en mecedora lograron
    hacer de ti algo más que el
    destello de una vaga esperanza,
    una pasión de rayos y tormentas
    demoradas que caen para impetrar
    la suerte y sólo en sueños
    halla su vida y forma o
    una paz anterior a los duelos
    que ya entonces, en mitad
    de la noche del trópico,
    derramaban su luto
    sobre la soledad que se extasiaba
    en sombras y días de encantos
    o presagios sin memorias ni Ecos.
    No, ni madre en mecedora, allá
    solemnemente enlutándose en aromas que
    no penetraban en mí ni en los
    espejos de las aguas más dulces
    donde la voluntad se dicta
    un mundo y un mensaje de sueños,
    aquí, abandonado a la intemperie
    de lo que no puede decirse,
    el signo abriéndose como una
    herida, desamparándome de mí,
    extraviándome una y otra vez
    en mí, condenándome a esta vasta
    aventura de los nombres
    y de la soledad que ni madre
    espectral sobre memorias,
    solísima sobre hondos perfumes,
    exorcizar podría y ahora podéis
    verme deshabitándome de mí,
    de nombres y de amparos,
    de historias que el viento olvida,
    aquí, desexhumándome, en mitad
    de jardines soñados, endemoniándome
    ya sin nombre o guarida,
    enloqueciendo y sólo atento
    a los olores del sexo del
    viento extraviado en mis manos
    o de un cuerpo pequeño, piel
    ignorada, purísima, como de madre
    en la noche de los designios,
    desposeyéndome
    de todo, aniquilándome convulso
    O enloquecido de pavor y
    exequias, sin comprender, salvo a
    mi madre en mecedora, aún
    envenenada por los dulces olores
    que no expulsaron la soledad
    de mí, hundido en noche errática
    y sin penas, caminando hacia
    el fatal olvido, el pliegue
    incompasible donde nacen los
    límites ambiguos, y el no saber,
    que entramados proyectan
    los haces de la suerte y de la muerte.

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  101. OSCAR PORTELA: EL POETA EN EL MUNDO
    por Alejandro Drewes

    Soledad como muy pocas la de la escritura. La de Oscar Portela en los caminos y en los laberintos de su poesía. Poeta a su pesar en el mundo,frente a una realidad que quisiera otra, de frente a los otros, en un tiempo de indigencia que abruma cuando no aterra.

    Oscar Portela y su huella que persiste, en sus ensayos filosóficos y en sus indagaciones como periodista, en cada poema. El poeta detrás de la cámara de Herzog, ojo mirando al acechante vacío.

    Rescatarlo hoy en estas líneas: al eximio poeta de "En carne viva", de "Claroscuro"; al que dialoga con Heidegger, con Nietzsche; al amigo de sus amigos. En memoria del presente, evocar su conmovedor homenaje a la sombra de Grecia.

    En sus propios versos, retratado para siempre: Ulises sin retorno/olvidado de Itaca/aun sufriendo las vejaciones del corazón/ que intenta el canto.

    A Oscar Poeta, al poeta y al amigo, a la aventura del filósofo en América,la luz cegadora al filo de los versos escritos con sangre de tiempo, en medio del viento del mundo y de toda pavura, estas palabras en sus cuarenta y cuatro años con las letras y la poesía..

    Alejandro Drewes

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  102. SOLO OSTRAS ME QUEDAN
    poema de OSCAR PORTELA

    olor de garzas
    pudriéndose ahora en la memoria
    de la infancia de la escritura:
    por fin he descifrado en tu ausencia
    -en tu eterno presente-
    las llagas del deseo del leproso,
    el nombre que hace florecer la luz,
    la presencia de lo presente,
    el vacío lleno de tu aroma
    que amanecía azul entre mis dedos.

    no hay misterios ya,
    infancias o advenimientos
    tempestuosos, de una adolescencia
    tempestuosa, colmada por imágenes
    donde estallan los seres
    colmados por las preguntas
    y la nada.
    yo remaba hacia ti,
    hacia tu nombre.

    en tu aroma
    de almendros mi lengua
    se llagaba, en mis caricias,
    que aún te sostienen lívido
    y conterrado junto a mi,
    se hallaban los misterios
    de lo arcano.

    ah, verano, que has mutilado
    con la desmesura
    del deseo de dioses,
    la gestación de esta historia.

    sol que has venido hacia mi
    sostenido por vendavales,
    para abandonarme luego
    ausente de mi mismo
    en la fatal ausencia del deseo,
    crucificado por un vacío
    sin nombre, por el no ser
    del verano, que ha cegado
    mis ojos, transfigurando
    lo que se calcina y llaga
    con el esplendor y el fasto
    de todo lo olvidado,
    y sin embargo, presente.

    vulnerado hoy, sin palmas
    ni palomas, sólo me quedan
    las vacías ostras,
    donde oculto tu nombre,

    oh mío,
    oh deseado,
    oh incandescente.

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  103. MANUEL CARRACEDO A OSCAR PORTELA

    Se bien amigo el dolor que llevaste y llevas solo hace falta leer para entender desde donde construyes tu arte … desde la valentía desde la critica y los dolores vividos ..desde el pensamiento libre que es como un creador lo tiene que tener sin ataduras...tú mejor que nadie sabes que a veces para mantener eso hay que renunciar a muchas cosas que tratan de imponernos en este mercadeo. Por eso eres Portela el singular si no serias tú. Como dicen en mi tierra la de tu abuelo .Todos compran o se venden nesta feira se le pone un precio a las razones y se desbaratan ilusiones E HOMIÑOS A DOUS PESOS AIOS A MONTOS UN ABRAZO.

    Manuel Carracedo. Galicia. España, 30 de noviembre de 2011

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  104. ODA A LUZ-BELL

    poema de OSCAR PORTELA


    Tú fuiste su gemelo. La abierta
    Herida en su costado. Y aquel no
    Soportaba la visión de si mismo
    Reflejada en tus Ojos de clarísimo
    Mar. Como ladino amante
    Despechado te arrojó de su lado.

    Ya deyecto. Olvidado. Ya sin alas
    Con la in-saciada sed de los
    Desiertos sobre los secos labios
    Vigilado que fuiste. Oh clara
    Luz Osada. Y entregado a ti
    Mismo y al abismo sin fondo
    Fuiste el hijo de Titanes
    Y Dioses ultrajados.

    En el lejano exilio
    Decidiste abrir la pepa del
    Conocimiento y el jardín de lo
    Oculto se reveló a tus parpados.

    Más El no estaba ajeno a tus
    Designios. La libertad increada
    Que sembrara, fue su sombra
    Y su pena. La abierta herida
    Que sangraba de su seco
    Costado. El infierno de Dios
    Sobre esta tierra.

    Más tú multiplicabas tus deseos.
    Los desiertos tornaban-sé vallados.
    La mar multiplicaba peces. La tierra
    Trigo. Y el sutil tentador transfigurado
    Fue su carne en tu carne:
    “Sed a no malo” tú exclamaste.

    Ya olvidado de todo.
    ¡Ay! perseguido por la iracunda
    Saña de aquel. Tu mismo hermano.

    Y olvidado de todo fuiste reo.
    De nuevo el mundo fue tu cárcel.
    Y expurgaste inocente aquella sangre
    Con finitud y pánico.

    Ahora el mal triunfaba.
    Triunfaba Dios sobre LUZ-BEL.

    El hombre. Solo un ángel vencido.
    Derrotado por la envidia del Otro.
    De su hermano.

    OSCAR PORTELA

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  105. De Edna Pozzi a Oscar Portela

    Entonces, Oscar, mientras tus poemas inician su vuelo vertical (¿a qué extrañas alturas?), yo miro las excesivas hojas caídas de este otoño y pienso que cuando escribo soy apenas una pluma de quetzal, con esos pequeños círculos dorados que con el tiempo se van apagando, toman un color de sangre seca, de inevitable melancolía.

    Claro que me dijeron que el poeta "hace palabras" y por eso tan y tan alta es la dignidad de la poesía. Pero hay otros "saberes", así de misteriosos y secretos, que irrumpen en el mar del lenguaje y tornan ilusorio cualquier intento de aproximación. En ese borde peligroso estamos escribiendo y a veces siento el vértigo de la caída. ¿Cuándo y de qué manera la certeza de la exactitud, el encuentro que no es meramente la nostalgia de lo perdido?

    Estoy dándote las gracias por tus palabras y la calidez de tu amistad. Siempre tus poemas me con-mueven de un sitio para el otro, como el mar. Estás "sucediendo", Oscar, haciéndote de a ratos inacabable, fluyendo sobre una meseta de dura soledad.

    Ahí te estoy acompañando, si me lo permitis. Va un abrazo, un recado para el poeta amigo.

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  106. AHORA

    Poema de OSCAR pORTELA

    Ahora que mis soles mortecinos
    Van a eclipsarse definitivamente,
    ¿Como no salmodiar al dios que nace,
    Estrella de la mañana, nueva aurora –
    Y libar de su polen que da vida
    Y abras de luz a un mundo ensimismado?
    Aquí bebe el mortal, no en los
    Dioses crucificados o dolientes,
    Sino en la transfiguración eterna de lo
    Mismo, el mismo sol eternamente
    Diferente. Es Apolo y es Marcias
    A un mismo tiempo: sus bucles caen
    Sobre el poniente como versos
    De un cadencia insomne que a si misma
    Se ignora. Los tiempos de indigencia
    No son gratos. En extraños convierte
    A los que gratitudes y reverencias
    Se prometen y pactan un secreto
    Que al mismo mundo dejaría inerte.
    Cuatro letras, cuatro signos conforman
    El alfabeto que puso un Dios entre
    Mis labios para que cante el canto
    Ya postrero de aquellas osadías
    Que me llevaran antes al Conquero. Sale
    Del agua, del canto emerge siempre
    Como lo mismo renovado y en ésta
    Soledad del alma mía, el amor se me muere
    Entre los labios. Es la vida que vuelve
    Mientras ya me despido de éstos aires.

    * / OSCAR PORTELA

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  107. De JUAN ARCHIVALDO LANUS a OSCAR PORTELA

    "Golpe de Gracia" es un conjunto de poemas absolutamente Portelianos. Los leí con atención y deleite, como acostumbras nos sorprendes con resonancias que salen de un alma desgarrada, para rebrotar en el firmamento como fuegos luminosos, que pueden ser descifrados sobre la cosmogonía adonde llegue su espanto. Los abismos del Ser que busca, la consagración de una plegaria sin otro destino que las lágrimas de un naufrago, que espera encontrar la mínima orilla; los laberintos de un corazón con demasiadas preguntas.

    El tema del asilo siempre vuelve, como querencia o refugio, distinta de aquella Itaca de Odiseo, porque no se puede volver, sino "ir como se va al Paraíso". El paisaje de una naturaleza exuberante lo construyes con vientos y mediodías, junto a sueños y esperas, estableciendo una unidad entre el hombre y el mundo.

    En Poetíc Selection, fluye tu obra con el ritmo jadeante y progresivo que me hizo recordar al mismo tiempo a Frost y Whitman. Sin tiempo como "belonging to the wind" (convirtiéndose en el viento).

    París, 25 de diciembre de 1996

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  108. AHORA

    poema de OSCAR PORTELA

    Ahora que mis soles mortecinos
    Van a eclipsarse definitivamente,
    ¿Como no salmodiar al dios que nace,
    Estrella de la mañana, nueva aurora –
    Y libar de su polen que da vida
    Y abras de luz a un mundo ensimismado?
    Aquí bebe el mortal, no en los
    Dioses crucificados o dolientes,
    Sino en la transfiguración eterna de lo
    Mismo, el mismo sol eternamente
    Diferente. Es Apolo y es Marcias
    A un mismo tiempo: sus bucles caen
    Sobre el poniente como versos
    De un cadencia insomne que a si misma
    Se ignora. Los tiempos de indigencia
    No son gratos. En extraños convierte
    A los que gratitudes y reverencias
    Se prometen y pactan un secreto
    Que al mismo mundo dejaría inerte.
    Cuatro letras, cuatro signos conforman
    El alfabeto que puso un Dios entre
    Mis labios para que cante el canto
    Ya postrero de aquellas osadías
    Que me llevaran antes al Conquero. Sale
    Del agua, del canto emerge siempre
    Como lo mismo renovado y en ésta
    Soledad del alma mía, el amor se me muere
    Entre los labios. Es la vida que vuelve
    Mientras ya me despido de éstos aires.

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  109. COMO CONSTANTINO
    poema de OSCAR pORTELA

    Cuando los Dioses nos retiran el habla,
    soplo por el cual el alma canta y da
    calor y neuma -todo soplo de vida-,
    el ánima, empalidece y calla.
    Como podría ser en su mudez
    la roca, y preparar encuentros
    con la luz de nuevos Dioses? o
    la luz tocar a diana, para " repatriándonos",
    entrambos, despejar horizontes
    y abrirnos al pétalo cerrado
    que florece, como afirmaba Ekardth,
    sin por qué?... La misma habla,
    su naturaleza, muta y la cizaña
    sembrada en nuestros huertos,
    pone cerrojos a la espera.
    Empero, como Constantino
    frente a la adversidad, debo mirar
    caer los muros sin desertar las armas.

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  110. La gracia del lenguaje.
    Por Rafael Felipe Oteriño

    "Vuelvo a leerte y comprendo que a tu agudísima visión se suma lo que podría denominar la "gracia del lenguaje ". Tu palabra es brillante, incisiva, hondamente reveladora, y está sostenida por un paisaje interior que le da crédito.

    Es notable cómo elevas el texto desde una impresión casual hasta zonas de rara belleza.

    Tu poesía tiene magia y carácter, y uno está forzado a creerte por la sugestión de carne, deseos, claroscuros, que instauran una realidad siempre nueva. Te abrazo con admiración". Rafael Felipe Oteriño. Mar del Plata. 21 abril de 1991.

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  111. COMO CONSTANTINO
    poema de OSCAR PORTELA

    Cuando los Dioses nos retiran el habla,
    soplo por el cual el alma canta y da
    calor y neuma -todo soplo de vida-,
    el ánima, empalidece y calla.
    Como podría ser en su mudez
    la roca, y preparar encuentros
    con la luz de nuevos Dioses? o
    la luz tocar a diana, para " repatriándonos",
    entrambos, despejar horizontes
    y abrirnos al pétalo cerrado
    que florece, como afirmaba Ekardth,
    sin por qué?... La misma habla,
    su naturaleza, muta y la cizaña
    sembrada en nuestros huertos,
    pone cerrojos a la espera.
    Empero, como Constantino
    frente a la adversidad, debo mirar
    caer los muros sin desertar las armas.

