martes, 4 de agosto de 2009

HE ANDADO MUCHOS CAMINOS y otros poemas de Antonio Machado


Autógrafo de Antonio Machado



HE ANDADO MUCHOS CAMINOS




He andado muchos caminos,


he abierto muchas veredas,


he navegado en cien mares


y atracado en cien riberas.


En todas partes he visto


caravanas de tristeza,


soberbios y melancòlicos


borrachos de sombra negra,


y pedantones al paño


que miran, callan y piensan


que saben, porque no beben


el vino de las tabernas.


Mala gente que camina


y va apestando la tierra...


Y en todas partes he visto


gentes que danzan o juegan


cuando pueden, y laboran


sus cuatro palmos de tierra.


Nunca, si llegan a un sitio,


preguntan adònde llegan.


Cuando caminan, cabalgan


a lomos de mula vieja,


y no conocen la prisa


ni aun en los días de fiesta.


Donde hay vino, beben vino;


donde no hay vino, agua fresca


Son buenas gentes que viven,


laboran, pasan y sueñan,


y en un día como tantos


descansan bajo la tierra.






CRECE EN LA PLAZA EN SOMBRA




Crece en la plaza en sombra


el musgo, y en la piedra vieja y santa


de la iglesia. En el atrio hay un mendigo...


Más vieja que la iglesia tiene el alma.


Sube muy lento, en las mañanas frías,


por la marmòrea grada,


hasta un rincòn de piedra... Allí aparece


su mano seca entre la rota capa.


Con las òrbitas huecas de sus ojos


ha visto còmo pasan


las blancas sombras en los claros días,


las blancas sombras de las horas santas.






ME DIJO UNA TARDE




Me dijo una tarde


de la primavera:


Si buscas caminos


en flor en la tierra,


mata tus palabras


y oye tu alma vieja.


Que el mismo albo lino


que te vista sea


tu traje de duelo,


tu traje de fiesta.


Ama tu alegría


y ama tu tristeza,


si buscas caminos


en flor en la tierra.


Respondí a la tarde


de la primavera:


—Tú has dicho el secreto


que en mi alma reza:


yo odio la alegría


por odio a la pena.


Mas antes que pise


tu florida senda,


quisiera traerte


muerta mi alma vieja.






NUNCA PERSEGUÍ LA GLORIA




Nunca perseguí la gloria


ni dejar en la memoria


de los hombres mi canciòn;


yo amo los mundos sutiles,


ingrávidos y gentiles


como pompas de jabòn.


Me gusta verlos pintarse


de sol y grana, volar


bajo el cielo azul, temblar


súbitamente y quebrarse.










BIOGRAFÍA.




(Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español. Aunque influido por el modernismo y el simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Hijo del folclorista Antonio Machado y Álvarez y hermano menor del también poeta Manuel Machado, pasó su infancia en Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en Madrid.
Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la editorial Garnier, y posteriormente regresó a la capital francesa, donde entabló amistad con R. Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle-Inclán y M. de Unamuno.
En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, cuidad en la que dos años después contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue concedida una pensión para estudiar filología en París durante un año, estancia que aprovechó para asistir a los cursos de filosofía de H. Bergson y Bédier en el College de France. Tras la muerte de su esposa, en 1912, pasó al instituto de Baeza.
Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó su cátedra en Segovia y en 1928 fue elegido miembro de la Real Academia Española. Al comenzar la Guerra Civil se encontraba en Madrid, desde donde se trasladó con su madre y otros familiares al pueblo valenciano de Rocafort y luego a Barcelona. En enero de 1939 emprendió camino al exilio, pero la muerte lo sorprendió en el pueblecito francés de Colliure.
Antonio Machado
Los textos iniciales de Machado, comentarios de sucesos y crónicas costumbristas escritos en colaboración con su hermano y firmados con el seudónimo Tablante de Ricamonte, aparecieron en La Caricatura en 1893. Sus primeros poemas se publicaron en Electra, Helios y otras revistas modernistas, movimiento con el que Machado se sentía identificado cuando comenzó su labor literaria.
No obstante, aunque las composiciones incluidas en Soledades (1903) revelaron la influencia del modernismo, el autor se distanció de la imaginería decorativa de la escuela rubeniana para profundizar en la expresión de emociones auténticas, a menudo plasmadas a través de un sobrio simbolismo. En su siguiente libro, Soledades, galerías y otros poemas (1907), reedición y ampliación del anterior, se hizo más evidente el tono melancólico e intimista, el uso del humor como elemento distanciador y, sobre todo, la intención de captar la fluidez del tiempo.
Al igual que Unamuno, Machado consideró que su misión era "eternizar lo momentáneo", capturar la "onda fugitiva" y transformar el poema en "palabra en el tiempo". En los años posteriores se acentuó su meditación sobre lo pasajero y lo eterno en Campos de Castilla (1912), pero no por medio de la autocontemplación, sino que dirigió la mirada hacia el exterior, y observó con ojos despiertos el paisaje castellano y los hombres que lo habitaban. Una emoción austera y grave recorre los poemas de este libro, que evoca la trágica España negra tan criticada por la Generación del 98 desde una perspectiva regeneracionista, al tiempo que se describe con hondo patriotismo la decadencia y ruina de las viejas ciudades castellanas.
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En su siguiente volumen de poemas, Nuevas canciones (1924), el autor intensificó tanto su enfoque reflexivo como la línea sentenciosa de los "Proverbios y cantares" incluidos en el libro anterior. Esta tendencia filosófica se manifestó entre 1912 y 1925, etapa en la que Machado redactó una serie de apuntes que verían la luz póstumamente con el título de Los complementarios (1971).
En este cuaderno, miscelánea de lecturas, esbozos y reflexiones cotidianas, aparecieron por primera vez sus heterónimos, el filósofo y poeta Abel Martín y su discípulo, el pensador escéptico Juan de Mairena. Ambos son personajes imaginarios que permitieron expresar al creador sus ideas sobre cultura, arte, sociedad, política, literatura y filosofía, especialmente en el libro Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (1936).
Paralelamente, en las ediciones de Poesías completas de 1928 y 1933 se decanta una lírica de tema amoroso y erótico inspirada por la que fue, tras la muerte de su esposa, su gran pasión en la vida real, Pilar de Valderrama, llamada Guiomar en dichos versos. Ya durante la contienda civil Machado escribió algunos poemas y varios textos en prosa, parte de los cuales fueron recogidos en La guerra (1937). Se trata de escritos testimoniales, plenamente incardinados en las circunstancias históricas del momento.








Melan.

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