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  112. LOS PIES DONDE TODO COMIENZA
    poema de OSCAR PORTELA

    Veo ascender núbil empeine
    Como el monte del Kaukaion
    Desde los finos dedos coronados
    De nácares y las ajorcas en los tobillos
    De tus pies Oh Apolo. Humano al fin
    Con las frigias sandalias ceñidas
    A las ondulaciones de las suaves plantas
    Con que pisas esta grávida tierra.
    Oh tú, aéreo,
    Alado como el pájaro que sube por tus eburneas
    Piernas talladas no en el mármol de Fídias
    Sino en ébano puro. Oh Dios
    De la belleza y la armonía.
    Clava tu flecha en mí.
    Entrégame en herida el corazón mortal
    Que sangra y besa tus pies perfectos
    Cual frutos bendecidos por rocíos de un alba
    Más clara que el deseo.
    Eros pende desde
    Auroras primeras sobre tu corazón
    De acero. Y se hace duende en tus alados
    Pies perfectos como urnas que ocultan
    Las simientes de todo.
    Acá comienza el todo.
    En los arcos que al vértigo trasmiten
    Los latidos del corazón que escucha.
    Los llamados que invocan. Las grafías de
    Las manos que hablan.
    Aquí comienza
    El beso que se deshace como amapola
    Entre tus blancos muslos y se levanta
    Luego y cae nuevamente en las azules
    Fuentes donde el mirlo parlotea sin pausas.
    Nada más bello que los pies más
    Etéreos. Y nada más desnudo en cuerpo
    Humano, transido de la nostalgia de lo eterno.
    Atrio los pies. Asustadas palomas.
    Flores de nieve.Mueves los dedos. Cantas.
    No hay cintura perfecta sin pies alados.
    ¿Hay lo sabéis vosotros? Las manos son racimos
    Que coronan el reinado donde todo se posa.
    Y el cuello aéreo y la sacra cabeza
    Con mirtos coronada. Beso tus pies ahora. El duende
    Me trasmite las pulsaciones de un daímon
    Que duerme y despierta en la danza.
    Es éste el ritual.
    No hay amores sin danza. No existe Eros sin los pies
    Del Dios que danza y los cuerpos
    Que renacen de sus propias cenizas
    Y acá el conocimiento de todo ser comienza.
    En el dedo meñique y su aro de bronce.
    Canto a tus aires. Al laúd de tu cuerpo hermoso
    Como la renacida aurora.
    Tú reinas para siempre
    Sobre todo lo umbrío. Triunfa tu luz. Tu cuerpo triunfa.
    Y en la magnolia de tu sexo luces la eternidad del mundo.

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  113. Retrato de Oscar Portela

    por Francisco Madariaga

    Mi coterráneo, porque lo soy con los correntinos, y especialmente, con los del departamento de Yaguareté-Corá y con los de aquellos otros que también tienen esteros, lagunas, palmares; de las ciudades y pueblos como Taragüí. Saladas la del Negro Sargento Cabral, el Paso de los Libres. Loreto y otros; de la meseta de Mercedes y el sistema de Esteros y Lagunas del Iberá; y también con los habitantes de los parajes donde iban a terminar las grandes tropeadas que partían de Corrientes de las vaquerías coloniales: las costas del Mar de los Castillos con sus lagunas y palmares— en Rocha de la Banda Oriental del Uruguay.

    Bandidejo especial, que ha sabido conducir al Ser hacia un lila general.

    Viva, pues, su camino de salvación lila. No tiene otro, antiguo embajador de la Hélade. Tribuno público de la romanía, periodista de la corte de César o de los campamentos de Aníbal, entre africanos quemados y asiáticos perezosos. Santo andante por tabernas y correrías en las que, sólo a fuer de poeta, pudo comunicar, sin confundirlas, a la poesía con la filosofía.

    Sacúdase toda muerte y dispóngase a organizarse en el Este y el Nor-Oeste Poniente. El Sur no se lo puedo recomendar a un jinete como usted, que nació muy cerca de los tigreros de la caliente alba coreana. ¿Recuerda que, en Corrientes, se los llama coreanos a los de Yaguareté-Corá?

    Póngase a trabajar en la síntesis de todos los resplandores. Los quebrantos, las "presentes sucesiones de difuntos", de todo aquello que le ha llevado casi hasta el borde del crimen contra usted mismo.

    Entréguese al lila y abuse de todas sus hogueras y sus sombras, aunque corra el peligro de caerse, arrastrando el rostro por las arenas. Éstas, seguramente, serán también de ese color.

    AMENLILA debe ser en adelante la palabra con que firme sus escritos, desde misivas hasta poemas.

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  114. EL CORAZÓN, un poema de OSCAR PORTELA

    Escucha el corazón de la piedra. La estalactita
    Escucha. Escucha los lamentos del viento.
    El corazón de Nada escucha. Escucha es corazón.
    Y vértigo. El pino en las alturas mira el abismo
    Sin temer lo oscuro. Escucha. El corazón escucha.
    Asimismo se ausculta el corazón y advierte
    La intemperie. La incuria. La soledad que espanta.
    El incubo que nace. La muerte que despierta.
    La soledad que asfixia las cometas de un cuerpo
    Que fue consagración de primavera. Y escucha corazón
    Las plañideras flechas del deseo.
    No es este el corazón que siente.
    Es grafía del cuerpo y del espanto. Escucha
    Tierra el corazón que nace de tus
    Propias entrañas y asciende hacia lo mudo.
    Hacia el azur profano. El corazón que mira
    El cuerpo de Afrodita y se convierte en llanto.
    Es este el corazón llagado. La lengua es su destino.
    Los labios, las plegarias, las promesas.
    El proemio de una historia de amor y de un
    Cuerpo sin penas. Escucha corazón. El corazón
    Escucha. ¿ Recuerdas las tardes del estío,
    El río que no vuelve, las riberas, los árboles,
    La soledad sin fin y nosotros apenas desnudos
    Y sin nombres para el libro que viene?.
    Aquí estas corazón. Aquí tú escucha.
    Tu final sin historias ni quejas ni llamados.
    Escucha corazón y dime las plegarias
    De una pregunta apenas. El Adamita espera.
    Desnudo corazón tu escucha y pena.
    El agua escucha.
    Pasa y escucha las endechas del tiempo.
    Las flechas con que Apolo hirió a Marcias y el canto
    Con que florece el loto en las aguas del lago.
    Escucha corazón. Escucha. Y dime todo. Todo.
    Dame su joven cuerpo. Desnúdalo de nuevo y entrégalo
    A mis cantos. A la oración primera. A las albas que Eros
    Vio nacer en mi pecho. El corazón escucha. Escucha
    El corazón escucha y tañe la amapola. El lirio y la azucena.
    Yo torno -je tournat - a vigilar lo pleno.
    Construyo sobre escombros como Abel Posse quisiera.
    Y allá en la luz astral de otro sangral poniente
    Lisa sonríe a solas ya para siempre.
    Escucho corazón. Yo escucho. Soy tuyo aún.
    Aun soy primavera. Escucha en la sonata de la luna
    Que llama a todos y aún espera. Espera
    La vigilia de un hombre que está solo y espera.

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  115. MANUEL CARRACEDO A OSCAR PORTELA

    Se bien amigo el dolor que llevaste y llevas solo hace falta leer para entender desde donde construyes tu arte … desde la valentía desde la critica y los dolores vividos ..desde el pensamiento libre que es como un creador lo tiene que tener sin ataduras...tú mejor que nadie sabes que a veces para mantener eso hay que renunciar a muchas cosas que tratan de imponernos en este mercadeo. Por eso eres Portela el singular si no serias tú. Como dicen en mi tierra la de tu abuelo .Todos compran o se venden nesta feira se le pone un precio a las razones y se desbaratan ilusiones E HOMIÑOS A DOUS PESOS AIOS A MONTOS UN ABRAZO.

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  116. ELEGÍA, poema de OSCAR PORTELA

    Toma de mí lo que va a desaparecer,
    tómame, vigílame como desapareciendo,
    fiel vacío de un perfume extinguido,
    pura ausencia abismada en lo innombrable,
    oh vacilante sombra en el crepúsculo,
    vacíame en la memoria de mí,
    en el abismo de mi propia locura.
    Toma de mí lo que se dicta,
    la profecía de un pasado que viene
    de lo no acontecido y llama con la fuerza
    del fuego, su pabilo entre ruinas,
    los simulacros y fantasmas grabados
    en lo profundo
    de mi llagada lengua. Toma mi voz para
    dejarme, los nombres que me dicto,
    tu sombra enturbiándose entre
    sombras, toma otra vez mi voz, mi cuerpo,
    la fría mortaja de la memoria,
    y levanta el líquido de las horas
    para escanciarla en tu cansada boca,
    luego olvídame, vacíame, escándeme.
    Yo hice tu alma a imagen de mis dudas,
    alma mortal, poesía.

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  117. a Postmodernidad y lo Americano
    en la obra de Oscar Portela
    Por Graciela Maturo

    Oscar Portela pertenece también en su talante vital y en su obra toda, a esa legión que no solo es Americana sino que reclama el derecho a serlo plenamente. Esto no lo priva, sino que por el contrario lo obliga a un diálogo permanente con el mundo de las ideas, a una elaboración profunda, desde su acá, de toda incitación filosófica y de todo estímulo creador. Su confrontación con el deconstructivismo de Jaques Derridá, será pues una confrontación creativa, poiética, capaz de extraer de su ejercicio dialéctico abierto a últimos confines de la razón su cuota instauradora de sentido, su nueva "imago mundi".

    * Fragmento de Maturo G.

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    1. La Postmodernidad y lo Americano
      en la obra de Oscar Portela
      Por Graciela Maturo

      Oscar Portela pertenece también en su talante vital y en su obra toda, a esa legión que no solo es Americana sino que reclama el derecho a serlo plenamente. Esto no lo priva, sino que por el contrario lo obliga a un diálogo permanente con el mundo de las ideas, a una elaboración profunda, desde su acá, de toda incitación filosófica y de todo estímulo creador. Su confrontación con el deconstructivismo de Jaques Derridá, será pues una confrontación creativa, poiética, capaz de extraer de su ejercicio dialéctico abierto a últimos confines de la razón su cuota instauradora de sentido, su nueva "imago mundi".

      * Fragmento de Maturo G.

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  118. Porque querida Melán cometo en Sol Amargo- será por eso- errores que afean el blog: te sugiero que a tus seguidores les permitas "editar" cuando el error es muy grueso: yo continúo con gripe y solo la "compu"- me entretiene un poco.......ahora espero que te guste esta Elegía que ya tiene sus años.....es que la poesía desde el viejo Homero tiene años ? : escribime y decime que opinas de todo esto: Oscar Portela- tu amigo incondicionaal.

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  119. CANTO DE ORFEO

    poema de OSCAR PORTELA.

    Y el canto, el canto, oh Dioses, que religaba

    al hombre con la tierra: la dulce y beatífica

    que penetrará en tus huesos y abrirá tu esqueleto

    a la luz de los cielos, al viento de las sierras,

    al mar, al mar, sus infinitas olas y todas las estrellas

    que marcan el destino de dioses y mortales,

    el canto humano y celestial, demoníaco o santo,

    El que ha huido del mundo

    dejando tras de sí el desierto que crece,

    la gran voz de los muertos,

    las cenizas de la memoria que nada nombra

    sino el precipicio que se adelanta de la nada:

    Pronto Caronte, pon a tus remos alas

    y que mi sombra y yo fulminados

    seamos por el rayo que animó el canto

    y es hoy sólo negra mortaja,

    sólo hiedra ya seca sobre el muro que cierra

    el desierto que crece, aquí en mi corazón

    y en la voz de las zarzas hablaron a Moisés.

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  120. De Edna Pozzi a Oscar Portela

    Entonces, Oscar, mientras tus poemas inician su vuelo vertical (¿a qué extrañas alturas?), yo miro las excesivas hojas caídas de este otoño y pienso que cuando escribo soy apenas una pluma de quetzal, con esos pequeños círculos dorados que con el tiempo se van apagando, toman un color de sangre seca, de inevitable melancolía.

    Claro que me dijeron que el poeta "hace palabras" y por eso tan y tan alta es la dignidad de la poesía. Pero hay otros "saberes", así de misteriosos y secretos, que irrumpen en el mar del lenguaje y tornan ilusorio cualquier intento de aproximación. En ese borde peligroso estamos escribiendo y a veces siento el vértigo de la caída. ¿Cuándo y de qué manera la certeza de la exactitud, el encuentro que no es meramente la nostalgia de lo perdido?

    Estoy dándote las gracias por tus palabras y la calidez de tu amistad. Siempre tus poemas me con-mueven de un sitio para el otro, como el mar. Estás "sucediendo", Oscar, haciéndote de a ratos inacabable, fluyendo sobre una meseta de dura soledad.

    Ahí te estoy acompañando, si me lo permitis. Va un abrazo, un recado para el poeta amigo.

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  121. El CORAZÓN,

    un poema de OSCAR PORTELA

    ( a los que fueron y son ya para siempre)

    Escucha el corazón de la piedra. La estalactita
    Escucha. Escucha los lamentos del viento.
    El corazón de Nada escucha. Escucha es corazón.
    Y vértigo. El pino en las alturas mira el abismo
    Sin temer lo oscuro. Escucha. El corazón escucha.

    Asimismo se ausculta el corazón y advierte
    La intemperie. La incuria. La soledad que espanta.
    El incubo que nace. La muerte que despierta.
    La soledad que asfixia las cometas de un cuerpo
    Que fue consagración de primavera. Y escucha corazón
    Las plañideras flechas del deseo.

    No es este el corazón que siente.
    Es grafía del cuerpo y del espanto. Escucha
    Tierra el corazón que nace de tus
    Propias entrañas y asciende hacia lo mudo.
    Hacia el azur profano. El corazón que mira
    El cuerpo de Afrodita y se convierte en llanto.

    Es este el corazón llagado. La lengua es su destino.
    Los labios, las plegarias, las promesas.
    El proemio de una historia de amor y de un
    Cuerpo sin penas. Escucha corazón. El corazón
    Escucha. ¿ Recuerdas las tardes del estío,
    El río que no vuelve, las riberas, los árboles,
    La soledad sin fin y nosotros apenas desnudos
    Y sin nombres para el libro que viene?.

    Aquí estas corazón. Aquí tú escucha.
    Tu final sin historias ni quejas ni llamados.
    Escucha corazón y dime las plegarias
    De una pregunta apenas. El Adamita espera.

    Desnudo corazón tu escucha y pena.
    El agua escucha.
    Pasa y escucha las endechas del tiempo.

    Las flechas con que Apolo hirió a Marcias y el canto
    Con que florece el loto en las aguas del lago.
    Escucha corazón. Escucha. Y dime todo. Todo.

    Dame su joven cuerpo. Desnúdalo de nuevo y entrégalo
    A mis cantos. A la oración primera. A las albas que Eros
    Vio nacer en mi pecho. El corazón escucha. Escucha
    El corazón escucha y tañe la amapola. El lirio y la azucena.

    Yo torno -je tournat - a vigilar lo pleno.
    Construyo sobre escombros como Abel Posse quisiera.

    Y allá en la luz astral de otro sangral poniente
    Lisa sonríe a solas ya para siempre.

    Escucho corazón. Yo escucho. Soy tuyo aún.
    Aun soy primavera. Escucha en la sonata de la luna
    Que llama a todos y aún espera. Espera
    La vigilia de un hombre que está solo y espera.

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  122. La Muerte, La Hermandad, la Poesía

    A Oscar Portela, destrozador de erradas telurias, con su mandoble de poesía
    y de inteligencia, poeta a cuyo empuje formidable y a cuya cultura en acción
    le debe tanto ya Corrientes. El puede ser -por intermedio de nuestra
    América- poeta absoluto y absoluto hombre público -Francisco Madariaga.

    I

    Vienes bebiendo "el canto de lo múltiple",
    "Corazon solitario".
    Bebe ahora el milagro del Otro en lo múltiple
    y de la copa del anti-mal
    hecha con pluma de garza real
    que hoy te ofrezco
    en este recibimiento
    amigo greco-criollo,
    y escucha hoy esta canción que te saluda,
    desde el Corrientes de campaña,
    acá en la Gran Metrópoli
    errada en su multiplicidad
    cantada por el mirlo triste y ronco en la
    rama de asfalto de la Muerte Industrial.
    Ciudad ramereada por las albas de las Constelaciones
    de las bajas Mercaderías,
    puerto donde se ha perdido el alba abandonada de las
    llanuras delicadas,
    Gran Mercado de Sueños Impostados,
    que habrá que saquearlo con
    Poesía para limpiarlo.
    Desde acá,
    bien montado y armado,
    y con licencia de nuestras correntinas llanuras
    gateadas,
    te saludo
    Canciller para la Rendición de la
    Filosofía por las Armas de
    la Caballería de la Poesía,
    y por obra de la Muerte,
    que destrina su sudario del luto
    y lo hace trino de Presencia
    y de Ausencia.

    II

    Y así has llegado, tú, Marina,
    su madre,
    desalojando del corazón del
    loretano
    a su prima la Filosofía:
    ¿La que siempre soñó doblar a la
    Poesía?,
    y lo entregas, plenamente, con tu muerte,
    a la poesía,
    ah creadora de estos Himnos a la Muerte,
    bella de la bondad criolla en llamaradas,
    cantante, también, en mi alma, que es libre
    para elegir
    ferozmente
    la hermandad,
    y develarla
    como bella
    a esa hermandad,
    y como ardiente hada natural
    del amor
    a esa hermandad de la "belleza impune",
    la poesía.
    Llegas, Marina, con un aire de inmortalidad
    pagana,
    gentil en el color de una más bella gitana
    entre los dioses,
    cristiana de oro para el niño que dejaste
    instalado en la Poesía,
    y que ahora,
    libre de mal
    y de bloques que lo separan de la
    Tierra
    y del Infinito,
    se arroja al Canto
    y canta
    con una alegría negra y blanca
    y natural,
    y es,
    y será
    hermano
    de la vida
    que es Muerte
    y Muerte Vida.
    Azul y negro este hombre
    ahora canta,
    y nos entrega Himnos a la muerte,
    como una primavera que en Loreto
    entrega alas
    lágrimas
    sonidos del monte
    al corazón de una laguna con
    estrellas.
    De todo este vasto libro
    separad a sus Himnos a la Muerte
    y entregaros
    a la alegría de una libertad
    en la muerte,
    en las entrañas de toda vida,
    por vida.

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  123. LOS OJOS
    poema de OSCAR PORTELA

    Me miras. Y desde ti me veo. Soy yo otra vez.
    En el azul profundo de mar de tu mirada caben
    Todos los cielos. Me miras. Estoy aquí. Soy un
    Viento. Soy índigo. Solo para mi mismo esta fluyendo
    Mi vida como un río mirado y visto.
    Soy esta apuesta. Y te contemplo. ¿De lo contrario
    Como me miraría yo en tus ojos?. ¡Helas!
    No tienes tiempos. Y tiene el tiempo alas. El orden es.
    Y responsable soy de ese llamado al que contesto
    Sin misterio ninguno. Vuelvo a ser yo y espero.
    Somos hijos de Adán. Somos su sombra y su retorno todo.
    ¿Que me lleva hacia ti sino el deseo? Sube desde tu boca
    Astral un tiempo que se abre como dulce durazno
    Y sangra mi alma en tu nostalgia pura
    De otra patria lejana.
    ¿Que me dicen tus ojos,tu mirada? ¿De que secretos sellos
    Demoníacos preservados por las semillas
    De otras tierras me dictan éstos arrobos y estas danzas?
    Tu frente el mar,el mar sobre esos ojos sin olas y sereno.
    Y en cuadratura exacta la barbilla de lo que fuera fauno
    Y es mortal ahora. Hijo de un ángel desamparado y triste.
    Agrio sabor de un silbo vulnerado por la envidia de Apolo
    Ya vencido por Marcias. Hay fuegos y lamentos en tus ojos.
    El secreto sellado en una urna egea clama por ser colmado.
    Y el eco de tu llamado vibra sobre tus puros pómulos.
    Oratorio donde se deposita un beso.
    Todo tu rostro es un llamado en sombras.
    Y yo respondo con cánticos profanos. Solo tendrías que adelantar
    La mano y el viento de ser en abundancia
    Derramaría todo.
    Me miras y devuelves a mí constantemente. A lo que fui
    Y a lo que soy de nuevo.
    Un mensajero solo. El servidor de un Dios ya desterrado
    Que espera del mortal su guarida segura.
    Su aposento y su cuna. El reposo final en ésta tierra.

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  124. Oscar Portela, con el talento y la creatividad profunda que viene desplegando en su obra, recobra órficamente el valor genesíaco de la tiniebla, no para gozarse en un universo sígnico despojado de realidad, sino para incorporar plenamente a su visión, el polo negativo.Graciela Maturo.

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  125. LOS OJOS
    poema de OSCAR PORTELA

    Me miras. Y desde ti me veo. Soy yo otra vez.
    En el azul profundo de mar de tu mirada caben
    Todos los cielos. Me miras. Estoy aquí. Soy un
    Viento. Soy índigo. Solo para mi mismo esta fluyendo
    Mi vida como un río mirado y visto.
    Soy esta apuesta. Y te contemplo. ¿De lo contrario
    Como me miraría yo en tus ojos?. ¡Helas!
    No tienes tiempos. Y tiene el tiempo alas. El orden es.
    Y responsable soy de ese llamado al que contesto
    Sin misterio ninguno. Vuelvo a ser yo y espero.
    Somos hijos de Adán. Somos su sombra y su retorno todo.
    ¿Que me lleva hacia ti sino el deseo? Sube desde tu boca
    Astral un tiempo que se abre como dulce durazno
    Y sangra mi alma en tu nostalgia pura
    De otra patria lejana.
    ¿Que me dicen tus ojos,tu mirada? ¿De que secretos sellos
    Demoníacos preservados por las semillas
    De otras tierras me dictan éstos arrobos y estas danzas?
    Tu frente el mar, el mar sobre esos ojos sin olas y sereno.
    Y en cuadratura exacta la barbilla de lo que fuera fauno
    Y es mortal ahora. Hijo de un ángel desamparado y triste.
    Agrio sabor de un silbo vulnerado por la envidia de Apolo
    Ya vencido por Marcias. Hay fuegos y lamentos en tus ojos.
    El secreto sellado en una urna egea clama por ser colmado.
    Y el eco de tu llamado vibra sobre tus puros pómulos.
    Oratorio donde se deposita un beso.
    Todo tu rostro es un llamado en sombras.
    Y yo respondo con cánticos profanos. Solo tendrías que adelantar
    La mano y el viento de ser en abundancia
    Derramaría todo.
    Me miras y devuelves a mí constantemente. A lo que fui
    Y a lo que soy de nuevo.
    Un mensajero solo. El servidor de un Dios ya desterrado
    Que espera del mortal su guarida segura.
    Su aposento y su cuna. El reposo final en ésta tierra.

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  126. OSCAR PORTELA: UNA ARDIENTE PACIENCIA
    (Alberto F. Robredo)

    Oscar Portela es decir muchas cosas. Es Corrientes, no la bravía, sino dulce. Es tradición, no la del atuendo, sino la de la esencia. Es Argentina, no la del mamarracho y el griterío cursi e ignorante, sino la del saber, que sólo en el infinito encuentra saciedad. Es amistad, no la superficial que se agota en el empalago de las formas, sino la profunda, que es sufrir en la exigencia y gozar en la entrega. Es política, no la que tiene al dirigente como principio y fin, sino la que es pura lucha, puro principio, puro sacrificio, en la que la provincia y la nación son el centro y el ser humano el principio y el fin. Es periodismo, no el que no es por perderse en la imbecilización y la mediocridad, sino el que es porque divulga para que la cultura nos esculpa en el camino a la perfección como meta.

    Oscar Portela es definición en muchos sentidos. Es un autodidacta multifacético, cuya cultura requiere de varias vidas mucho menos jóvenes que la de él. ¿Quién conoce de literatura con erudición?. Oscar Portela. ¿Quién bucea por los más intrincados vericuetos de la filosofía en búsqueda de respuestas a interrogantes siempre en aumentos?. Oscar Portela. ¿Quién puede escribir en un diario, dirigir una revista, o tener un espacio en radio o televisión, sin más norte que transmitir?. Oscar Portela. ¿Quién sobrelleva esa inmensa tarea que se impuso sobre sus hombros con una penuria económica constante por la indiferencia de quienes tienen poder?. Oscar Portela. ¿Quién es capaz de volcar su alma enriquecer de la poesía?. Oscar Portela.

    La síntesis de todo esto, que es Oscar Portela tiene un nombre: Amor. Y el amor es la más preciada representación de Dios.

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  127. MIS MANOS,

    un poema de OSCAR PORTELA.


    Dejad hablar y oíd las voces de mis manos.

    Ellas contienen todo. El libro de la Vida
    Se ha escrito en ellas, definitivamente.

    Hablan la tierra, el viento, los mares y desiertos,
    Las montañas y bosques, el azur y los hielos.
    Todo está aquí en mis manos. Las grafías
    Que Dios trazó sobre ellas, el libro que se oculta,
    Los ojos del vidente. Oíd, Oíd, hablan mis manos.

    Cada vena es un túnel, entrad en ellos.

    Ángeles y Demonios murmuran en su sangre.

    Ellas, ellas ajusticiaron los sueños mas
    Hermosos. Dominaron los vientos y calmaron
    Las aguas. Bendijeron el cáliz y clavaron las otras
    A la cruz y el madero. Ellas acariciaron
    La carne del Cordero. Asesinas y amantes dejad
    Hablar las voces que gimen en mis manos.

    La memoria del mundo está en mis manos.
    Agripína en la mar envuelta en odio. O las salvajes
    Manos de Jerjes azotando las tempestades áureas.

    Las manos del auriga que conducía el sol
    Hacia la noche y alcanzaba en sus vuelos
    Las nocturnas estrellas de una sonata en si.

    Las manos de Alejandro. Zafiros que en la noche
    Temblaban en los lechos de jóvenes amantes.

    Y las manos de Antinoo quitándose la luz de sus ojos
    De ciervo herido por Diana. Escuchad a mis manos

    Antiguas como el mundo. Como el mundo culpables
    E inocentes y puras como los devenires
    Sin otro fin que ser La Memoria de Laquesis.

    Ahora secas. Sin savia. Ahora añosas. Más fieles
    A la tierra y al sentido terreno de los cuerpos
    Humanos. Raíces son mis manos. Raíces para

    Bajar al fondo del memorial humano. Y sus
    Dedos señalan los agudos crepúsculos que enracimados
    Tornan a ser luz del mañana. Escuchad a mis manos.

    Mis manos hablan. El lenguaje reposa aquí
    En mis manos y el amor que se escalda y mora
    Aquí en mis manos.


    Leed pues en mis manos el destino del mundo.

    En el espejo cabe el libro de la vida. Y el de la muerte
    Bebe aquí en mis manos ahora
    En que un caballo alado es montado por sombras

    Y un Adamita calla ya para siempre a solas.

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  128. OSCAR PORTELA Y UNA PLEGARIA DE LOS SENTIDOS

    Por ELIDA MANSELLI

    Oscar Portela exalta lo que lo roza, lo conduce, lo aprisiona, con sus cambios, alteraciones, crecimientos, matices: sus fibras se han reunido junto al equilibrio de los ciclos naturales que nos gobiernan y que él define en un salto doloroso, iluminado en el difícil estar en el mundo.

    "Sálvame flor anterior a mi pánico...".

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  129. MIS MANOS,

    un poema de OSCAR PORTELA.

    Dejad hablar y oíd las voces de mis manos.

    Ellas contienen todo. El libro de la Vida
    Se ha escrito en ellas, definitivamente.

    Hablan la tierra, el viento, los mares y desiertos,
    Las montañas y bosques, el azur y los hielos.
    Todo está aquí en mis manos. Las grafías
    Que Dios trazó sobre ellas, el libro que se oculta,
    Los ojos del vidente. Oíd, Oíd, hablan mis manos.

    Cada vena es un túnel, entrad en ellos.

    Ángeles y Demonios murmuran en su sangre.

    Ellas, ellas ajusticiaron los sueños mas
    Hermosos. Dominaron los vientos y calmaron
    Las aguas. Bendijeron el cáliz y clavaron las otras
    A la cruz y el madero. Ellas acariciaron
    La carne del Cordero. Asesinas y amantes dejad
    Hablar las voces que gimen en mis manos.

    La memoria del mundo está en mis manos.
    Agripína en la mar envuelta en odio. O las salvajes
    Manos de Jerjes azotando las tempestades áureas.

    Las manos del auriga que conducía el sol
    Hacia la noche y alcanzaba en sus vuelos
    Las nocturnas estrellas de una sonata en si.

    Las manos de Alejandro. Zafiros que en la noche
    Temblaban en los lechos de jóvenes amantes.

    Y las manos de Antinoo quitándose la luz de sus ojos
    De ciervo herido por Diana. Escuchad a mis manos

    Antiguas como el mundo. Como el mundo culpables
    E inocentes y puras como los devenires
    Sin otro fin que ser La Memoria de Laquesis.

    Ahora secas. Sin savia. Ahora añosas. Más fieles
    A la tierra y al sentido terreno de los cuerpos
    Humanos. Raíces son mis manos. Raíces para

    Bajar al fondo del memorial humano. Y sus
    Dedos señalan los agudos crepúsculos que enracimados
    Tornan a ser luz del mañana. Escuchad a mis manos.

    Mis manos hablan. El lenguaje reposa aquí
    En mis manos y el amor que se escalda y mora
    Aquí en mis manos.


    Leed pues en mis manos el destino del mundo.

    En el espejo cabe el libro de la vida. Y el de la muerte
    Bebe aquí en mis manos ahora
    En que un caballo alado es montado por sombras

    Y un Adamita calla ya para siempre a solas.

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  130. La gracia del lenguaje:por Rafael Felipe Oteriño.
    a Oscar portela

    "Vuelvo a leerte y comprendo que a tu agudísima visión se suma lo que podría denominar la "gracia del lenguaje ". Tu palabra es brillante, incisiva, hondamente reveladora, y está sostenida por un paisaje interior que le da crédito.

    Es notable cómo elevas el texto desde una impresión casual hasta zonas de rara belleza.
    Tu poesía tiene magia y carácter, y uno está forzado a creerte por la sugestión de carne, deseos, claroscuros, que instauran una realidad siempre nueva. Te abrazo con admiración". Rafael Felipe Oteriño. Mar del Plata. 21 abril de 1991.

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  131. EL CUERPO,
    poema de OSCAR PORTELA.

    Cuando la luz del día corre hacia la noche y la casa yace
    Deshabitada entre las ruinas. Cuando el desierto crece
    Y sangra el corazón sobre las dunas.

    Cuando el cactus florece. Cuando la yerma inhabitud
    Se expande como buba en la axila.

    Y cuando la intemperie hace gemir abetos estos ojos vacíos y
    Extraviados se encarnan en la mirada que da vida.

    Son los Dioses que vuelven a la tierra
    O que nunca se han ido.
    Ignorantes de sí y oscurecidos a mirada mortal.

    Se han extraviado.

    Más desnudos que el alba amanecieron
    Entre espejos y luces prometidas.

    He aquí el Asilo que buscaba. La fe en un mundo
    Que encarnado vibra con la pasión del mediodía.
    Solo creo en los Dioses de la danza.

    Esa es la casa que he buscado siempre. La perfección.
    La perfección que ignora el habla del mortal y de sus signos.

    Entre tus muslos nazco nuevamente.

    Y en la entrega . La mutua entrega consentida siempre.
    La mirada se llena de osadías que no comprendería
    El corazón del hombre.

    El dolor dice pasa pero la eternidad requiere
    El goce que se rinde ante el tiempo
    Y vuelve eternamente al ser.

    Indefinidamente.

    Te miro y se que estoy aquí. Esta es mi casa.
    No existe genio alguno de la raza que en arte convirtiera

    Tu belleza. La torción de los músculos.
    La exacta cuadratura de los ángulos
    Que bajan desde la frente hasta a la cintura

    Y de aquí hasta el vientre torneado
    Siempre bajo un tórax de medidas augustas
    Y líneas algorítmicas.

    Más abajo el poniente que es aurora.

    Las piernas torneadas que Praxisteles intento
    Vanamente y entre sueños tornear
    En sus bronces vespertinos.

    Nadie puede alcanzar a un Dios.
    El nos alcanza

    Con su belleza y muda con las áureas
    Medidas de la esfinge carnal con que se inviste
    El ser para decir y el decir para “ser” otros.

    Dignos de Eros que nos protege siempre.
    o hay inviernos para mí. Ya no hay derivas.

    Mas tengo la certidumbre de que solo
    Una caricia tuya podría destruirme.

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  132. "Estuario". Visión totalizadora del mundo.
    Por Ruth Fernández.


    Sin lugar a dudas Oscar Portela es la voz más intensa del Litoral, pero es también el canto crístico que reelabora los contornos naturales del paisaje, de la vida y de la muerte, la maldición del mundo interior y la glorificación del verbo hecho carnadura humana.

    Maldito en el buen sentido de la palabra en lo que se refiere al destrozo interior y confesional, a la búsqueda desesperada de un oasis metafísico; a la recriminación del imponderable dualismo presente en un William Blake, a la insuficiencia de una criatura deshabitada.

    Si tuviéramos que definir esta poesía diríamos que es la de un iniciado o un pecador, que Hermes Trismegisto está presente, así como también la transformación perenne de un Heráclito. Y es que el poeta correntino no tiene fronteras. Su visión totalizadora del mundo es Dionisíaca a la par que tanática pero, paradójicamente, es mística.

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  133. EL DIA, poema de OSCAR PORTELA

    Llegó un día a mi puerta con un claro
    silencio sobre la frente.
    Era solo
    respuesta tras el dintel vacío,
    pura interrogación su boca
    sin ninguna pregunta,
    que guiara sus pasos.
    Serené entonces mi corazón
    agobiado
    por el recuerdo innúmero
    de lo que fué combate provocación,
    y éxtasis.
    Ay, lucha y cortejo, agua y ceniza
    derramadas
    sobre el cruel arabesco
    de lo que hizo destino.
    Yo fuí de nuevo el ánfora
    donde mezclar las horas,
    melodías
    y acentos.
    Fingí ignorarlo todo
    pues de ignorancia vive,
    la llama que ilumina
    y dá forma
    a las sombras.
    Y tú eras la sombra.
    Al mar dejó mis pasos
    y quede en el escrito
    de la nada y la boda,
    nombres que alumbran
    huellas
    cuando pena la noche.
    Mi corazón gentil
    diciendo
    el naufragio primero
    sucumbendo a la estela
    del número
    y la estrofa:
    para dejar estar,
    el vivo sol que entonces
    tu mano
    librerara a la entrega
    primera de lo que fue
    llamado,
    sin endecha ni queja
    y en silencio cantado
    sobre la carne muda
    y el perfume de un huerto.
    Carne de las palabras
    entregadas
    al deseo primero,
    así fueste volcado -
    pués en la muerte sola
    y los días que hasta el poeta
    llegan
    claramente retorna
    furtivo como toda
    pregunta
    que repite insaciada
    el origen del verbo,
    la memoria encendida
    y el aura de tu pelo.

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  134. Oscar Portela en la Memoria
    por Ana Emilia Lahitthe

    También tenemos recuerdos sin duda intacto, de cuanto nos regalaste con la deslumbrante invitación abierta para vivir tu Corrientes natal, nuestro Corrientes (y en ésto va el indestructible abrazo con nuestro Madariaga).

    Todo cuanto Posse ahonda y certifica desde su alto juicio actual, ha sido vivido por mí, no en lejanía, sino en distancia no buscada, por esa lealtad natural de nuestra extraña relación interior, que no en vano abarca las décadas transcurridas....

    Por eso, ahora me limito a abrazarte así, esperándote siempre.

    Por lo mismo, te pido que si te es posible todavía, me dés la inmensa alegría de llegarte hasta La Plata, tal cómo yo desearía hacerlo regresando a aquellas playas doradas de Empedrado...

    Un inmenso abrazo.

    Ana Emilia Lahitte

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  135. VINICIUS POSTIGLINE Y TESEO,

    poema de OSCAR PORTELA

    Vinicius. Tú sobrepasas infinitamente
    las medidas. ¡Lucido en sueños.
    Soñando en las vigilias!

    ¿Donde está lo real sino en la carne
    que un tiempo ignaro mancillará algún día?.

    Pero los Dioses como tú que
    osan darnos refugio no perecen.

    Y metamorfoseados vuelven
    para ser la morada del deseo.

    Así Vinicius Postiglione
    como un nuevo Teseo nos salvas
    de toda oscuridad y de lo informe.

    Amo tu cuerpo todo,
    tus exactas medidas,
    pues eres templo y Dios,
    y entre los dedos
    de esos tus pies perfectos,
    buscan mis labios ávidos,
    el verbo que declina en Occidente,

    Y en tu sexo de buitre y de paloma,
    escancio los espacios y las horas
    desta vida terrena.

    Así busco esa perdida luna entre las
    nacaradas uñas de tus dedos,
    y me extravío en tu desnudo torso
    donde navegan todas mis Trirremes.

    ¡Ah, sin un día descansar pudiera
    sobre tus muslos dorados y perfectos!.

    Y tus manos de Dios en mi cabeza,
    permitieran libar en la osadía
    de la dulce ambrosia que solo tú posees
    y que sello de eternidad lleva consigo
    entre tus torneadas piernas.

    ¡Oh Dios tan joven y perfecto,
    que sin macula convives con las horas
    de la tierra renovada en tu ojos donde
    esplenden los soles de otras vidas
    mas altas y potentes!.

    Vinicius Postiglione en el Olimpo
    coronado de mirtos nos contempla.

    Otro Olimpo dorado entre sus manos
    como estrella de Oriente nos florece.

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  136. Retrato de Oscar Portela

    por Francisco Madariaga

    Mi coterráneo, porque lo soy con los correntinos, y especialmente, con los del departamento de Yaguareté-Corá y con los de aquellos otros que también tienen esteros, lagunas, palmares; de las ciudades y pueblos como Taragüí. Saladas la del Negro Sargento Cabral, el Paso de los Libres. Loreto y otros; de la meseta de Mercedes y el sistema de Esteros y Lagunas del Iberá; y también con los habitantes de los parajes donde iban a terminar las grandes tropeadas que partían de Corrientes de las vaquerías coloniales: las costas del Mar de los Castillos con sus lagunas y palmares— en Rocha de la Banda Oriental del Uruguay.

    Bandidejo especial, que ha sabido conducir al Ser hacia un lila general.

    Viva, pues, su camino de salvación lila. No tiene otro, antiguo embajador de la Hélade. Tribuno público de la romanía, periodista de la corte de César o de los campamentos de Aníbal, entre africanos quemados y asiáticos perezosos. Santo andante por tabernas y correrías en las que, sólo a fuer de poeta, pudo comunicar, sin confundirlas, a la poesía con la filosofía.

    Sacúdase toda muerte y dispóngase a organizarse en el Este y el Nor-Oeste Poniente. El Sur no se lo puedo recomendar a un jinete como usted, que nació muy cerca de los tigreros de la caliente alba coreana. ¿Recuerda que, en Corrientes, se los llama coreanos a los de Yaguareté-Corá?

    Póngase a trabajar en la síntesis de todos los resplandores. Los quebrantos, las "presentes sucesiones de difuntos", de todo aquello que le ha llevado casi hasta el borde del crimen contra usted mismo.

    Entréguese al lila y abuse de todas sus hogueras y sus sombras, aunque corra el peligro de caerse, arrastrando el rostro por las arenas. Éstas, seguramente, serán también de ese color.

    AMENLILA debe ser en adelante la palabra con que firme sus escritos, desde misivas hasta poemas.

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  137. EL CURARE y VOS
    poema de OSCAR PORTELA

    Débilmente se apagan las luces que iluminaron mis deseos
    de más luz. Sutilmente los colores se ahogan saturados
    en su propio elemento y los claros sonidos por los que recibía
    el mundo se enturbian en mis oídos que ampliaban en sus albas
    toda la exuberancia de la palabra vida.

    Hoy vivo ya en penumbras.
    De Claroscuros vivo y la imaginación que libaba de mieles,
    vientos, aguas, la creación de ti en los sueños más hondos,
    se aduerme en los venenos que los sentidos todos encenizados
    desta tierra apagada que mis ojos reciben como brumas de un ocaso
    sin termino, solo renacerá en el suicidio deste inmenso cansancio
    que en mitad del desierto se hace uno conmigo. Ya no saldré a cazar.

    Oh corazón: dulce es la madriguera y se apagan en ella los destellos
    de las vírgenes albas, abras caídas de la magia en las que manos memoriosas
    anunciaban el destino de la poesía, el exilio, el destierro,
    la cruel incuria y feroz intemperie maquillada con máscaras
    de un vil resentimiento.

    Y entonces tú, mas seguro en la desnudes de la violencia de mis amados
    ocres, entonces tú, llamándome, aún llamándome, fuera de toda madriguera,
    fuera de todo pánico, me ofreces nuevamente el sueño de los astros
    dormidos en tu sexo olvidado, aquí en el axis mundi, lejos de las miserias
    de los cuerpos trasfigurados estos y las edades todas, lejos de la violencia
    sujeta a tiempo y a dolor, cumplida el ansia de las glorias buscadas,
    el otro tiempo, el tiempo del retorno renacido en tu cuerpo, oh Marcus Schenkenberg,
    tú el adviento, tú el que inauguras el otro paraíso, el no creado por dios
    alguno, el siempre prometido y solo presentido en un pobre poema
    por un triste poeta.

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  138. La Muerte, La Hermandad, la Poesía

    A Oscar Portela, destrozador de erradas telurias, con su mandoble de poesía
    y de inteligencia, poeta a cuyo empuje formidable y a cuya cultura en acción
    le debe tanto ya Corrientes. El puede ser -por intermedio de nuestra
    América- poeta absoluto y absoluto hombre público -Francisco Madariaga.

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  139. La Muerte, La Hermandad, la Poesía

    A Oscar Portela, destrozador de erradas telurias, con su mandoble de poesía
    y de inteligencia, poeta a cuyo empuje formidable y a cuya cultura en acción
    le debe tanto ya Corrientes. El puede ser -por intermedio de nuestra
    América- poeta absoluto y absoluto hombre público -Francisco Madariaga.

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  140. EL VERBO Y LA CARNE

    a BRUNO SANTOS

    POEMA DE OSCAR PORTELA


    De que luz primigenia. De que auroras

    Nacidas al amparo de vulneradas muertes.

    De que amarillas lunas ahogadas por el agua

    De lagos primordiales como los elementos.

    De que silbidos áureos que presagian

    El transito del caos a la armonía cósmica

    El alfarero inaugural hizo tu cuerpo de la arcilla

    Más pura desta tierra, oh Bruno a torbellino y

    Magia condenado. Tú eres la tierra adolecida

    De toda la inocencia de un devenir sin deudas

    Y el milagroso azar que nos corona con recia

    Aristocracia del más audaz deseo de la especie.



    ¿Que alfarero y chaman mojó sus dedos en las

    Dolientes viseras de un pájaro para

    Amasar tus labios, ánforas que contienen toda

    Las endechas del mundo? ¿Que coreutas osados cantaron

    El nacimiento de tus formas cinceladas en ébano

    Cubiertas por tu carne trabajada en arcilla

    Santificada por la aurora de América?



    ¿Que chaman te bautizó en la cuna de verde césped

    Humedecido por el rocío del alba primigenia?

    ¿Que sinuosos ríos de montaña dibujaron tus caderas

    Que huyen de las manos del hombre y de todo poema?.



    Y tus desnudos muslos que envidian las efigies

    Y rompen los harapos de humanas vestiduras

    Para surgir desnudos y perfectos como la melodía

    Que los vientos ponen en las florestas para que todo

    Asombro bañe la hermosura de un Dios que esperará

    La hora de bendecir el suelo que nos toma y tomará

    Nuestros deseos todos para quemarlos en la hoguera

    Del amor deseado y devolverlos a la tierra fértil

    A la que pertenecemos los mortales y dioses

    Que embellecen las horas de los días terrestres.



    No hay templos para ti, oh Bruno, ni poemas que no se rompan

    Por que eres mas bello que el verbo convertido en palabra.



    Porque tú justificas todo el dolor del mundo.

    Tu belleza es el premio y la eternidad del oro.



    El dolor dice pasa pero el goce quiere contemplar tus fulgores.

    La eternidad efímera del búcaro que no puede morir



    Y vuelve eternamente como los dioses de la tierra que son

    El salmo de la tierra misma y tu su encarnación oh Bruno Santos.

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  141. OSCAR PORTELA: EL POETA EN EL MUNDO
    por Alejandro Drewes

    Soledad como muy pocas la de la escritura. La de Oscar Portela en los caminos y en los laberintos de su poesía. Poeta a su pesar en el mundo,frente a una realidad que quisiera otra, de frente a los otros, en un tiempo de indigencia que abruma cuando no aterra.

    Oscar Portela y su huella que persiste, en sus ensayos filosóficos y en sus indagaciones como periodista, en cada poema. El poeta detrás de la cámara de Herzog, ojo mirando al acechante vacío.

    Rescatarlo hoy en estas líneas: al eximio poeta de "En carne viva", de "Claroscuro"; al que dialoga con Heidegger, con Nietzsche; al amigo de sus amigos. En memoria del presente, evocar su conmovedor homenaje a la sombra de Grecia.

    En sus propios versos, retratado para siempre: Ulises sin retorno/olvidado de Itaca/aun sufriendo las vejaciones del corazón/ que intenta el canto.

    A Oscar Poeta, al poeta y al amigo, a la aventura del filósofo en América,la luz cegadora al filo de los versos escritos con sangre de tiempo, en medio del viento del mundo y de toda pavura, estas palabras en sus cuarenta y cuatro años con las letras y la poesía..

    Alejandro Drewes

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  142. HUIR
    poema de OSCAR PORTELA

    Huir de mí: en el olvido absoluto del mundo
    y en el olvido de la sombra
    matar al sol y ya no ser sino
    espejismo en las serenas aguas de un arroyo.

    Cansado estoy de mi mismo y la palabra mío
    en mundo extraño - vasto y ajeno a toda la hermosura
    que conturba el vuelo de los vientos – y ajeno ya a la fausta
    magnificencia de la piedra, ajeno a todo, odiando símbolos
    he imágenes que me hicieran esclavo de la letra – y amando
    solo a Cerbero y al denario que conduce de un habitar a la intemperie
    al huir de mí mismo, extraño a todo y a los nombres
    y símbolos, entregado a la nada y anterior a la nada,
    solo flama de un extinguido espíritu, rayo que lo consume
    todo, todo, nombres, pasado, memorias del clima,
    lunas, jazmines, y el ruiseñor que durante un tiempo
    se posó en mi garganta, hoy muda y huida de sí misma,
    como yo, ausente de mí, huyendo de mí,
    salmodiando solo el aliento del perro de fuego
    que se lleva mis restos entre sus fauces
    siniestras en el olvido absoluto deste mundo.

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  143. Oscar Portela por Luis Gregorich

    “Lo que parece caracterizar a la poesía de Oscar Portela, en una primera aproximación, es el lúcido encuentro de la pasión con la racionalidad. El suntuoso y sensual lenguaje de sus poemas, como ocurre con muchos poetas mayores, casi siempre se ve matizado, controlado por una chispa reflexiva. Leerlo y descubrir sus intertextos, en los que cabe toda la poesía moderna, implica enfrentarse al conflicto, nunca totalmente resuelto, entre la trasgresión y el orden”.

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  144. EL ABANDONO, poema de OSCAR PORTELA a GRACIELA MATURO
    versionado por JOAN NAVARRO.


    L’ABANDÓ , poema de OSCAR PORTELA A GRACIELA MATURO.

    El cos m’abandona lentament.

    Les cremors de farga de l’estiu.

    El tortuós hivern. La recelosa cobra

    Del desig oculta al cau.

    Els colors minats per l’absència

    De la pell renovada en staccato de cada primavera.

    L’or en les arenes i el somni, el somni

    De qui entra a la presència com a un bosc de

    Símbols on tu no hi eres. No és una arca el meu cos.

    No és xalupa tan sols: sinistrat per les tempestes

    I huracans, sempre en deserts, ¿com podria

    salvar alguna cosa del que resta en la memòria d’aquell

    Ocell Blau que ahir cantava en les meues finestres?

    Ah, porta’m amb tu vers el ponent on res no

    Es pon, tramunta l’horitzó, perd-te entre els núvols

    més llunyans, albira entre les xifres on tal vegada

    Els àngels amanyaguen el silenci de Déu.

    Tornaràs a la terra? Tal vegada el pi dreçat en el turó

    T’espere com el llamp i l’amor que t’abandona ara

    O que mai no vas tenir trobe asil entre les teues branques

    Quan l’erm cedeix i als teus ulls torna el lapatxo

    A florir serenament.


    [Tradución al catalán de JOAM NAVARRO]


    EL ABANDONO, de OSCAR PORTELA a GRACIELA MATURO


    El cuerpo me abandona lentamente.

    Los ardores de fragua del verano.

    El tortuoso invierno. La recelosa cobra

    Del deseo oculta en madriguera.

    Los colores minados por la ausencia

    De la piel renovada en staccato de cada primavera.

    El oro en las arenas y el sueño, el sueño

    De quien entra a la presencia como a un bosque de

    Símbolos donde no estabas tú. No es un arca mi cuerpo.

    No es chalupa siquiera: siniestrado por las tormentas

    Y huracanes, siempre en desiertos, ¿como podría

    Salvar algo de lo queda en la memoria de aquel

    Pajaro Azul que ayer cantaba en mis ventanas?

    Ah, llévame contigo hacia el poniente donde nada

    Se pone, traspone el horizonte, piérdete entre las nubes

    Más lejanas, atisba entre las cifras donde tal vez

    Los ángeles arrullen el silencio de Dios.

    ¿Volverás a la tierra? Tal vez el pino enhiesto en la colina

    Te esperé como el rayo y el amor que te abandona ahora

    O que nuca tuviste encuentre asilo entre sus ramas

    Cuando lo yermo cede y en tus ojos vuelve el lapacho

    A florecer serenamente.

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  145. De Edna Pozzi a Oscar Portela

    Entonces, Oscar, mientras tus poemas inician su vuelo vertical (¿a qué extrañas alturas?), yo miro las excesivas hojas caídas de este otoño y pienso que cuando escribo soy apenas una pluma de quetzal, con esos pequeños círculos dorados que con el tiempo se van apagando, toman un color de sangre seca, de inevitable melancolía.

    Claro que me dijeron que el poeta "hace palabras" y por eso tan y tan alta es la dignidad de la poesía. Pero hay otros "saberes", así de misteriosos y secretos, que irrumpen en el mar del lenguaje y tornan ilusorio cualquier intento de aproximación. En ese borde peligroso estamos escribiendo y a veces siento el vértigo de la caída. ¿Cuándo y de qué manera la certeza de la exactitud, el encuentro que no es meramente la nostalgia de lo perdido?

    Estoy dándote las gracias por tus palabras y la calidez de tu amistad. Siempre tus poemas me con-mueven de un sitio para el otro, como el mar. Estás "sucediendo", Oscar, haciéndote de a ratos inacabable, fluyendo sobre una meseta de dura soledad.

    Ahí te estoy acompañando, si me lo permitis. Va un abrazo, un recado para el poeta amigo.

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  146. EL ABANDONO, de GRACIELA MATURO, traducido al Catalán
    por Joan Novarro


    L’ABANDÓ , poema de OSCAR PORTELA A GRACIELA MATURO.


    El cos m’abandona lentament.

    Les cremors de farga de l’estiu.

    El tortuós hivern. La recelosa cobra

    Del desig oculta al cau.

    Els colors minats per l’absència

    De la pell renovada en staccato de cada primavera.

    L’or en les arenes i el somni, el somni

    De qui entra a la presència com a un bosc de

    Símbols on tu no hi eres. No és una arca el meu cos.

    No és xalupa tan sols: sinistrat per les tempestes

    I huracans, sempre en deserts, ¿com podria

    salvar alguna cosa del que resta en la memòria d’aquell

    Ocell Blau que ahir cantava en les meues finestres?

    Ah, porta’m amb tu vers el ponent on res no

    Es pon, tramunta l’horitzó, perd-te entre els núvols

    més llunyans, albira entre les xifres on tal vegada

    Els àngels amanyaguen el silenci de Déu.

    Tornaràs a la terra? Tal vegada el pi dreçat en el turó

    T’espere com el llamp i l’amor que t’abandona ara

    O que mai no vas tenir trobe asil entre les teues branques

    Quan l’erm cedeix i als teus ulls torna el lapatxo

    A florir serenament.


    [Tradución al catalán de JOAM NAVARRO]


    EL ABANDONO, de OSCAR PORTELA a GRACIELA MATURO


    El cuerpo me abandona lentamente.

    Los ardores de fragua del verano.

    El tortuoso invierno. La recelosa cobra

    Del deseo oculta en madriguera.

    Los colores minados por la ausencia

    De la piel renovada en staccato de cada primavera.

    El oro en las arenas y el sueño, el sueño

    De quien entra a la presencia como a un bosque de

    Símbolos donde no estabas tú. No es un arca mi cuerpo.

    No es chalupa siquiera: siniestrado por las tormentas

    Y huracanes, siempre en desiertos, ¿como podría

    Salvar algo de lo queda en la memoria de aquel

    Pajaro Azul que ayer cantaba en mis ventanas?

    Ah, llévame contigo hacia el poniente donde nada

    Se pone, traspone el horizonte, piérdete entre las nubes

    Más lejanas, atisba entre las cifras donde tal vez

    Los ángeles arrullen el silencio de Dios.

    ¿Volverás a la tierra? Tal vez el pino enhiesto en la colina

    Te esperé como el rayo y el amor que te abandona ahora

    O que nuca tuviste encuentre asilo entre sus ramas

    Cuando lo yermo cede y en tus ojos vuelve el lapacho

    A florecer serenamente.

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  147. A OSCAR PORTELA: Amigo, Poeta

    Allí donde ha de barrer el íntimo viento las secas hojas, escribe y no te detengas, que ya no vacile tu paso hasta el próximo paso, del ríspido fondo de ti mismo arranca en agraz las hespérides uvas y sea tu canción a este mundo en su lenta o gris lejanía como un coro de pájaros. Con agrio pulso escriban ahora, poeta, tus manos para el hondo ** pozo del tiempo más amargo y por los otros que cayeron, terca y dura piedra: así sea la única marca de tu voz. Ya no sobra la vida y se yergue ante ti la ominosa torre del tiempo. Ya luego verás duplicada sombra, estrella por estrella.

    (*) poema de ALEJANDRO DREWES

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  148. AHORA- AGORA, poema de OSCAR PORTELA traducidos por MARIA ESTELA GUEDES


    AHORA OSCAR PORTELA
    AGORA OSCAR PORTELA

    AHORA por OSCAR PORTELA


    Ahora que mis soles mortecinos
    Van a eclipsarse definitivamente,
    ¿Como no salmodiar al dios que nace,
    Estrella de la mañana, nueva aurora –
    Y libar de su polen que da vida
    Y abras de luz a un mundo ensimismado?
    Aquí bebe el mortal, no en los
    Dioses crucificados o dolientes,
    Sino en la transfiguración eterna de lo
    Mismo, el mismo sol eternamente
    Diferente. Es Apolo y es Marcias
    A un mismo tiempo: sus bucles caen
    Sobre el poniente como versos
    De un cadencia insomne que a si misma
    Se ignora. Los tiempos de indigencia
    No son gratos. En extraños convierte
    A los que gratitudes y reverencias
    Se prometen y pactan un secreto
    Que al mismo mundo dejaría inerte.
    Cuatro letras, cuatro signos conforman
    El alfabeto que puso un Dios entre
    Mis labios para que cante el canto
    Ya postrero de aquellas osadías
    Que me llevaran antes al Conquero. Sale
    Del agua, del canto emerge siempre
    Como lo mismo renovado y en ésta
    Soledad del alma mía, el amor se me muere
    Entre los labios. Es la vida que vuelve
    Mientras ya me despido de éstos aires.

    Oscar Portela
    27 de diciembre del 2006


    AGORA por OSCAR PORTELA
    Agora que os meus sóis mortiços

    Vão eclipsar-se definitivamente,

    Como não salmodiar o deus que nasce,

    Estrela da manhã, nova aurora –

    E libar o seu pólen que dá vida

    E clareiras de luz a um mundo ensimesmado?

    Aqui bebe o mortal, não nos

    Deuses crucificados e doentes,

    Sim na eterna transfiguração do

    Mesmo, o mesmo sol eternamente

    Diverso. É Apolo e é Marsias

    Em simultâneo: os anéis do seu cabelo caem

    Sobre o poente como versos

    De uma cadência insone que

    Se ignora. Os tempos de indigência

    São ingratos. Em estranhos converte

    Os que gratidão e reverências

    Se prometem e um pacto de segredo

    Que o mundo deixaria inerte

    Estabelecem.

    Quatro letras, quatro signos conformam

    O alfabeto que pôs um Deus na

    Minha boca para que entoe o canto

    Já derradeiro das ousadias

    Que outrora me levaram ao Conquero. Sai

    Da água, do canto emerge sempre

    Como o renovado mesmo e nesta

    Solidão da minha alma morre-me

    O amor entre os lábios. É a vida que regressa

    Quando já destes ares me despeço.

    Oscar Portela
    27 de Dezembro de 2006
    Traduzido por Maria Estela Guedes

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  149. OSCAR PORTELA: EL POETA EN EL MUNDO
    por Alejandro Drewes

    Soledad como muy pocas la de la escritura. La de Oscar Portela en los caminos y en los laberintos de su poesía. Poeta a su pesar en el mundo,frente a una realidad que quisiera otra, de frente a los otros, en un tiempo de indigencia que abruma cuando no aterra.

    Oscar Portela y su huella que persiste, en sus ensayos filosóficos y en sus indagaciones como periodista, en cada poema. El poeta detrás de la cámara de Herzog, ojo mirando al acechante vacío.

    Rescatarlo hoy en estas líneas: al eximio poeta de "En carne viva", de "Claroscuro"; al que dialoga con Heidegger, con Nietzsche; al amigo de sus amigos. En memoria del presente, evocar su conmovedor homenaje a la sombra de Grecia.

    En sus propios versos, retratado para siempre: Ulises sin retorno/olvidado de Itaca/aun sufriendo las vejaciones del corazón/ que intenta el canto.

    A Oscar Poeta, al poeta y al amigo, a la aventura del filósofo en América,la luz cegadora al filo de los versos escritos con sangre de tiempo, en medio del viento del mundo y de toda pavura, estas palabras en sus cuarenta y cuatro años con las letras y la poesía..

    Alejandro Drewes

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  150. OSCAR PORTELA: EL POETA EN EL MUNDO
    por Alejandro Drewes

    Soledad como muy pocas la de la escritura. La de Oscar Portela en los caminos y en los laberintos de su poesía. Poeta a su pesar en el mundo,frente a una realidad que quisiera otra, de frente a los otros, en un tiempo de indigencia que abruma cuando no aterra.

    Oscar Portela y su huella que persiste, en sus ensayos filosóficos y en sus indagaciones como periodista, en cada poema. El poeta detrás de la cámara de Herzog, ojo mirando al acechante vacío.

    Rescatarlo hoy en estas líneas: al eximio poeta de "En carne viva", de "Claroscuro"; al que dialoga con Heidegger, con Nietzsche; al amigo de sus amigos. En memoria del presente, evocar su conmovedor homenaje a la sombra de Grecia.

    En sus propios versos, retratado para siempre: Ulises sin retorno/olvidado de Itaca/aun sufriendo las vejaciones del corazón/ que intenta el canto.

    A Oscar Poeta, al poeta y al amigo, a la aventura del filósofo en América,la luz cegadora al filo de los versos escritos con sangre de tiempo, en medio del viento del mundo y de toda pavura, estas palabras en sus cuarenta y cuatro años con las letras y la poesía..

    Alejandro Drewes

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  151. JED HILL, HIJO DE ZEUS Y AMANTE,

    poema de OSCAR PORTELA


    Jed, no es Apolo no, el que sembró su semen
    en las islas Egeas para que nazcas tu,
    hijo de Zeus y envidiado por el Olimpo entero.
    Así tu reino - construido por porfido y con sangre -
    es el de todo súbdito que ama el vasallaje
    del amor, al que rendidos - prosternados,
    uncen la savia de sus vidas: de ese modo
    tu padre olímpico creó tu cuerpo de titan para
    que nunca mueras y des el pan y el vino a quien lo necesita.
    ¡Ah, que bello eres señor mío! ¡Zagreus!... ¡Zagreus!
    ¡Más dulce que la miel de las colmenas de Palmira
    en donde rinden culto a tu hermosura-
    y es tu abraso de amor el liquido que llevas
    para que brote de la tierra
    simiente clara de otra raza de reyes.
    ¡Ay, si por instantes tu eternidad penetrase
    en mi cuerpo, leve me elevaría hacia los cielos,
    y besaría la ingle de donde brota
    el tallo que florece fulgente como flama
    para que nadie muera, pues traes la eternidad
    en él, tu sembrador de la ambrosia!
    Y yo, como custodio del templo en el que
    finges dormir, vivo por siglos
    para que la luz de tus transformaciones
    no se apague y como el rayo que te engendró
    cruce los tiempos hacia el retorno- y lance
    la flecha de la felicidad perfecta,
    encarnada en la divinidad de carne y hueso
    y metamorfoseado en otros que son tu mísmo,
    Jed Hill, oh semidiós y amante.
    Ahora Jed, ayer Heracles y en otros
    tiempos otro pero el mismo.
    Nadie blasfeme en el templo del más bello
    titan el cual jamás demora su llegada al puerto
    de la humana esperanza.
    Yecto y rendido antes tus plantas
    beso tus piernas que son columnas jónicas,
    y asciendo hacia la inagotable fuente de tu sexo-
    besando con ardor tus labios fuentes-
    - buscando tú desnudo torso como coraza donde guardar
    fragilidad y hastío.
    Soy tuyo Jed. Otro súbdito más
    que adora a Pan y sabe en su corazón quien eres-
    la multiplicidad de dioses escondidos tras de todas
    las cosas deste mundo.

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  152. De JUAN ARCHIVALDO LANUS a OSCAR PORTELA

    "Golpe de Gracia" es un conjunto de poemas absolutamente Portelianos. Los leí con atención y deleite, como acostumbras nos sorprendes con resonancias que salen de un alma desgarrada, para rebrotar en el firmamento como fuegos luminosos, que pueden ser descifrados sobre la cosmogonía adonde llegue su espanto. Los abismos del Ser que busca, la consagración de una plegaria sin otro destino que las lágrimas de un naufrago, que espera encontrar la mínima orilla; los laberintos de un corazón con demasiadas preguntas.

    El tema del asilo siempre vuelve, como querencia o refugio, distinta de aquella Itaca de Odiseo, porque no se puede volver, sino "ir como se va al Paraíso". El paisaje de una naturaleza exuberante lo construyes con vientos y mediodías, junto a sueños y esperas, estableciendo una unidad entre el hombre y el mundo.

    En Poetíc Selection, fluye tu obra con el ritmo jadeante y progresivo que me hizo recordar al mismo tiempo a Frost y Whitman. Sin tiempo como "belonging to the wind" (convirtiéndose en el viento).

    París, 25 de diciembre de 1996

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  153. POEMAS TRADUCIDAS del Italiano de GILDA PERLINGIERI SIMONINI

    CIRCULO VICIOSO,
    poema de OSCAR PORTELA

    Y bueno, aquí estamos. En un no "estar".
    ¿Y bueno, aquí y hacia adonde
    si desconocemos el rumbo?
    Soles de amaneceres ácidos,
    crepúsculos vacíos,
    noches repetidas como las olas
    de la mar y la misma búsqueda
    por estrechas veredas- las
    mismas cinturas desaladas
    asfixiadas por la pasión del absoluto-,
    el mismo estéril errático goce
    y el espasmo que comunica
    con los latidos vitales
    al despertar de un sueño circular
    como el de un ave depredadora,
    sobre su presa y pasa el tiempo
    y pasamos nosotros, el mismo instante
    y bueno, aquí estamos,
    a ningún lugar hemos ido,
    -la esquina muda y "muda"
    tiembla bajo la mano de los hombros,
    pero tus piernas, tus ansias
    .........................de volar,
    tu espantosa sed,
    que es la sed del vampiro
    que aspira a ser el Otro,
    alcanzarse a si mismo
    y ser cenizas
    llevadas por el viento
    - el mismo ser que de la nada hace,
    espacio cósmico y morada
    se pregunta: y bueno, aquí estoy,
    inmóvil frente a la eternidad
    y el vacío del tiempo
    que no redime ni al amor,
    ni al espanto, ni al vacío
    mas hondo que el vacío.
    hasta aquí hemos llegado
    y de aquí hemos partido.
    Sólo los mafilíneos dientes
    son fulgentes reflejos
    de iridiscentes lunas
    que hoy sangran preguntas
    como aquella que dicta:
    y bueno, que hacemos hoy hermanos?
    … hasta aquí hemos llegado.

    CIRCOLO VIZIOSO,
    OSCAR PORTELA

    E così, qui stiamo. In un non 'stare'
    E cosi, qui e dove,
    Se non conosciamo la direzione?
    Soli de albe ácide
    Crepuscoli vuoti
    Notti ripetute come onde
    del mare e la stessa ricerca
    per stretti sentieri - le stesse cinture senz' ali
    asfissiate per la passione dell' assoluto -
    lo stesso sterile eratico godimento
    e lo spasimo que comunica
    con le pulsazioni di vita
    al destarsi de un sogno circolare
    come di un uccello predatore
    sulla sua preda e passa il tempo.
    E passiamo noi, lo stesso
    Istante e allora, qui stiamo
    A nessuno luogo siamo andati
    - l' angolo muto e 'muto'
    treme sotto la mano
    la spalla
    ma le tue gambe , le tue ansie di volare
    la tua spaventosa sete
    che è la sete del vampiro
    che desidera essere l' Altro,
    raggiungersi a se stesso
    e essere ceneri
    levate per il vento - lui stesso
    essere che del niente fa, spazio cósmico e morata
    domandasi: e allora, qui stò,
    immobile davanti all' eternità
    e al vuoto del tempo
    que non redime né l'amore
    né lo spavento, né il vuoto
    più fondo que il vuoto,
    fin qui siamo arrivati
    e da qui eravamo partiti
    Soltanto i marfilinei denti
    Sono luminosi riflessi
    Di iridiscenti lune
    Que oggi dissanguano domande
    Come quella que dice:
    E cosi, que facciamo oggi
    Fratelli?
    Fin qui siamo arrivati.

    Traduzione: GILDA PERLINGIERI SIMONINI

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  154. GILDA PERLINGIERI SIMONINI

    Nasceu em Nápoles, Itália, em 07 de maio de 1923. Formada em Magistério em La Spezia, vive em São Paulo, Brasil desde 1948, onde constituiu família e se dedicou, desde então, ao ensino da Língua e Cultura Italianas como também ao trabalho de tradutora. É grande apreciadora da leitura: poesias, romances, biografias, tanto em português quanto em sua língua de origem.

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  155. LO DICHO poema de OSCAR PORTELA

    Simulacro de un mar evaporado.
    Y encallados los buques
    Como cuervos en un desierto cruel
    No imaginario. Nadie podrá secar
    Un mar cuando el desierto es la posada
    Sobre la cual moras y el lenguaje
    En que posas es la arena que el viento
    Ahora borra. No hay nada que decir
    Ni que agrega ,los titanes
    Lo han hecho y de nosotros queda
    Solo el eco de un misterio manchado.
    Nuestras frágiles formas en el desierto
    Toman formas grotescas cuando
    Llega el crepúsculo: Ni himnos ni elegías
    Para Dioses ya muertos y aquel
    Que intenta el canto es solo espectro.

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  156. OSCAR PORTELA

    Un volcán en estado de alerta.

    Por María del Carmen Suárez.

    Respiración, jadeo entrecortado en la planicie natal, cuenca, caverna primigenia, ” Golpe de Gracia” es un nacimiento, poesía de origen y poemas quebrados como la sofocación luego de una lucha encarnizada, palabra forzada hacia un sitio de entendimientos.

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  157. EL DESIERTO DE LOS TARTAROS, poema de OSCAR PORTELA

    A pasado el tiempo, la sucesión, y nada a sucedido.
    Aquí estoy más expuesto que nunca a los demonios
    Y a la intemperie de la acumulación, que los espectros
    Han dibujado en soledad para mis sueños: las brevas
    ha tiempo están para caer y desde ahí reclamar
    A los vivos lo que no fue cumplido. Olvidar fue la tarea
    Que me impuse a mi mismo, mas poderosos hados impidieron
    Que en paz, los fantasmas hablaran con los vivos.
    Deste modo nada ha sido olvidado. Todo permanece
    de igual modo, aunque
    Fluyan la sucesión, y los deseos, o la imaginación, lean ya solo
    Los nombres inscriptos en las lápidas. Madre, padre,
    Amantes, amigos, volaron como huyen cornejas en
    Invierno, Patria que soñé cuando niño y ahora,
    En andrajos, pide mendrugos en las esquinas más siniestras.
    A veces en silencio, veo un cielo infinito alumbrado
    De titilantes astros, y escucho en madrugadas claras
    Como el agua que vierten las montañas, el grito de los
    Monos en los montes de infinitas praderas.
    En verdad me digo, han pasado ya siglos y el que
    Ahora reclama, silencio y paz, amortajado está por
    La impudicia que los mortales trajeron a las viñas:
    Descansaré algún día? Como canes los demonios
    Se ensañarán conmigo? O el milagro que aquí,
    Sin que lo vea, y en mis últimas horas deparará
    Ternuras, nunca vistas, sentidas, sobre la piel añosa
    Deste árbol ya muerto, resucitado entonces?
    No hay respuestas. Ominoso silencio a la pregunta
    Y sangra el corazón del hombre niño. Donde está el
    Sembradío, donde las rizas que en el jardín florecen,
    Y el inocente juego del tiempo, que el niño Dios contiene
    Entre sus manos? Que esperar ya sino el invierno
    Torbo que se acerca sugiloso a nuestras puertas?. Pequeño,
    Pequeño, el corazón del hombre languidece en la tarde
    Mientras Bastiano espera la llegada de Huno,
    Que alguna vez, con su flecha mortal, inspiró a los guerreros.
    Pequeño es el horror de la línea de sombra
    En que la nada crece, junto al desierto de los tartaros.
    Aquí estoy, entre ruinas, esperando, lo que no debía ser.

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  158. Una caracterización de las nutrientes de la poética de Oscar Portela

    Por Rolando Costa Picazo

    Apremia decir que he leído con placer y emoción tu último libro.

    Ante todo debo agradecerte que me lo hayas enviado, y muchísimo más, que me hayas dedicado un profundo, dolorido y quizás esperado poema.

    Todo el poemario revela la segura y estremecida madurez de un gran poeta. Tu poesía posee gran hondura filosófica, a la que se le aúna una apasionada vena emotiva, lo que cumple con el riguroso reclamo de T.S. Eliot de sobreponerse a esa disociación de sensibilidad que en un momento de la historia literaria asestó un golpe terrible a la poesía al hacer que elpoeta piense o sienta por momentos, pero no a la vez.

    Me deleitan metáforas como “la clausura de la melancolía", “la solapada memoria", o “la frente del lenguaje"; apotegmas que resumen una verdad profunda, como:

    “La muerte es dispersión / de los límites"; el fraseo preciso de “un pobre estar aquí".

    Me he extasiado ante la escueta sencillez de poemas que horadan con su constante presencia: el olvido y la memoria, la muerte, la soledad, el dolor, la añoranza, el sorpresivo surgimiento del amor.

    Es indudable la unidad del poemario en el sostenido canto, susurro o denuncia de la voz poética, pero asombrosa la variedad de matices y tonos: furia en “Odio", desgarramiento en “El Padre", confesión en “Resurrección’, aunque en realidad todo el libro constituye una autobiografía: patentes quedan tus predilecciones y temores, tu sufrimiento y tu gran lirismo, que vuelve a profundizar sus búsquedas en los poemas de “Claroscuro".

    Rolando Costa Picazo: Traductor completo de Auden y otros poetas ingleses, crítico, poeta.
    En lo que se a caracterizado como la zona muerta de la poesía de éste autor Argentino, ahonda el gran crítico y traductor Argentino Rolando Costa Picazo, definiendo las caracteristicas de esta poesía, que también ha sido catalogada como solitaria en las últimas décadas, comparandola con otras propuestas estéticas, llevadas a cabo en la Argentina.

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  159. EDGAR BAYLEY poema de OSCAR PORTELA


    Sobre mi corazón la grafía de un nombre,
    resguardo o intemperie. Desde mañana sueña
    y vive aquello que no tiene pasado.
    El presente es un duelo y el rito de un instante.
    ¿Como podríamos prometernos luego unos a otros
    el signo de una marca y la latencia de un
    presente infinito? En el corazón sin luto,
    la figura del duelo y el vértigo del olvido
    donde nadan solísimos nombres como testigos

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  160. CANTO DE ORESTES
    poema de OSCAR PORTELA
    a Vera Luz Laporta
    a M. Gilda.

    Y deste modo, que la tempestad de la melancolía
    no sople sobre mi alma contristada, que no cresca
    como hiedra maléfica sobre las ruinas
    que las imagenes tejieron sobre purpúreas
    visiones, en tiempos acaecidos: revocado
    sea el pasado y Neso no redusca a cenizas
    las esperanzas últimas de quien vistió sus días
    con el polen que los Dioses colocan en los petalos,
    de los jardines que conducen al podio de lo pleno.
    Dulces sean las Horas que caigan sobre los días
    en que continúe despidiendome de quien fuí,
    e inflamado no sea mi verbo por el pavor
    ni la furias sigan mis pasos hoy como ayer: que
    las hienas que sigilosas buscan los despojos
    de los perdidos sueños, alejados sean de las
    noches y días - espejismos que beberé
    hasta que caiga Febo- y suceda todo
    conforme a la voluntad de las Gracias
    aceptadas
    por la voluntad de la poesía que rige
    mi destino: revocado el pasado y clausurada
    la memoria que espera como el demonio la
    hora de volber sobre sí, mis cansados ojos,
    -ciegos ojos de ciclope-, salvados sean de otras
    penas y melancolías: vuelban así los aleluyas finales
    y los "ossanas" tornen a florecer sobre mis labios.
    Así sea, fidelidad a la tierra y el agua de las frías
    colinas, y al oculto silencio que en el lenguaje
    cifra el misterio de todo, sean éstos los talamos en
    que repose todo, las fuerzas del deseo,
    que eternamente volberá sobre sí, volcada
    ahora hacia la eternidad, y la fulgente estrella de
    la necesidad.

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  161. Una caracterización de las nutrientes de la poética de Oscar Portela

    Por Rolando Costa Picazo

    Apremia decir que he leído con placer y emoción tu último libro.

    Ante todo debo agradecerte que me lo hayas enviado, y muchísimo más, que me hayas dedicado un profundo, dolorido y quizás esperado poema.

    Todo el poemario revela la segura y estremecida madurez de un gran poeta. Tu poesía posee gran hondura filosófica, a la que se le aúna una apasionada vena emotiva, lo que cumple con el riguroso reclamo de T.S. Eliot de sobreponerse a esa disociación de sensibilidad que en un momento de la historia literaria asestó un golpe terrible a la poesía al hacer que el poeta piense o sienta por momentos, pero no a la vez.

    Me deleitan metáforas como “la clausura de la melancolía", “la solapada memoria", o “la frente del lenguaje"; apotegmas que resumen una verdad profunda, como:

    “La muerte es dispersión / de los límites"; el fraseo preciso de “un pobre estar aquí".

    Me he extasiado ante la escueta sencillez de poemas que horadan con su constante presencia: el olvido y la memoria, la muerte, la soledad, el dolor, la añoranza, el sorpresivo surgimiento del amor.

    Es indudable la unidad del poemario en el sostenido canto, susurro o denuncia de la voz poética, pero asombrosa la variedad de matices y tonos: furia en “Odio", desgarramiento en “El Padre", confesión en “Resurrección’, aunque en realidad todo el libro constituye una autobiografía: patentes quedan tus predilecciones y temores, tu sufrimiento y tu gran lirismo, que vuelve a profundizar sus búsquedas en los poemas de “Claroscuro".

    Rolando Costa Picazo: Traductor completo de Auden y otros poetas ingleses, crítico, poeta.
    En lo que se a caracterizado como la zona muerta de la poesía de éste autor Argentino, ahonda el gran crítico y traductor Argentino Rolando Costa Picazo, definiendo las caracteristicas de esta poesía, que también ha sido catalogada como solitaria en las últimas décadas, comparandola con otras propuestas estéticas, llevadas a cabo en la Argentina.

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  162. MADRE, POEMA DE OSCAR PORTELA

    Madre: ¿es que respondo a tu deseo

    cuando en sueños quiere salírseme

    del cuerpo el alma que me diste?

    ¡Que poderoso el hálito, las fuerzas

    que hablan en mis sueños y me llaman

    en tu nombre, quizá en el de mi desolado

    amor desterrado y sonámbulo

    en esta tierra de nadie!

    Sordos están los que un día escucharon maravillados

    unos de otros, y así poblaron el espacio

    con voces y con risas, pero del tiempo

    aquél sólo me quedan llantos y penas.

    ¿Es que respondo a tu deseo, al mío,

    cuando fuera de mi, dando a las fuerzas

    puras sueños y aguas, alas me crecen

    y en pos del Orco voy consuelo

    de mi pobre orfandad en estos días?

    ¡No habrá más luces y trinos

    o deseos que donde te vea a ti toda

    brazos que velen mis oscuros responsos!

    Así veías en mí la pesadilla de no ser

    sino canto, furor y noche, tormenta y lejanía,

    y así me consolabas consolándote,

    otro creyéndome y llamándome otro,

    dulces mentiras hoy dormidas o muertas.

    Cansándome en esta cruz del canto

    estoy sin nombre, innominado para aquellos que amo

    y sólo tú, mi Ángel, la guarda de mi voz

    y mi memoria, presente estás llamándome

    pero exigiendo fidelidad al canto del que

    nace todo este denso duelo.

    ¿Es que respondo a tu deseo

    cuando en sombras y ahombrado,

    salen de mi los hálitos e imágenes

    y por espacios voy dando tumbos al Orcos?

    ¿Es que me llamas tu, es que te llamo,

    y así mutuamente llamándonos- nos

    sostenemos en la amarga vigilia de la poesía?.

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  163. EL AIRE Y LOS SUEÑOS.
    poema de OSCAR PORTELA
    por MARÍA del CARMEN SUÁREZ

    En este poema Oscar Portela no sólo enfatiza, como en toda su obra, el valor de la bellezacomo categoría sustancial del ser si no que abre una puerta muy potente para hacerlos reflexionar acerca de lo efímero.

    Es este un poema circular, un texto remolino, un ir y venir como en una danza de derviches para llegar al éxtasis, salir de sí mismo y caer en la oscuridad de un tiempo detenido.

    Y allí está la desnudez primigenia, sin culpas, sin mandatos impuestos.

    Dos frases de Miguel de Unamuno se enlazan con el poema:

    "El que no sufre tampoco goza, como no siente calor el que no siente frío."

    Oscar Portela es un buceador y sabe de estos temas. La otra sentencia del español:

    "Y es que rigor la razón es enemiga de la vida".

    Oscar Portela apela a lo sensorial, al sueño y al aire, a aquello que no se ve pero existe, a los resortes secretos del erotismo, a los misterios de la "pequeña muerte", que es también la unión de los opuestos para arribar desde el deseo a la redención.

    Recordemos a George Bataille cuanto afirma :

    "El sentido último del erotismo es la fusión, la supresión del límite".

    Nuestro poeta ha trabajado muchos años en busca de la luz aun en la más terrible tiniebla, esa que quizá nos haga saber el sentido profundo de la existencia.

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  164. CUANDO YO ESTUVE AQUÍ


    poema inédito de OSCAR PORTELA

    Yo estuve aquí: esta fué mi alma, mi altura, mi verdad,
    el vendabal, la tempestad en la que zozobraron mis ansias, ay!
    y el tumulto, las volcánicas lavas que arrasaron todo lo vivo:
    el oro que sepultó tras sí todo lo indigo, las ardorosas manos
    y los cielos caídos como píos de la rama más alta,
    yo Calibos, yo Ariel, yo el Mago, también estuve aquí,
    pero fué el otro, el otro, que despertaba minuto tras minuto
    tras de las marejadas que las auroras dejan tras de sí.
    Yo el otro de mismo, el que ahora se vuelbe sóbre sí,
    - paso de danza que no alcanza el presente,
    ni la sonrisa del querube-, pasado que retorna o
    circulo vicioso que la visión perturba y torna todo
    púrpura, la pasión ya agotada, pero viva en la muerte.
    Ah niño mío,señor de los vientos del espiritu y el aire
    que aún usurpas el no lugar - el no a lugar-, de un pasado
    sometido al olvido y sin embargo, pura visión ángelica
    tras mis pasos que vuelben, como la aparición o el sueño
    de encarnados espéctros - y dibuja, en mis cansados labios,
    en el alma del alma, la sonrisa olvidada entre cipreses
    y aguas más cálidas y turbulentas que la muerte.
    Seré hoy un espectro? Será el adviento que un pasado
    sin torna, prometido en los sueños?. Di tu, pequeño astro
    que turbas el ansia que aún impulsan los signos
    que me traés y el idioma del muerto.

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  165. OSCAR PORTELA
    El poeta en su castillo

    Por Alejandro Petroff

    Dante camina junto a Virgilio en el infierno de la Divina Comedia. Y él, que también atravesó el río de los muertos, otea desde arriba, en lo más alto de su castillo, pero aún dispuesto a caminar el averno nuestro de cada día, donde los intelectuales son considerados bichos raros.

    Es el poeta de Loreto con sus genialidades: "Se escribe para callar, para acallar/las puras voces, las visiones que el silencio/pone en el corazón a la hora en que culminan/los trabajos del día. Se escribe para templar/a la locura, sus ásperos sonidos, la violencia/que precede a la zozobra, donde toda escritura/naufraga ahora y para siempre./Se escribe, más que se dice, para borrar/el dictado que viene del silencio/y habla y desnuda el pánico donde se sostiene/el vértigo de la razón".

    Es el poeta que tiene, desde hace rato, su propio universo. Aunque esta semana que se fue recién lo haya presentado en formato virtual. Lo merecía porque así su obra seguirá sorteando fronteras.

    Es el universo porteliano, que está poblado de ideas y palabras.

    Su poesía es un hechizo, una gema, una fresa salvaje en el paladar amargo de la monotonía mediocre que nos toca vivir.

    De ahí que lo vincule con el Dante. Cuando el italiano relata en su obra que llegaron al pie de "un noble castillo, rodeado siete veces altas murallas, y defendido alrededor por un bello riachuelo" está definiendo la esencia, la proyección de nuestro poeta, aún sin página web.

    ¿Por qué? Pues porque este castillo del que habla Dante representa la fama inmortal que adquieren los poetas por sus obras. Y las siete murallas significan las siete virtudes: Justicia, Fortaleza, Templanza, Prudencia, Inteligencia, Sabiduría y Ciencia. El riachuelo es la elocuencia.

    Todo eso sintetiza a Oscar Portela. Lo define. Así como su obra nos recuerda que este mundo sigue siendo habitable precisamente porque existe la poesía.

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  166. CANTO DE MARCIAS, poema de OSCAR PORTELA

    He aquì mortal , definitivamente
    como mi aspiraciòn al infinito,
    mi corazòn oh Apolo, vencido
    por tu furia y por el rayo de tus
    ojos, he aquì,mi finitud , de rodillas
    frente a la lira de amor y el roto
    corazòn entrando a las tinieblas
    lentamente, luego del fuego
    en que la consumì mis ansias
    de eternidad y amor, oh Dios
    oculto por mis cantos y mis coros
    cuando las fuerzas me abandonan
    y mis cenizas desde una urna Etrusca
    vuelan al infinito de la soledad
    a la que me condenaste
    oh armonioso entre los armoniosos,
    màs, cruel la con sobervìa y la vanidad
    de los titanes que no tienen
    descanso, salvo la muerte,
    el polvo de las urnas, las puras
    aguas del mediterraneo:
    ni animales ni humanos
    han venido hasta mì,
    hasta mi roto corazòn,
    hasta el ocidente de mi dolor
    para amortajar mis desos
    de amor por lo mortal,
    que desatò tu ira
    y condenò mi alma
    a la prisiòn del arte
    y del amor que calla
    en el silicio hosco
    del desierto. Solo el murmullo
    del infinito mar,
    solo el viento de las noches
    encetadas por las estrellas
    acompañan los ecos
    de mis tristes lamentos,
    ahora que desde una urna
    bella continùo
    atado al laud del destino
    con que me encadenaste
    Apolo,oh invencible,
    oh impiadoso,
    compañero de la amargura
    de que hiciste mis horas,
    solo, desesperado,
    hasta que el silencio venga
    a redirmir mi viaje
    y el ângelus diga sì
    a mis deseos de pàz
    y de silencio.

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  167. SOBRE OSCAR PORTELA:
    UN CHAMAN ADEMÁS DE UN POETA
    POR LUISA MERCEDES LEVINSON.

    "La poesía de Oscar Portela es una poesía interior muy extraña. De ella se podría decir muchas cosas o decir nada porque aún no ha sido situada antes. " "Es una poesía de la que podría decirse, entre otras cosas; he aquí a un poeta que viene del corazón del verano y está para hablarnos sibilinamente de sus secretos". "Oscar Portela viene desde los ríos, desde su empezar a ser río, con bramidos, con la fuerza de su juventud y su bullicio hasta que se desgasta y va llenándose de pesares y recuerdos que le dejan los objetos de sus orillas". "De todo esto sabe mucho este gran poeta. Y de todo ello creo que más que sabe, él ha estado en estos sitios; ha estado en estos misterios, envueltos en los grandes ríos, dentro del gran corazón del verano, de los resplandores y los amaneceres. El ha estado allí y viene a dar testimonio, de lo que para la mayoría no resulta visible.."

    "Recuerdo unas palabras de Ariadna en la obra de Kazanzakis, cierta vez que ella se enfrentó a ese impostor que venía del norte: ese Teseo, ese príncipe salvaje; ella que pertenecía a la antigua estirpereal de los Mino de Creta, dijo entonces:"Por nuestras venas corre sangre de Dioses y animales".

    "Yo sostengo que por las venas de Oscar Portela, deben correr sangres extrañas de dioses y animales; están los reptiles y sus guaridas, están las sombras, está la luz, está el todo, y están también la vida entera y la muerte "También estoy convencido de que ha sido un huésped de varias vidas y de varias muertes. Y esto en varios planos. Ha sido un huésped y sabe de estas cosas y espera por ejemplo la vida del mañana, aquella que ve venir, la muerte, también como otra forma de vida. Espera con buena voluntad, con esperanza, con alegría, porque sabe de la ley. Yo he advertido que Oscar Portela sabe que todo lo que nos sucede está dentro de la ley, y está bien. Así se espera entonces con alegría, porque todo va a ser mejor."

    "Portela es uno de los poquísimos escritores y de los poquísimos poetas, que puede imaginar las cosas sin imágenes. Esto es lo extraño de esta poesía, que puede figurar y adentrarse en los climas, sin la necesidad de representarlos con una forma y una imagen conocidas.

    "He ahí por ejemplo, ese poema titulado "De lo que es". Este poema, produce bienestar y no escalofrío, cuando habla de la muerte. Es el "Eleusys", que como dijo Cicerón ha dado a la Grecia la esperanza en el más allá, cuando ésta se hallaba sólo sumida en los cultos órficos y el "Eleusys" le abrió puertas oscuras, como es la poesía, puertas sin imágenes, puertas maravillosas, pero secretas: siempre secretas.

    "En aquel poema de Oscar Portela hay algo que me parece maravilloso. Se afirma por ejemplo, primero que nos perdemos en la memoria, pero luego es otra la "memoria" que nos vivifica; la "vida" que nos hace vivir. "Y esto es lo extraño de este poeta. El ha estado en los ríos, pero creo que abajo de los ríos, en sus grutas mas secretas. El ha estado en el corazón del verano, pero creo que en el corazón mas secreto, aquél que no vemos y casi no sentimos, porque es imperceptible para nuestros sentidos, pero sabemos que está allí. Oscar Portela ha estado en toda la oscuridad y en parte de la luz. Ha estado, o tal vez yo me equivoco.

    Este poeta, ha sido todo eso, como lo muestra en sus cantos proféticos, donde espera otras eras, como es su "Memorial de Corrientes", aullidos de colores y copulaciones que son procesos alquímicos, como han notado muchos. Es probable que él abreve en otras fuentes estéticas, además, pero resulta imposible negar que en nuestra época desacralizada, su experiencia dolorosa, es una experiencia para muchos mistérica, y que por ello, oculta en si, la verdadera salvación del espíritu".

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  168. ACAECIMIENTO PROPICIO.

    poema de OSCAR PORTELA


    Otoño de mi vida. Al fin haz sido. Has advenido a mí
    Como un Milagro sin angustia ninguna. Sin esperas.

    Vienes a mí con ocres y cárdenos colores

    Y en un "pastel" de Elba me has traído
    Todos mis muertos en Santa Primavera.

    No hay soledad amarga en ésta vida.

    Vida vivida al fin.

    Si el fulgido relámpago no envía
    Ningún rayo que cenizas deje.

    Dejo mi amor. Mi amor a todo dejo.

    Mi aceptación de todo y de mi muerte.

    No la muerte neutral. No la de todos.
    Sino la que me ilumina y me refleja.

    Oscar Ignacio sido así me llamo.

    Verotestamentaria es mi osamenta.

    Y como el mar reúno las mareas
    De las todas las presencias.

    Es la canción del mar que trae y lleva.

    ¡Otoño de mi vida!. Hoy recuerdo.

    Que de ternuras cuando recuerdo a solas
    Y aún recuerdo.

    Los soles de la infancia de mi pueblo.
    Y tus dorados muslos en mi beso.

    Yo he vivido. Sí. Así he vivido.

    Lo comprendo al final de mi existencia.

    La amistad ha esculpido las memorias
    Que pulen los recuerdos del presente.

    Los elegidos vienen cuando canto.

    Los réprobos se alejan.

    Pero la mar, la mar, siempre recomenzada
    Reúne a todos en un sueño eterno.

    No se si sueño y vivo o vivo y sueño.

    No hay ninguna nostalgia
    En la osadía
    De reencontrarme a mí
    Todo en presente.

    Soy la sonata escrita para ti
    En el viento.

    La playa de palomas se adormece.

    Canta la alondra en el jardín silvestre.

    El tordo canta y su plumaje oscuro
    Es el de un Rey en tiempos de leyendas.

    Si todo es fabula.
    Si el mundo es una fabula que a si mismo
    Se narra su comienzo

    Ya no hay verdad ni mundo imaginario.
    Porque todo regresa.

    Así regreso yo a mi mismo siempre.

    Y bendigo mis nombres y mi suerte.

    Aquí y ahora mañana es el pasado.
    Canto y bendigo un devenir sin ecos.

    Soportar es medida de lo santo.
    Al fin lo entiendo.

    En el otoño de mi vida
    Empiezo a ser eternidad.

    Fugaz imagen y todo al mísmo tiempo.

    Serenidad. No te he buscado nunca.

    No al consuelo. Si a la lucha tenaz
    En el contento

    De estar solo.

    Así sin esperar que nada
    Orden pondere en mi modesta siesta.

    Es mayo ahora.

    Allá lejana la paloma canta.
    La fabula del mundo entre sus claves lleva.

    Es la sonata en mi mayor
    Que escucho sonar en mis oídos.
    Siempre. Siempre.

    He pronunciado nombres en silencio.
    He bendecido alientos.

    Todo aquí en el otoño
    Que Elba Soto
    Puso a mi nombre en un umbral secreto.

    El “Coco” de las Palmeras
    Se desliza y se convierte
    En un Francisco a secas.

    Abel y Lisa.
    Abelardo y Sigfrido
    Me conminan
    a cantar un poema ahora y siempre.

    Perdonad si mi alma despojada,
    Alaba las bellezas más secretas.

    No existe belleza abandonada alguna
    Que entre mis manos un refugio encuentre.

    Un templo es el poema si es otoño.

    Y aquí el otoño es un invierno intenso.

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  169. “Posiblemente la alianza del deseo y la soledad a través de la armonía en la serenidad, es lo que quizás busco –dice O. Portela-. Yo no sé si esto lo encontré, continúa. No sé si el derrotero se conduce al poeta finalmente a través de la palabra, hacia un horizonte determinado, sea la sabiduría”.

    La duda se agudiza, pero al mismo tiempo, el creador intuye la salida. No es precisamente, el camino de la razón el que le ofrece las respuestas.

    La poesía es la vía del conocimiento profundo; lo saben los grandes creadores de la humanidad.Y este es el caso de Oscar Portela:. Norma Perez Martin

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  170. MISTERIOS,

    poema de OSCAR PORTELA



    Misteriosos son los caminos de la vida.

    Tortuosas derivas, violentas cascadas,

    vientos huracanados,crepúsculos que reflejan

    el vertigo del mundo y la otredad del projimo.

    Y todo está en las manos, ojos labios y música

    que pone melodía al corazón y a los misterios,

    daimones y angeles

    que presiden los sueños de los que estamos

    hechos,

    de las sombras de las que estamos hechos,

    auras que no disipara el azar,

    ni demonios o duendes, aunque el Dios

    que preside nuestra mesa,

    quiera bajar de los espejos

    los espectros que viven en las aguas.

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  171. Y todo texto aspira a ser anónimo, tanto como el poeta carece de ser y se confunde a todo aquello que lo rodea como afirmaba Lord Chandos. Por eso Oscar Portela no se presenta a Premios Literarios. Acepta contrito ciertas vagas distinciones, en función de la misma Comedia del Arte, y aunque algo así como su nombre se extienda a títulos de libros, antologías, o sitios y Web de la Gran Red, en su intimidad a decidido que su vida transcurra sin sonidos ni furias.



    Vive en la Aldehuela Capital del Apartado de Corrientes, apartado el mismo de toda vida societaria y repite con Unamuno diariamente, en mi soledad te busco. Nació en 1950 sobre plumas de garzas blancas y moras, entre los montes y lagunas de un pueblecito llamado Loreto. Su madre fue un hada llamada Marina concepción Bofill Gómez de Barreda y su padre una parca mezcla de criollaje indómito mezclado al gallegaje impulsivo que comenzó a poblar la Argentina de aquella época.

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  172. EDGAR BAYLEY poema de OSCAR PORTELA


    Sobre mi corazón la grafía de un nombre,
    resguardo o intemperie. Desde mañana sueña
    y vive aquello que no tiene pasado.
    El presente es un duelo y el rito de un instante.
    ¿Como podríamos prometernos luego unos a otros
    el signo de una marca y la latencia de un
    presente infinito? En el corazón sin luto,
    la figura del duelo y el vértigo del olvido
    donde nadan solísimos nombres como testigos.

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  173. Retrato de Oscar Portela

    por Francisco Madariaga

    Mi coterráneo, porque lo soy con los correntinos, y especialmente, con los del departamento de Yaguareté-Corá y con los de aquellos otros que también tienen esteros, lagunas, palmares; de las ciudades y pueblos como Taragüí. Saladas la del Negro Sargento Cabral, el Paso de los Libres. Loreto y otros; de la meseta de Mercedes y el sistema de Esteros y Lagunas del Iberá; y también con los habitantes de los parajes donde iban a terminar las grandes tropeadas que partían de Corrientes de las vaquerías coloniales: las costas del Mar de los Castillos con sus lagunas y palmares— en Rocha de la Banda Oriental del Uruguay.

    Bandidejo especial, que ha sabido conducir al Ser hacia un lila general.

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  174. ESCOMBROS, poema de OSCAR PORTELA


    El mas inhóspito de los huéspedes
    habita ahora mi corazón;
    escombros y más escombros
    sobre el norte de la soledad
    donde se incuba el huevo de la
    serpiente que engendró fuera de
    tiempo mi alma. ¿Mas qué hacer?
    Horror es todo que llenó de infantil
    alegría el podre que ven ahora
    mis ojos. Vacuí el amor que llenaban
    las horas que se hicieron
    presas del vampiro de los sueños.

    Ay! Vivir eternamente para ver
    la estéril repetición de las horas
    y la degradación inútil de las formas.

    Dormir, dormir
    bajo el peso de la soledad y los
    escombros del tiempo,
    el veneno que la vil espada
    pone en el corazón ya sin asombro
    de traiciones y humillaciones
    maldecidas. Demasiada soledad
    sobre mi soledad, demasiados espectros
    sobre los espectros, demasiados duelos
    sobre los duelos, demasiada intemperie,
    sobre la intemperie,
    que allá, en Elzingor
    fueron un tiempo el azur y la alucema.
    Sobre el horror lo informe.
    Dormir, dormir, rodeado de serpientes
    cuando el mundo no es ya mundo
    sino silueta fulminada
    de quien no ha salido todavía
    de la caverna. No me digáis más adiós.

    Demasiada soledad sobre mi soledad,
    demasiados espectros sobre mis espectros,
    demasiados escombros sobre los escombros
    que no hacen sino derrumbar escombros.

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  175. ESCOMBROS, poema de Oscar Portela

    Ya por esta riqueza expresiva y por el eximio manejo de todos y cada uno de los recursos expresivos que le proporciona nuestra muy plástica lengua, el castellano, Portela, si no tuviese todo lo demás que caracteriza a su obra, sería un poeta de fuste. Pero además de estas capacidades, que no son sólo habilidades técnicas, Portela exhibe la visión y lo que es todavía mucho mejor, la comprensión de los muchos sentidos que tiene ese misterio indefinible que es la poesía pura, aquello que nos hace detenemos ante un verso y releerlo no una vez, sino muchas, porque algo extraordinario y sublime —voy también yo a emplear aquí este arcaísmo, según lo creen los tiempos que corren— algo sublime, decía, apareció ante nuestros ojos. Y claro, una vez que apareció, queremos volver a verlo una y otra vez, no deseamos que se aparte de nuestros ojos o, mejor dicho, somos nosotros los que no deseamos apartamos de su asombrada contemplación.

    A los hombres, a los pocos hombres que son capaces de revelarnos algo así, los llamamos poetas.

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  176. CANTO DE DIONISOS ,
    poema de OSCAR PORTELA

    a Issa.M. Martínez Llongueras
    y Jaime Serey

    No habrá quejido en mí, ni nostalgiosos ayees
    Resabios de pesares y "doloras",
    Ni exhalarán mis labios melancólicas notas
    De pesares, caídas, vejaciones y llantos.

    (¡El sol, El Sol, El sol y el Mar, son mi elemento!)

    Allí gestó la Moira el laberinto y la luz
    Cobró forma en la mirada que gira sobre sí
    Sin transferir mis cantos a Hespérides ni Patmos
    Para las que no quiere mi corazón camino alguno.

    Aceptaré los dones que las Gracias
    Pusieron en mis manos sin pedirlos y
    Y cavaré el sepulcro incandescente que contendrán
    Mis versos extraídos de la celebración terrestre de la vida.

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